1 de abril de 2015

El río de un sentimiento



Un Narciso (CAPILOTE) el símbolo de la resistencia de los Riañeses
Un recuerdo para los amigos de la montaña de Riaño que vieron sus pueblos sumergidos para que el agua se la lleven para sitios lejanos.
Calderos y más calderos amigos riañeses.

Lo que cuentas, Pau, y la imagen, me ha traído a la memoria un relato que 
escribí, alla por los noventa. He seleccionado unas partes y ahora dice así:

El río de un sentimiento

A punto de abandonar Riaño, con el manojo de "capilotes" de la reivindicación  "¡pantano no!" en la mano, lozanos aún a pesar de haber sido agitados, brazo en alto, en cadencioso consonancia a las consignas anti-pantano coreadas;  decidió sentar su cincuentona corpulencia, una vez finalizado el acto de repulsa al embalse anegador.  Algo cansado, pero muy activo y ágil mentalmente, así lo hizo a la orilla del río de su vida, el  Esla, Astura para los Lancienses…
Con la momentánea comodidad que le aportaba el apoyar la espalda en un gran chopo, dejó llevar el pensamiento por el correr del agua, pausada en su discurrir en aquella rasera elegida.  Recordó la casa paterna en las proximidades de la margen izquierda del generoso río que, aportando humedad, transformaba en fértiles ambas orillas de aquel tramo apellidado de Rueda, que primero conoció…
Mas, el noble transcurrir de su inocente agua será alterado, frenado por un controvertido muro de hormigón añejo, que actuando de tapón la "embotellará", haciendo crecer al río en "estatura" y poder, pero también castigándole a expandirse fuera de sus márgenes para cubrir valles y pueblos, hasta el punto de llamarle embalse… Ahogando la historia de unos hermosos valles,  desarraigando a sus gentes...
No acudir a los orígenes del río, de "su río", hubiera sido imperdonable…   Allí, ahíto de ilusión, pudo contemplar el caminar de las limpias y primerizas aguas del río de su sentimiento. ¡Sentimiento leonés!,  nacido en la escuela rural al lado de un maestro  verdadero forjador de éste entre el alumnado.  Así  lo comprendía ahora, desde la perspectiva que dan los años…
  Escondiendo sus emociones tras unas gafas de sol, colocadas con disimulado gesto ante sus húmedos ojos; se puso en pie, lanzó al agua, cual brindis floral, el ramillete de "capilotes" que aun mantenía en la mano derecha, precisamente antes de comenzar a alejarse del sentenciado valle de Riaño...... para siempre.



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