29 de marzo de 2012

Que son galgos, que son podencos…


     Nos colocaban en León un tranvía, se decía que  sin coste para las arcas consistoriales, y nos enzarzamos en tantas cuantas diatribas se puede uno imaginar, para que se nos escapara la liebre que mecanizaba FEVE para nosotros, Villalba era el “promotor”.

     Recuerdo de Villalba, en mi etapa activa y en primera línea de Pro Identidad, cuando Zapatero ya estaba en Madrid y él en puceladolid al mando de los socialistas del ente, que no me fue posible conseguir ningún apoyo a nuestra  propuesta, incluso la más sencilla respecto a la personalidad leonesa diferenciada, y no digamos más allá: el reconocimiento expreso de la región leonesa,  que ni siquiera lo consideraba; “ se debía” a su partido y lo leonés se le quedaba atrás. 

     Pero cuando dejó la política activa como parlamentario en el ente autonómico, y tomó el control de Feve, y su empeño pasaba por dotar a León de un tranvía, hasta yo podía hacer abstracción de sus “descuidos” identitarios. Y ello aunque discrepara con la idea de llevar las vías pasando por Santo Domingo a donde fuera… algo que podía causar estética y funcionalmente problemas. Pero el traerlo como tranvía hasta las “estación del hullero”, rediseñándola y modernizando el entorno,  llevando ramales al Hospital y a la Universidad, era una obra bonita y de futuro, que no solo no debió ponérsela pegas, sino que contrariamente tenía que haber sido alentarla desde todos los ángulos… 

     El PP, oposición en el consistorio en aquellos momentos, no dejó de poner “palos en la ruedas” , y, más allá,  “ciudadanos particulares”, reclamaciones judiciales; había que parar el progreso que  políticos  de otra mano traían.  Oponiéndose a todo, sin entrar en conversaciones, ni consultar a los ciudadanos en general sobre lo conveniente de acometer en todo o en parte lo que FEVE estaba dispuesta a hacer, se trataba de boicotear el proyecto porque era de otros la idea. 

     ¡Nunca se debió  obstaculizar esa oportunidad!, pues había dinero para ello en aquél entonces;  pero, entre pleitos y oposiciones,  se nos escapó. Los detractores ni siquiera llegaron a considerar el bien general, que ahora, si no lo hubieran frenado, su hombre PP en la Compañía ferroviaria de vía estrecha,  Marcelino Oreja,  se hubiera cubierto de gloria rematando e inaugurando las obra.

     Pero no, tal señor vino a anunciarnos que la “tranvialización”  de la Asunción a la estación se iba a realizar, ¡vaya invento!, y ahorrándose un 30% en la integración; claro, dejar de hacer cosas para poder hacerlas en otro sitio.  Aquí en León los políticos son tan dóciles, tan fáciles de convencer, dentro de la conveniencia partidista que siempre la ponen por delante, que los ciudadanos cargaditos de estulticia en estos y otros temas, les dejamos hacer, o mejor diríamos en este caso, no hacer. Tenemos lo que nos merecemos, pues, además, les votamos.




     Y llegó el negro "tren" de la crisis económica  y se comió la liebre. O lo que es lo mismo, ésta,  o sea los tranvías que ya estaban en agujas, los va a vender, a malvender,  y nos quedamos con obras paradas, calles desmanteladas;  y “cuando toque” el trenecillo llegará  a su estación con motor diesel arrastrando el trágala de nuestro actual regidor, el  gran conservador señor Gutiérrez, que no se le ha ocurrido otra cosa que alabar a Feve y al director actual porque vino a enseñar la oreja de los recortes y el abandono del gran proyecto.  ¡Vaya panorama!


22 de marzo de 2012

De León 1188 a Cádiz 1812…

...pasando por La Real Isla de León


Si empezamos por desarrollar el contenido del título, debemos decir:
De la Carta Magna Leonesa, o sea los Decreta  elaborados en la Curia Regia de  Alfonso IX en 1188, donde, al haber sido convocado el pueblo leonés como estamento al lado del Clero y la Nobleza, se ponía en juego por vez primera un incipiente parlamentarismo dando pie a lo que se empezaría a llamar Cortes… 

A Cádiz, donde estaba prevista en 1810 la celebración de las Cortes Extraordinarias y Constituyentes, pero que, ante el asedio del ejército francés a esta ciudad, hubieron de reunirse los diputados en la Real Isla de León, un lugar libre, donde no había entrado el ejército invasor.

Allí, cuenta José María Queipo de Llano, VII Conde de Toreno, en la sala capitular del Ayuntamiento, con el Consejo de Regencia se reunieron los diputados, como acto preparatorio;  posteriormente tendría lugar la primera sesión de las Cortes Constituyentes, y el juramento en la iglesia Mayor Parroquial de San Pedro y San Pablo.  
Se inauguraba así un parlamentarismo representativo; era el 24 de septiembre de 1910.  


Dos importantes hitos. Afectando el primero a los leoneses y al resto del pueblo del Reino de León de aquél entonces, y el segundo a todos los españoles tras la guerra de la independencia.
Sobre nuestras Cortes de 1188 siempre ha sobrevolado una incomprensible ley del silencio, tolerada de forma absurda por los leoneses. En la actualidad autonómica, esa omertá, no sólo se ha mantenido, sino que, diría más, se ha potenciado, y nuestra tolerancia se va embotando más y más.
Cuando tocaba recordar el 1.100 aniversario del nacimiento del Reino de León, en el 2010, aquel silencio resultaba tan oneroso que no tuvieron más remedio que reconocer a regañadientes que León fue la cuna del parlamentarismo, pero eso sí, dando a los pocos actos que programaron desde el ente autonómico la dimensión más casera posible. Y lo consentimos.
Nada que ver con los fastos en Cádiz, en 2012, participativos y buscando el máximo relieve, con tiempo preparado, y al más alto nivel representativo desde el principio.
 En la Real Isla de León, ejerció su poder la noble familia Ponce de León. Tuvo su origen ésta en Pedro Ponce de Cabrera, Alférez Mayor del Reino de León, en 1235, y Aldonza Alfonso de León, hija ilegítima de Alfonso IX, por lo tanto hermanastra de Fernando III, quien a partir de 1230, muerto su padre, también tenía bajo su corona el Reino de León.
Este territorio, Real Isla de León, más adelante San Fernando,  ha sido relegado a un segundo plano, cuando no “olvidado” en beneficio de Cádiz, precisamente en un pasaje histórico tan importante como el de las Cortes de 1810 de las que surgiría la Constitución promulgada precisamente en la ya liberada Cádiz, el 19 de Marzo de 1812.
Y  esa Constitución tuvo su monumento, aunque hubo que esperar al primer centenario para que se empezaran las obras, 1912; se realizó en Cádiz y sin duda su empaque está en consonancia con el hecho histórico. 


Nuestras Cortes de 1188, que rompían moldes con la asistencia del pueblo, los hombres buenos, de las que nacerían unos Decreta, que en su conjunto constituyen una verdadera Carta Magna, donde el propio Rey autolimitaba sus poderes, y los leoneses, como pueblo, alcanzarían derechos y libertades bien especificados, sigue sin un recuerdo arquitectónico. 
A Alfonso IX  se le ha despachado con una callecita con su nombre. Un claro ejemplo de la tolerancia cuando no abulia de los leoneses para dar a conocer y vivir sus valores históricos. 
Las Cortes de 1188 fueron aludidas en los libros de pasada, cuando no  silenciadas, devaluadas siempre.
Recientemente ha habido dos ocasiones para promover  un recuerdo artístico en consonancia con  el hecho histórico de 1188. Una: el octavo centenario, año 1988, que la Junta autonómica nos deslució, con la pasividad política de los nuestros, sacándose de la manga una implicación castellana que no se correspondía con la realidad, ¡y transigimos!
Y otra cuando intentábamos celebrar el 1100 aniversario del nacimiento del Reino de León, momento en el  que se volvieron a recordar las Cortes, en el programa del ente, bien es verdad que con un poco más de énfasis, pues lo contrario hubiera sido un dislate. Pero de monumentos nada, y no era por dinero entonces,  así pasó con más pena que gloria la efeméride del natalicio.


Hasta que en 2007, con motivo del reacondicionamiento de la plaza de las Cortes Leonesas, municipalmente se decide colocar como recuerdo de éstas un “detalle”, corto, no sea que se vayan a enfadar los jefes autonómicos; y ahí están, unas piezas de un puzle, a veces con rumor de agua a su espalda, y en el suelo, como nivel más bajo, para ser pisadas y que el polvo las vaya cubriendo, placas de bronce con algún apunte alusivo. El centro de la plaza, diáfano, para instalar carpas, ¡vaya idea!   















18 de marzo de 2012

PREGONAR NUESTRA SEMANA SANTA


Mario Díez-Ordás, ha recibido con “orgullo”, según ha manifestado, su elección como pregonero de la Semana Santa Leonesa del 2012.  Para un leonés, comprometido con lo nuestro, donde las tradiciones juegan papel tan primordial, no podía ser de otra manera, y se hace de fácil comprensión incluso para los que no le conocen.
Su amplio currículum en menesteres similares al actual avala su éxito. Si bien, en verdad, éste entraña algo más que un nuevo reto, pues obliga mucho socialmente, y no digamos desde la perspectiva religiosa; por lo que, estoy seguro, le llevará a la elaboración de una pieza literaria presentando el sentir pasional leonés, el de hoy con demasiados tintes lúdicos a veces, para marcar un  sentimental recorrido por nuestros ancestrales desfiles procesionales llenos de sobriedad, sin faltar en ellos la colaboración de los leoneses.

Con el transcurrir de los tiempos, el comportamiento de los leoneses asistentes a los desfiles procesionales de la Semana Santa, ha ido variando en función del ritmo de los nuevos tiempos y las creencias. La cultura, entendida como arte de vivir, en este caso lo religioso y tradicional, no ha dejado de abrir nuevos horizontes, que no debemos permitir anulen lo que hasta aquí nos ha traído. Una herencia costumbrista a la que demasiadas veces la escatimamos puridad y fidelidad, sus mejores dones.

Debo añadir  que no he tenido una especial relación social con Mario, nuestros encuentros puede que no hayan ido más allá de algunas breves oportunidades en su paso por UPL, demasiado fugaz para la formación, pero suficientes para detectar una especial  afinidad en la exposición de los compromisos mutuos  con relación a lo cultural leonés.

Conservo un escrito que publicó en un medio leonés, un canto a Palat del Rey, y sobre todo una bien documentada denuncia del abandono de tan histórica reliquia sobre la que pivotó muy buena parte de nuestra historia “real”.  Y no sólo de cimientos para arriba, sino bajo las soleras del templo, historia viva ocultada con meticulosidad bajo el sellado con arena,  tras la irónica sentencia de: “han quedado documentados los hallazgos”. Enhorabuena al nominado.

Con relación al tema, tiempo ha, escribí un relato corto con un sencillo papón de protagonista al que le meten en el compromiso de actuar de pregonero oficial.  En fecha propicia lo publicaré en el blogg, ilustrado con alguna fotografía procesional antigua.


14 de marzo de 2012

Esperando el AVE, con Silván

Si no le gustó la pregunta formulada por el procurador autonómico, el leonesista Alejandro Valderas, al consejero de Fomento de la Comunidad, el único gesto por el que  se pudo valorar fue por la ausencia momentánea de la sempiterna sonrisa de sus labios.  Antonio Silván dejó de sonreír para contestar sobre la integración del tren, el AVE en este caso, en la ciudad de León.


Valderas quería saber: los planes que tiene previsto la Consejería de Fomento para reflotar las sociedades de Alta Velocidad de León Palencia y que afecta a las administraciones local, autonómica (nunca regional) y nacional.

Su respuesta ni era fácil y mucho menos halagüeña, había que decir que el “AVE” estaba volando, ni había dinero, ni la pensada especulación (en el sentido más puro del término) con los terrenos liberados tras el soterramiento y reacondicionamiento del entorno, debido a la actual coyuntura de todo a la baja, junto a la estrechez económica, iban a permitir acometerlo, “de momento”. 


 Se rompían todas las previsiones.  Y, en tanto lo iba desgranando, hasta sus ojos fueron perdiendo la complicidad con el rictus risueño de sus labios, borrándose la jovialidad gestual del rostro, lo que pareció más alarmante en los que creemos conocerle.


No podía ser menos cuando soltaba: para León, “ya veremos si el escenario económico permite abordar los soterramientos del AVE”.  Y ahora a riesgo de que se me tilde de victimista, añadiré como colofón, que para el ente autonómico lo de Valladolid siempre se contempla desde distinta prioridad; y para soterrar ahora el tren allí, en la misma coyuntura no lo olvidemos, si han conseguido 3 millones de euros.

En el “informe” de Silván se están barajando  dos  conceptos distintos, soterramiento e integración, que en nuestro caso formando parte de un todo nos suponía la efectividad buscada; ahora nos tememos que, tomados aislados, y cuando se pueda, debamos continuar con el “culo de saco” de una estación provisional. 




Para subsanarlo  “quedamos en manos asturianas”, o en las mismas vías, si no es que recurren a otras. Allí sí que saben presionar sus políticos. Pues aquí, la siguiente secuencia es muy ilustrativa de nuestras posibilidades, recordando aquello que leí respecto al comportamiento de  Silván e Isabel Carrasco: “En León se confía que el consejero de Fomento en su gestión sea, al menos, tan reivindicativo como la propia Isabel Carrasco”. Algo que dicho con retranca, podía ser admisible; de otro modo, dada la fidelidad de ambos al ente, suena a mofa hacia los administrados.

Menos mal que el paso a nivel nos lo quitó Zapatero, me dijo un buen amigo y leonesista y lo comparto.
























12 de marzo de 2012

Riegos y regadíos


Regando en prosa


Me resulta difícil entender a Matías Lorente, una vez hube leído sus repuestas respecto a la gran necesidad de agua para regar en León. Y más concretamente el campo leonés subsidiario del agua del embalse de Riaño.

Nos lo presenta La Crónica del día 11 de los presentes, como uno de los mayores conocedores de la Agricultura leonesa, algo que ni dudo ni pongo en cuestión, no en balde es un experimentado sindicalista agrario. Pero también político, de ahí sus enfrentamiento en Diputación con la presidenta, casi a diario.

En su momento pude leer sus afirmaciones, hechas en 2003,  de que los agricultores leoneses hacían gran derroche de aguas para regar, y que era partidario de un plan de regadío, para la regulación del consumo.

Se ha debido cumplir éste, pues ocho años más tarde, en el periódico que he citado en principio,  afirma que “Hemos invertido mucho dinero en modernizar nuestras explotaciones,  una media de 7.000 euros por hectárea”. Y ello treinta años después de la destrucción de nueve pueblos y el embalse de Riaño.

¡Una muy larga demora!, aunque ya es sabido se han ido teniendo que tragar los retrasos estatales y autonómicos. Aun cuando los daños a lo riañeses y para los que él denomina “gente de la zona”, fueran inmediatos y para siempre.

Tampoco podemos olvidar sus puntos de vista poco o nada coincidentes con la actuación de Zapatero, del que en fase provincial siempre fue crítico, no sé si también lo era cuando éste abogaba por el sellado definitivo del muro franquista en el Esla, soslayando el dolor de los vecinos expulsados de sus casas.


Cuando lo futuros regantes del Esla, embalsado en Riaño, reclamaban el cierre manifestándose en las calles leonesas, se pedía agua para 80.000 hectáreas, y con similar cifra justificativa en los carteles, se destruyó Riaño y ricos valles. Llorente, este año actual de sequía, dice: “Riaño(embalse) juega el papel importantísimo de salvar casi las 50.000 hectáreas de riego en León”.

El desarraigo de los afectados por el embalse, consumado el acto de la forzada expulsión, al parecer dejó de contar para los agricultores de las ochenta mil, que pronto se rindieron de ponerlas en su totalidad en regadío,  y hasta toleraron que el agua se empezara a llevar a latitudes castellanas.

El trasvase al Carrión, por el canal que parte de Galleguillos, para Llorente no es tal, sino “un aporte” al Carrión. No sé qué intención sustenta este eufemismo. Consumado el “aporte”,  a ver quien les dice a los beneficiarios, con autoridad, que el agua es primero para León, aun cuando sea algo que siempre se afirmó.

Recuerdo haber oído decir: si quieren llevar agua los castellanos, lo tendrán que hacer “a buches”. El gran buche es un canal y su mentor ya está siendo el señor Valín.

De José Valín, un castellano con total potestad para los desembalses, al ser presidente de la CHD, en plan contemporizador dice: “Es una persona que en realidad conoce el campo por los años que lleva de consejero”, cuando la realidad era muy otra cuando, hasta ayer, se le relacionaba tanto en desencuentros como incomprensiones con el agro leonés. 




6 de marzo de 2012

Valín, de catador de agua a ¿director de la CHD?

José Valín Alonso, ingeniero y político autonómico, puede tener bajo su potestad la de señalar la fecha,  en 2012, para el riego del sediento agro leonés, y poner a su vez en operatividad el caudal de agua del Esla al Carrión,  a fin de que llegue a Palencia y Valladolid.
Recordemos que:
Llegados los conservadores al poder autonómico, previo desalojo de los socialistas, quienes, con Felipe presidiendo el gobierno de la nación, se venían empeñando en aprovechar el muro franquista para embalsar en Riaño,  no tardaron en finalizar las obras. Ese interés de la Junta autonómica, en 1983, para impulsar el embalsado, no supimos interpretarlo como un interés extraño para León.
En julio de 1987, manu militari, se derriba sin piedad Riaño.
Había que controlar el agua leonesa desde el ente autonómico, el dolor de los riañeses, y los de otros pueblos inundados,  importaba poco; mucho menos que los labradores leoneses la estuvieran esperando, querían dominar nuestros bienes, reconducir nuestro potencial, y pronto hacer  beneficiarios de parte del caudal del Esla a tierras castellanas de Palencia y Valladolid.
He dicho que Valín comenzó como "catador" de agua, recordando su fase de Jefe de Servicio de Calidad del agua en 1980, antes de que asumiera otro puesto de más rango 1991/1996, como director General de Estructuras Agrarias. En este periodo fue realizado el azud de Galleguillos, una obra primordial para el trasvase. 


El mermado  poder leonés, resquebrajado, perdido en un ente que siempre rechazó, se limita a emitir quejas aisladas, sin la contundencia reivindicativa en el caso del agua para riego, de primero nosotros, los agricultores leoneses; pero claro muchos de éstos tan solo esperaban el agua salvadora, a ellos no les habían derribado las casas e inundado sus valles, y hasta parecía quedarles lejos Galleguillos y el gran “colchón”, prolegómeno del trasvase. Parte del agua leonesa iba a llevar rumbo castellano.
Desde 1996 a 2007 ya tenemos a nuestro personaje como consejero autonómico  de Agricultura y Ganadería. Una etapa plagada de desencuentros con los agricultores leoneses,  y de enfrentamientos  con  los sindicatos del campo.
Ya he recordado en otro lugar cómo, en 1999, vino a Hospital de Órbigo a entregar unos diplomas, tras un cursillo titulado  “Presente y futuro de los Regadíos; desde mi punto de vista, tendente a edulcorar los retrasos intolerables de los canales de Payuelos; lanzando al propio tiempo aquello de: “conceder su departamento buena parte de  los regadíos sociales para León…”
Dicho esto, no fue replicado como merecía, dado que, la Junta si algo tenía que hacer entonces y más ahora: es respetar el incuestionable derecho leonés a la primacía de su agua.  Hablar de concesión no es tolerable ni en broma.


Tras su etapa de senador, 2007/2011, un puesto concedido por la Junta como premio a sus servicios; desde el poder central del PP, ganador en las últimas elecciones, ha sido propuesto, y con muchas papeletas, para presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero. 


No ha sido bien acogida su nominación entre los leoneses del campo, siempre en atención a los  malos recuerdos ya citados.  ¡Ahora el señor Valín puede tener en su mano controlar “en cantidad” el agua!, y por lo tanto todo el poder hidrológico confederado. La duda en cuanto a ser escuchados los agricultores leones, para empezar a regar, dada la pertinaz sequía, teniendo a su disposición el agua embalsada de Esla, se hace cada día más manifiesta.


Lo de regar primero en “casa”, esto es tierras leonesas, casi a plena satisfacción, antes de que se nutra el trasvase al canal del Carrión, ya ha sido contestado por los palentinos, reclamando “su derecho” al agua. Veremos cómo se moja, y en qué dirección lleva el agua, el presidente “confederado”. No se le pueden permitir veleidades.


Si hubiéramos podido ejercitar nuestro derecho constitucional a autonomía diferenciada, este problema no sería tal. Conviene no olvidarlo tampoco a la hora de reivindicar.