30 de abril de 2018

La Lectura de los Decreta, en la senda de las tradiciones

 


Lectura popular, sin alharacas políticas, promovida en origen por Juan Pedro Aparicio y José María Merino. ¡Feliz idea! Pensada para León, urbe regia antaño, a desarrollar en la plaza de San Isidoro en Abril de cada año. Tuvo su inicio en 2017. Digna de entrar en la senda de lo tradicional. Y hacia ello va...

Por iniciativa de David Díez Llamas, siempre en la brecha de lo leonés, con ímpetu leonesista, piensa, madura ese año y consigue, la Lectura de los Decretas fuera de León, capital, en 2018.   Un gran esfuerzo el suyo. 

Gijón, Bilbao, Santander, empezaron su camino. Conozco su perseverancia, por ello no me extraña que esté en su ánimo intentar ir más allá. El amplio programa anunciado para La Coruña es la mejor de las pruebas. En la Casa de León.












Lectura en el Parlamento de Cantabria

 

                                                                                                                     
 

Tras la introducción, unos recuerdos necesarios para una propuesta final

El ente autonómico que, bajo la denominación de Castilla y León,  nos tiene englobados a los leoneses como Comunidad autónoma, tuvo en sus manos el momento ideal para destacar, en 1988, cuando tocaba celebrar la gran efeméride el Reino de León, el año de la celebración del Octavo Centenario de la Marga Curia de 1188. Recordando cómo Alfonso IX  empezaba a contar para sus Curias con la colaboración de los Hombres Buenos del Reino.

Pero no, en modo alguno había que destacar lo leonés. La meta era castellanizar la conmemoración, y así lo hicieron arrancando en Burgos el programa. Hablar de repercusión europea, no interesaba. De parlamentarismo, no les convenía hablar. Los leoneses de León, en último estadio autonómico, veníamos siendo la verdadera oposición a que el ente autónomo se consolidara.
 
En 2010 con motivo del 1.100 aniversario de la conmemoración del nacimiento del Reino de León, la Junta autonómica, en plan cultural, por mediación de la Fundación Siglo, toma el mando y programa; decide contar con Juan Pedro Aparicio como Comisario de los actos a desarrollar. Aquí y a este respecto podía aportar más, pero creo que no procede.

Al Abad de San Isidoro de manera halagadora, le entregan una medalla de oro,  por la ocasión, sencillamente para mantener al clero, como poder, contento. (Recomiendo la lectura del enlace, para mejor comprensión)



Con Aparicio como Comisario y promotor del documental: León Cuna del Parlamentarismo, se logra lo mejor. Es bueno recordar, que el profesor Keane Catedrático de Teoría Política en la Universidad de Westminster, en feliz encuentro con Aparicio, puso la nota firme de que estábamos en un camino recordatorio en el que mucho antes deberíamos haber entrado, de ahí a la justa reivindicación: Origen del Parlamentarismo. Reino de León.











En paralelo, otro leonés, Rogelio Blanco,
emprendería el reto de la recopilación de documentos que mostrar ante la UNESCO. Y así sería,  presentar, defender y seguir el progreso, hasta llevar a buen puerto el empeño.




Los autonomistas del ente autonómico, sabedores de tales esfuerzos, tratan de absorber el beneficio histórico del reconocimiento que se presume; rompen el silencio oneroso que mantenían al respecto, y  en 2011, como si de su generosa comprensión naciera, “nos conceden a León, ciudad, el título de Cuna del Parlamentarismo”.  No es desdeñable la maniobra. Pero su concesión no va más allá de una placa en el parlamento castellano al que nos atan, y algunos letreros de “León, Cuna del Parlamentarismo” por aquí.
Lo suyo es absorber nunca entender, ni tratar de compartir, y siempre dados a las injerencias manifiestas.    

Para hacer región, Región Leonesa, recuperar complicidades, hermanarse, sería formidable, todos a una, en fecha y momento, la exaltación popular, lectura y recordatorio de los Decreta, en las ciudades siempre citadas como participantes con Hombres Buenos, electis civibus, en la Curia de 1188:

León, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, Astorga, Toro, Benavente, Ledesma... sin perjuicio de las que fueron del reino, hoy en sus autonomías correspondientes, y  que en su ánimo estuviera compartir. 

Pero paso a paso, afincando lo que hay, no tratemos de desbordar, es bueno consolidar, con firmeza y sin peligrosas pausas.


*Las fotografías de Gijón y Bilbao, están tomadas del Blog RAIGAÑU



27 de abril de 2018

Pendones y agua confundidos


Nada más verla, la fotografía aquí traída, me causó una fuerte impresión. Encuadraba una belleza sorprendente, pendones y agua confundidos, que  el objetivo de la cámara siempre presta de Antonio Barreñada supo captar pocos día atrás, cuando  las calles de la capital acogieron un desfile  que  se pretendía encajar en el juego costumbrista del sentir leonés.

La promoción tenía indicios de duda, dada la fecha, el día y la situación autonómica leonesa. Eh ahí otra vertiente a contemplar, de la que surgen unos ripios estructurados cual lamento, por un País al que le cuesta despertar de un letargo peligroso. Veamos: 

                 

Detener el agua y el tiempo

La vara vertical de cada chorro,
los arabescos del agua frenada en su ascensión,
o en apunte de caída,
perdido su carácter de  incolora
viene, en su inocencia, a remedar el aura mágica de los pendones concejiles

Altos y bien visibles
tradición y orgullo secular,
desbordante  ilusión  
ya sea en  individualidad altiva
o  cuando, conjuntados,  toman  talante  de  magna representación
verdadero  soplo vital de un reino en remembranza.  

Pero, si con nuestros colores dejamos pintar otra efeméride
poco haremos envolviendo  en el paño concejil
anhelos siempre nuestros,  
en tanto otros, taimados,  tratan de robarnos el  sentir.

Hasta los  más genuinos damascos  se pueden contaminar
si el maleficio  de  lo extraño, de lo impuesto,
vendido con  astucia
no es más que el continente edulcorado
del meollo foráneo al que nos atan.

Mas, no es posible parar la historia,
ni siquiera el pueblo al que se la escriben
por ello mucho me temo  León, ¡ay mi León!,  
que estás dejando manejar tus glorias, las  de un reino que nos borran…
¡¡¡Reino de León!!!

24 de abril de 2018

El intento permanente de preponderancia castellana


!En busca de los huesos perdidos!  
Cuando Villalar, no propiamente como pueblo, sino como significación comunera, y bien castellanizada desde la más Vieja Castilla que osadamente dirige Valladolid, ahí es nada, vuelve al calendario  la obstinación impositiva del llamado Día de la Comunidad,  y el de 2018 viene acompañado de la noticia que acabo de enunciar  en el arranque: van en busca de las osamentas comuneras. Hacia ellos todo respeto.

El anuncio ha sido formulado por Silvia Clemente presidenta de la Cortes autonómicas. Desde que empezó la legislatura  ha adoptado para con lo leonés un aparente gesto de comprensión. Observando sus fotografías en los medios no era difícil apreciar  una supuesta serenidad en su rostro a veces de “porcenalosa”. Al principio pudo confundirnos, pero pronto nos topamos con la Fundación que avala, donde subyace una bien orquestada homogeneización  de todo y todos, tendente al sometimiento leonés.

La UNESCO puso en el mundo algo que situaba a León en la cabecera de los titulares. Ante esto había que hacer algo, y así vino a León con las Cortes y los cortesanos (procuradores),  los de allí,  y los de aquí,  especialmente fieles colaboradores tan necesarios a  ella  como dañinos para los leoneses a quienes representan. Procedía justificar gestualmente, que lo de  Cuna del Parlamentarismo , estaba “presente en sus obligaciones”, y dadivosa venía a demostrarlo

Mas, la segunda lectura era otra: estas Cortes son la que os controlan, están afincadas en Valladolid y vosotros, leoneses, atados y bien atados.
Pero hay más, el reconocimiento mundial, lo tiene clavado en su orgullo castellano, y se ha agravado con el advenimiento del Milenio del Fuero de León, cuya gloriosa festividad el ente silenció, se difuminó cuanto pudieron, controlando los programas para que de  exaltación ¡lo justito!

 Quiero dejar claro que no la sitúo como única artífice, la destaco por el cargo.  La consigna del sometimiento de lo leonés es fruto político y de los políticos del ente autonómico, los que  dirigen y los que colaboran. ¡Ah! y los que les votan, una y otra vez. 
Por si a alguien le interesa, siempre he ejercido el voto, pero claro: leonesista.

La noticia reciente,  útil para el intento preponderante que apabulle a lo leonés, la citaré con uno de sus titulares:El Tiempo de la libertad, Comuneros V Centenario”.  Saltó a los medios con una  bien adornada  grandilocuencia,  gratuita, por otra parte,  y es merecedora al menos un somero análisis, no sin antes traer un recordatorio de 1988.

En ese año los leoneses  debíamos haber organizado y celebrado el octavo centenario de las Cortes de 1188. Lo malo fue que nuestros próceres locales, fieles al ente, dejaron que nos organizaran los actos, que elaboraran un programa, y así resultó, castellanizado al máximo, repartido en el tiempo, todo tarde y difuminado.  Y el pueblo tragó.

Consciente de la transcendencia de la efeméride, tenían que sobreponerse en plan castellano,  y  nada mejor que empezar a destacar desde ya (en aquel entonces) el asunto Tordesillas… para 1994. Consistía en valorar, al alza y como contraposición, el  Tratado que en tal localidad  firmaron portugueses y españoles para una estable división del Nuevo Mundo en 1494. 

Como no han tenido forma de digerir lo que ha supuesto para León, Reino o Región, que la UNESCO nos sitúe como Cuna del Parlamentarismo en Europa, más el Fuero, con claros adelantos beneficiosos para el pueblo leonés en cuanto a derechos y libertades, no se le ocurre a la presidenta de las Cortes autonómicas  mejor cosa que, en relación con los comuneros, situar su batalla como  la “primera revolución democrática y constitucional de Europa”.

Pero hay más, como contrapunto  a que el pueblo leonés medieval situado como estamento empezara a intervenir en las Curias Reales, con voz y voto. Es más, que alcanzaran que el Rey, Alfonso IX, motu proprio, rebajase sus poderes en favor del pueblo de su reino, ellos, los castellanos,  muestran “con sus comuneros” :  “lograron que el rey dejase de utilizar el reino para sus intereses personales y pasase a pertenecer a la Comunidad”, que ya es fantasear.

Para epatar al personal, también anuncian que van a llevar “a cabo investigaciones arqueológicas para localizar los restos de los capitanes Comuneros Bravo, Padilla y Maldonado”. A este respecto nos viene a la memoria el tratamiento que el ente dio al informe final del estudio que una treintena de expertos  dieron a los restos reales, del Reino de León, ubicados en el Panteón Real en San Isidoro:   ¡Ocultación!



Recordemos que se iniciaron los trabajos en 1997 con la mejor de las sonrisas y bendiciones del Abad Viñayo, al que ciertamente defraudaron y con él a todos los leoneses.


 Y la Junta, depositaria del informe final,  se niega a hacerlo público, unas 400 páginas, que deben encerrar datos sobre los Reyes de León, el papel desconocido de los expertos después de vicisitudes varias, peripecias mil de la encargada o directora del estudio Encina Prada y la desilusión para todos. Y que yo sepa ¡siguen sin soltarlo!

22 de abril de 2018

Purpurada que te quiero purpurada


Una noticia autonómica mordiendo a León o mejor a lo leonés, nos avisa del cada vez  más entrometido proceder de la Junta autonómica.

Nos han perdido totalmente el respeto. ¿Quién les da fuelle para esto y más? Nosotros,  los leoneses que votamos en las autonómicas, al partido que sea, (escasamente a los leonesistas que si nos defenderían) en plan ideológico, sin entender el daño identitario que nos ocasionamos. Antes eran dos y ahora son cuatro. (Leonesista con más posibilidades, uno)

La noticia que comentaré, aunque hay otras, viene a hacernos comprender cómo aprovechan todas las coyunturas para hacer ver que estamos sometidos, incluso contentos en el ente,  y por ello participamos en la fiesta del 23/A Villalar. 

La Noticia:
Tres conciertos simultáneos para el día de la Comunidad el Día de la Comunidad
León, Ponferrada y Astorga.

¿Quiénes colaboran?, los tres Conservatorios correspondientes.  ¿Qué celebran? Es una pregunta retórica plenamente, pues la respuesta sería NADA. Es puro colaboracionismo musical. 

Para justificarse o halagar a los autonomistas que nos gobiernan, dicen  que para “extender la fiesta a toda Castilla y León y construir entre todos un sentimiento de pertenencia a una Comunidad muy grande".  ¿Grande en qué?  En extensión geográfica mal entendida  y peor respetada, será. 

Y añaden:
 "Pretendemos que todos los ciudadanos tengan una actividad especial para sentirse parte de esta Comunidad a través de la cultura…

Intentar captar a los leoneses por el oído, yendo los familiares a ver como tocan sus hijos, sobrinos, primos etc, y poco más,  no cuela.

"La música es una forma festiva e intensa de celebrar las cosas", aseguró Juan Luís García, director de la orquesta de León capital. Pero, ¿qué celebramos?, la dominación castellana o el sometimiento leonés a golpe de sonatas? Y mira que la Junta con lo del conservatorio de León ha jugado con los leoneses, no ha mucho.

Al parecer actualmente preside la Fundación Villalar Juan Zapatero, con el estilo diplomático del elefante en la cacharrería, no se le ocurre cosa mejor que venir a León, al paso que anunciaba los conciertos antedichos, a cantar, sin acompañamiento musical, las excelencias de la Fundación “que de no existir habría que inventarla”, es de suponer para que él la dirigiera.  

Ya sabemos los leoneses lo que podemos esperar de sus actuaciones. Y por si no lo teníamos claro, ahí va otra andanada, vino a decir lo de Comunidad leonesa, no os engañéis leoneses, lo advierto, es “un ejercicio de historia/ficción”. Marcando así un profundo desconocimiento de la Constitución, de la que se deriva un derecho que nos asiste a tenerla. Lo suyo es ¿despiste o maledicencia?

En el discurso Herrera:

«El Estado Autonómico no es un modelo fallido, sino tal vez, como le sucede también a la Unión Europea, un modelo incompleto»,  aseveró, para avisar de que su existencia no se justifica en «ningún pedigrí identitario, sino en la llana obligación de respetar la ley y prestar un servicio mejor a las personas».

Lo dice él, presidente del ejecutivo autonómico hoy, de  un ente que empezó intentando imponer  el pedigrí castellano a todos, personas y cosas. Si los leoneses hubiéramos permanecido callados el “pedigrí” castellano territorial y popular nos hubiera invadido y anulado, siendo un apéndice manejable. Su arma potente la Fundación Villalar, bien engrasada con dinero público para adoctrinamientos irrespetuosos a más no poder, es un arma letal.
  
Como les falló la castellanización clara o encubierta, pasaron a lo castellanoleonés, de apariencia más asumible, pero en el fondo el mismo daño. La intencionalidad primigenia del ente ha sido no respetar la identidad leonesa, o si se prefiere la identidad regional leonesa, mediante su silencio, la ocultación, o la tergiversación histórica.

Señor Herrera: Hay que empezar por analizar lo que supone a los leoneses como imposición la pertenencia a la Comunidad. Nuestro rechazo: “León sin Castilla” sigue vigente. En vez de formar una identidad comunitaria homogeneizada impulsada desde el poder político,  cualquier simple gesto de comprensión hacia las dos regiones, la leonesa y la castellana vieja, hubiera empezado a crear acercamiento entre partes, pero no,  se trataba de imposición. A los ciudadanos leoneses ¡ni agua!, dicho algo más que como pura retórica, porque la real, la de Riaño ya la saben llevar para disfrute castellano.

Los leoneses, los de la región triprovincial leonesa, queremos llevarnos de la bandera inventada para la Comunidad el 50% que nos corresponde,  e instalar la purpurada del León rampante de un Reino, en nuestro territorio, como autonomía propia y autodeterminada. Ni el Día, ni la propia Comunidad la consideramos como nuestra, como leonesa, ni en la parte ni en el todo.  Sí como una imposición.


11 de abril de 2018

No hay un escándalo en España en el que no haya cerca un leonés.


El título elegido, tomado de un buen trabajo periodístico de López de Uribe, en ileón.com, me impulsó a publicar en mi blog algo sobre “política en general”, en relación con el Máster que  acabo en poder de Cristina Cifuentes y amenaza acabar con su trayectoria política,  y  muy tocada la Universidad Rey Juan Carlos, por lo menos.  Recomiendo la lectura: http://www.ileon.com/actualidad/084574/el-leones-amigo-intimo-de-cristina-cifuentes-que-curso-el-mismo-master-de-la-polemica
Es lo que sigue un cúmulo de reflexiones de cariz político, fundamentalmente en torno al PP, y sus últimas peripecias más que dudosas, casi siempre en cuanto a limpieza ejecutoria. Y fácil de observar  que, lo que más les interesa para resolver asuntos, es cargar contra el mensajero.  Acaso un punto fuera de mi línea "machacona" de lo leonés.


El sastrecillo valiente... como muestra

Ni más ni menos, el PP, nacional, autonómico y mediopensionista, en estos últimos tiempos, siempre tiene en la manga el “as” con el nombre bien marcado  del denunciante, el testigo molesto o el periodista inoportuno que destapa tramas corruptas, de sucia ejecutoria, de falsedades… para ir a por él…cuando proceda.

Ante hechos consumados difícilmente defendibles ya, una evasiva, un clamoroso despistaje muy en boga, muy in extremis,  es sacar de la aureola del partido al político implicado, situándole casi como un ciudadano que pasaba por ahí y jugaba al engaño. Eso sí,  tras la dilación, larga muy larga que dan los tiempos procesales que ayudan al olvido ciudadano, de modo especial a los unidos por la ideología, en este caso conservadora, siempre tendentes a la amnesia.

Aunque no señalo, simplemente evoco,  a los que voy a citar les colocaré como presuntos. Un aditamento imprescindible. Todos recordamos el caso Bárcenas, y sus “papeles”, que dejó de ser citado por su nombre desde el PP,  en especial el presidente Rajoy, con su dejar enfriar los temas molestos, como si al no nombrarle dejara de existir, para luego situarlo como un aprovechado que llegó, actuó en beneficio propio, e iba por libre. Como si nadie tuviera, cuando menos, el grave pecado de fallar in vigilando.

 En Valencia, el señor Camps, fue acusado de muchas cosas, entre ellas el derroche de caudales públicos en la Fórmula 1, en la visita del Papa, y de  financiación partidista, quien bien asentado, relacionado y protegido, lo ha venido capeando con gesto altivo. Tuvo en su cuenta el asunto de menor cuantía, unos trajes hechos a medida para sus necesidades, sin pasar por taquilla, ya que los mandos de la trama Gürtel lo hacían oportunamente. Para conformar esto se necesitó la voz y el testimonio de José Tomás. Que,  sin ser sastre oficial, estaba como encargado en las tiendas donde se acometían estos trabajos.

Y hablo el sastre, de ahí el título de estas líneas. Cuentan las crónicas que fue tanteado y halagado por los afectados, y que su persistencia en no desdecirse le  llevó a que se  pidieran su imputación por falsedad documental,  facturas de compras de trajes, que ¡menos mal para él no prosperó!, aunque estuvo a punto de ser llevado por delante. Puede que parte de las letras de una coplilla encajen: Ante el ruido que hacían con los dedales, una riña entre sastres…se decía que eran puñales”. Hay que ver para creer.

En Madrid, en el gobierno de  Esperanza Aguirre, le tocaron en suerte al menos dos altos dirigentes, que  salieron ranas, según sus frases, para situar a Ignacio González y Granados, como encausados, pero que  “pasaban por ahí”, y traicioneramente se lucraron,  según se ha dicho, cada cual a su ritmo. Y en esta faceta, la de paseantes, es en la que han colocado  toda la carga,  para intentar romper la concomitancia con el aprovechamiento partidista.

Y salta a la luz pública el Máster fantasma de Cristina Cifuentes, y las irregularidades de la Universidad donde se dice que lo cursó pero no lo cursó, según qué papeles se lean o escuchen distintas versiones. Y de mano eran abrumadoras las pruebas que la situaban, cuando menos, como personaje beneficiado, sin cumplir las normas estrictas para el resto del alumnado.

Con atención a su comportamiento ante la noticia se puede hablar de una huida hacia adelante.
 
El PP, los dirigentes de toda España se puede decir,  en Sevilla, según se ha contado en letra y en imágenes, la aplaudieron y reforzaron. Y deciden, si no he leído mal,  todos a una,  la defensa de cada uno de ellos, “cuando proceda”. En este momento toca a Cristina.  No obstante de haber presentido esta vicisitud que desviaban sus intenciones propagandísticas, no lo hubieran convocado.  Seguro. 

Como defensa, se empieza a indagar. Pronto “se descubre” que hubo una persona, dicen que socialista, que tratan desde el PP de vincular con el PSOE, como facilitadora del hilo, para que tiraran  del ovillo afortunados periodistas para “enredar” a Cifuentes. Y en la Universidad en entredicho se sigue el rastro informático, unipersonal o colectivo que vino a “levantar la liebre”. No importa el coste. ¡Hay que dar con el osado, o los osados!

Y así cuando Ciudadanos, partido que sostiene en la Comunidad de Madrid al PP de Cristina Cifuentes, decide, no tener en cuenta la moción de censura propuesta y cursada por el  PSOE, Gabilondo, a la presidenta Cifuentes, deciden repito,  proponer una Comisión de investigación para el tema Máster, y marcar un plazo de aceptación al PP para convocarla y conformarla. Fuera de plazo, como el Máster otorgado, el PP pone objeciones a la Comisión, y entre otras cosas  piden investigar a la persona socialista citada que avisó de las anomalías de fecha y firmas, en la Universidad. Vamos otra vez ir por el mensajero, a por el “sastre” que, en este caso, señaló que alguien recreaba actas a medida...

Así las cosas, Ciudadanos pide la dimisión de Cifuentes, proponen que, tal como ocurrió en Murcia, coloquen a otra persona en la presidencia, para seguir en el gobierno autonómico unos y otros.  Tal como si no hubiera más allá del asunto Cifuentes, “irregularidades” de todo tipo, en el seno de tal Comunidad aparecidas, según los medios, que por sí ya ponían   en entredicho la sucesión sin una efectiva investigación. 

Después de Sevilla, al oscurecerse el panorama en la Universidad  Rey Juan Carlos, Rajoy empieza a no citar, a no nombrar a Cifuentes, “a ese  tema” dice, lo cual la enfoca hacia la caída. Burda intención de evitar la ruptura de la piña defensiva allí surgida, para no perder posiciones ante el electorado.

En una última entrega, aparece el joven palentino Pablo Casado, ya encaramado a puestos de cierta relevancia partidista. En este caso es el País, el que hace aflorar irregularidades en otro Máster, de la misma Universidad,   que ganó el citado político del PP,  casi sin despeinarse, al son de convalidaciones y poco más. En este caso ya ha salido a la palestra, radio/televisión, con amplia muestra de documentos que avalan su esfuerzo, dice… y, aún sin pretenderlo, coloca en muy mal lugar demostrativo de veracidad a Cifuentes.

Al parecer la política, y no digamos gobernar, facilitan todo tipo de prácticas dolosas que rompen con la confianza que mediante el voto la ciudadanía les ha otorgado a los ejercientes  en política. Ya nada les sonroja, el pudor de ser pillados en algún raro manejo hace tiempo que lo han rebasado. Se lavan las manos con el jabón en forma de votos obtenidos en las urnas,  pensando que es un detergente idóneo, además de gratuito, que le suministran los fieles reiteradamente.

PD
El señor Majo presidente provincial del PP en León, ante el caso Cifuentes/Máster, dice a los periodistas: Vale, no tiene el Máster, ¿Dónde está el problema?,  y para completar  trata de reforzar a la citada Cristina Cifuente, añadiendo su “buena gestión política de la Comunidad", según dice él. Al parecer todas las irregularidades que propició en la Universidad que la “regaló” el Máster, no son una sombra, por no decir mancha,  en su expediente.  Para empezar se olvida de lo de la “mujer del César”…

No debe olvidar que el asunto Púnica también tenía  ramas en León, aun por dilucidar plenamente, y sancionar…


Así no se para la desafección de los ciudadanos hacia los políticos.  Bueno será que se dedique, también, a vigilar el trato socioeconómico, en declive permanente, de la Junta autonómica a los leoneses.
  

5 de abril de 2018

Leonesismo.


Personalmente siempre he entendido el leonesismo como un sentimiento.

Y como dicho así puede quedar demasiado etéreo, prontamente debo añadir que siendo un estado de conciencia, obviamente intangible, se viene a manifestar mediante la actuación o el comportamiento individual,  o colectivo, en cuyo caso hablaríamos del leonesismo compartido o social, que nos empuja a sentirnos orgullosamente herederos de un legado histórico-cultural que nos identifica

Tómese esto, nada más que a modo de una sencilla forma definitoria de una afección tan especial de los leoneses, que ha permanecido vigilante, cual sempiterna llama de amor a nuestra tierra, a la cultura que en ella se ha generado y que nos ha ido conformando como pueblo. Que esto no sea respetado por el ente que nos engloba irrespetuosamente, provoca el rechazo  mayoritario de los leoneses, que se ha de saber movilizar y activar.

Cada persona es, en su unicidad, la base y fundamento del entramado social, la llamada sociedad, y ésta, un sistema que condiciona y encauza, operante sobre las individualidades.  Si en nuestro caso, individualmente, en mayor o menor número y medida,  aportamos el sentimiento antedicho, lógicamente podremos hablar de un leonesismo social, que no siendo la suma de lo sentido por cada miembro, si es la expresión común de lo compartido: el sentimiento leonesista.

Del que hoy se ha dado en llamar leonesismo social, de origen anímico como el de siempre, con motivo del proceso autonómico en el que nos hemos visto inmersos, surgieron formaciones dispuestas a moverse en el entramado político, y a fin de estar presentes en los foros donde se dirimen los asuntos públicos que afectan a la región leonesa incardinada a fortioti en el ente autonómico llamado Castilla y León: Ayuntamientos, Diputación, y la propia Comunidad etc. por necesidad operativa, lo hacen organizadas cual partidos políticos.

Lo mismo que es falso lo de: “todo er mundo es güeno”; también lo  es,  que todos  los  nacidos  aquí,  seamos  buenos,  buenos  leoneses  se entiende. Para puntualizar esto, me permito señalar con total modestia, la sutil diferencia que encuentro entre ser de León y ser leonésEn ambos supuestos el origen de la persona, el nacimiento, ha sido en esta región, pero a partir de ahí, alcanzarán  matices diferenciadoresque  trataré de explicar, cual "disquisición metafísica", como sigue:

Ser de León. Nacer y vivir aquí es la escueta y sencilla realidad  que nos otorga tal condición. Si todo queda reducido a eso, lo leonés no ha calado en nosotros, conviviremos en esta tierra, llevaremos su nombre, pero no nos impregnaremos de su esencia, no alcanzaremos por tanto, la plena integración.

Ser leonés. Es algo más, implica un conocimiento de los valores autóctonos, verdaderos  marcadores  de  nuestra  idiosincrasia,  que  nos empuja a identicarnos  con  nuestro  pasado,  -historia,  costumbres  y tradiciones -  lo que supone una actitud de compromiso con todo lo nuestro, lo leonés, que como cosa propia defenderemos.

Dando un paso adelante, podemos decir que, ese ser leonés, nos puede poner en el camino de un más alto valor si cabe, cual es, el estado de conciencia llamado LEONESISMO.

Expuesto  esto, es necesario añadir que nuestra  Territorialidad  y  Personalidad leonesas,  entendida  la primera  como un  bien  heredado,  y  la  segunda  como un  valor  innato, ambas incuestionables, han de ser defendidas por los leonesistas, en todo momento y sin ningún paliativo. En modo alguno es fácil ser leonesista.  Lo que de verdad otorga la condición de  leonesista es el hecho de ser leonés comprometido, y la obligación sentimental que con ello se adquiere hacia nuestra tierra.

Hemos de tener en cuenta el leonesismo cultural, en el mundo de las letras, del arte... tendente a resaltar nuestros valores.

El activismo leonesista es una faceta vital, personal o colectiva, implicada en la reivindicación permanente de lo leonés.