29 de enero de 2014

¡A viajar con Villalar!

Los día  6 y 7 de febrero  alguien, puede que leonés,  se pondrá la antigua gorra de plato rojo de jefe de Estación, y bandera verde en mano dará salida al tren de las aviesas intenciones de los autonomistas del ente que tratan de administrarnos hasta las fiestas.

La Fundación Villalar,  portavoz cultural (?) del ente autonómico, ése que habla por nosotros, y los leoneses lo permitimos cada vez con más impunidad, parece  querer rematar su instalación en León. No sé si, en principio, como sucursal de implantación castellanoleonesa, o  hasta el siguiente aviso, o sin él, como castellana dominante a las claras.



Recordemos que al díscolo León,  desde los primeros compases autonómicos se le tenía cierta prevención, porque el rechazo a la Comunidad con Castilla era manifiesto, y buena parte de la sociedad apoyada en el leonesismo  social, o impulsando la faceta activista de éste,  se oponía públicamente a que el ente autonómico tomara posesión de lo leonés, como cosa propia.  No puedo dejar de reconocer que ese temor está desapareciendo últimamente a pasos agigantados. 


Sigamos con los recuerdos. Para ello entremos en la faceta copada por el leonesismo político. UPL, una formación política nacida para defender a León de las garras de Castilla, e ir en busca de autonomía propia de la Región Leonesa, no sé si por incompetencia,  personalismos, indefiniciones programáticas de actuación ante el ente, o debido a la taimada actuación de los cerebros pensantes de Villalar, suavizando hasta los pareceres,  algunos han  caído hasta el extremo en la tolerancia, ésa que “hasta ayer” parecía imposible.

Nuestros convecinos leoneses, ejercientes en política por las listas PP, PSOE e IU, unos más que otros bien es verdad, han jugado con nuestra gran inconsistencia como Pueblo Leonés, para impunemente seguir los dictados de sus mandos provinciales y autonómicos en busca de la integración de León en el ente autonómico. Y aquí una puntualización: nuestro demérito como leoneses votantes, está en  que a aquéllos, los “que tiran de la pata” mientras sus jefes los autonomistas del ente hacen su faena, les elegimos en las urnas una y otra vez.

No es extraño que, alcanzada esta situación, seamos cada vez más presas fáciles para la Fundación Villalar empeñada en buscar, a golpe de talonario,  una identidad para la Comunidad, con un gran dolo: asfixiar a la leonesa. 

Así las cosas va a empezar el “viaje” citado, por León. Al mando de la expedición, o tal vez mejor encabezando la incursión estará la presidenta de las Cortes autonómicas y  de la Fundación que nos persigue, la señora García Cirac,  muy bien flanqueada por el señor Calonge, último director de la Fundación.

Nada que decir hoy sobre el  programa de actuaciones, puede haber un espacio diferido para ello; sí que entre todos, los de allí, y  los de aquí que no voy a citar, lo han confeccionado; no hay imposición en este caso, más parece sumisión. Todo lo cultural sea bien venido, pero atención, a poco que uno se pare a pensar en ello en este caso, nota la doble intencionalidad: Doblegarnos y marcar otro triunfo de la Fundación para el ente autonómico: supuestamente el  de  la asunción por los leoneses de lo castellanoleonés como propio.

Para esto último ha desplegado muy bien sus armas la Fundación, ha venido fomentando el conformismo en los leoneses, y  a fe que con demasiado apoyos, incluso en los que saben manejar el arte de escribir y decir, lo está consiguiendo. Cada uno de los participantes en el “viaje a ninguna parte del León acomplejado”, actores y público, que se aplique el mérito o el demérito en orden a las consideraciones expuestas, valorando en qué medida va su apoyo intelectual, o la tolerancia que manifiesta al acudir. 









25 de enero de 2014

Mercadear en la Plaza del Grano


Vayamos al grano. 
Lo ideal expresado con belleza













Antonio Gamoneda(*) ha escrito.  Y aunque no fuera más que por su bello estilo, yo, que no soy más que un sencillo convecino, escuchado el suave clamor que fluye de su letra, bien galardonada por cierto, aferrado a su decir,  no me importaría acudir al alcalde, por si no ha tenido tiempo de leer su  gran “Carta muy abierta”.

Señor Gutiérrez, le diría, por si aún no ha podido hacerlo, permítame que le invite a escuchar  la voz del arte,  el de decir las cosas, con el cadencioso fluir de una petición  razonada, pero no para quedarse en la prosa,  algo muy posible dado su encanto, que en este caso a tramos  se nos antoja poesía,  sino, impregnado de la mejor esencia salvadora, decidirse a observar la  “Plaza del Grano”, y,  “haga conmigo, por favor, una contemplación intelectual del lugar y fije su mirada… canto rodado, soportales, la horizontalidad arquitectónica de la plaza…hacen que siga siendo muy digna de respeto… en lo que concierne a la composición espacial y a la caracterización histórico-antropológica.”

Quién le obliga a modificarla, sería mi impetuosa pregunta al Regidor. Pues, cuando la supuesta comodidad es buscada aún a costa de robar esencias medievales, lo removido y reconstruido mediante un moderno alomado de morrillos, según dicen, sobre una artificial zahorra previamente incorporada rompiendo el regusto constructivo de la antigüedad,  la “postal “ estará a punto de romperse, ya que hasta el simple maquillar puede ser, como en este caso,  dolosamente equiparable a destruir.

La tosquedad primitiva del canto asentado tendrá todos los inconvenientes que los “modernos”,  impulsados por las prisas del momento, crean oportuno  atribuirlo;  pero,  así era, así es, y como “tampoco tenemos que desfigurar o maquillar los testimonios de nuestro pasado cultural”, así deberá seguir siendo, sin agredir su más estricta puridad. 


Mercadear en la Plaza del Grano, su mejor y fiel destino de plaza medieval, apunta: “en las madrugadas y las tardes de los miércoles y los sábados, y vengan directamente a la plaza del Grano los cereales y las legumbres de la provincia campesina”, y propone: “Eximan de la tasa a aquellos cultivadores y cultivadoras que acudan con trajes tradicionales (no obligadamente trajes festivos; bastarían las viejas indumentarias del trabajo, del cada día). Y, los que quieran y puedan, aportando algún ornamento: las antiguas herramientas y útiles campesinos, los pequeños objetos emblemáticos del ámbito rural leonés”…

Si tal acontecimiento resultara prohibitivo con la periodicidad semanal insinuada, téngase en cuenta, señor alcalde,  para acontecimientos festivos leoneses, a fin de  que lo nuestro, ¡nuestro!, reviva en una plaza que debe guardarle con la más exquisita  de las fidelidades. “Se lo rogamos, se lo pedimos”


 *Discúlpeme el autor la libertad de haber tomado algunas de sus precisas frases,  para apoyar también mi parecer discrepante sobre la reforma pretendida para la medieval Plaza del Grano. 








20 de enero de 2014

Leonés del Año 2013, un segundo paso hacia la paridad

Y digo un segundo paso en razón a que hubo uno primero, llevado a cabo con el nombramiento de la etnóloga leonesa Concha Casado.  Dedicado a éste dejé escrita una página de este blog que titulé: Muy lejos de la paridad en el Leonés del Año”. Allí remito al lector si quiere valorar mi percepción del tema paritario Leonés/Leonesa, en este galardón; también encontrará algunos apuntes  sobre mi desconocimiento respecto al  “modus operandi”. 
                                                                                                    
MARGARITA MORÁIS, una musicóloga afincada en León, cántabra de nacimiento, ha sido elegida Leonesa del año 2013.  Puede que su nombramiento en el pasado mes de septiembre de Hija Adoptiva de León por el Ayuntamiento de la capital, haya sido un dato importante, a sopesar en sus méritos, y no menos, supongo, el estar propuesta para el Premio Castilla y León de las Artes, por el ente autononómico, ése  que habla por nosotros.



Dicho esto sobre la elegida, no debo dejar sin reconocer los méritos profesionales, o si se prefiere artísticos, como musicóloga que realiza una labor docente importante, y reconocida. Los jóvenes músicos lo avalan.  Siempre en busca de nuevos valores.  Preside la  Fundación Eutherpe.  Sin duda un excelente palmarés, que por sí mismo igual valor tenía el año anterior, y el que viene.


Desde años atrás vengo presentando candidatos a este Galardón. Así el año pasado propuse a otra leonesa de adopción: JANICK LE MEN, una francesa de nacimiento, afincada en León. Profesora de Filología Hispánica en nuestra Universidad.  En la página titulada Ya tenemos Leonesa del Año 2012” relaté cómo esta filóloga había culminado su labor de recopilación del léxico lleonés, en seis tomos, que culminó ese año. Ingente labor que así debía haber sido valorada.  No consiguió esta candidatura ser la elegida. Y añadiré que la aludida filóloga desconocía mi promoción, que presenté, según pensaba, por ser de total merecimiento. 

En el pasado año 2013, todos sabemos que  se dio una noticia al mundo de enorme importancia para el reconocimiento histórico de León, del Reino de León: Las Cortes de 1188 de Alfonso IX. Los Decretas en ellas elaborados. Y la presencia como estamento de representantes del Pueblo Leonés. La UNESCO así lo había reconocido. El ámbito de repercusión queda dicho: el mundo. ¿Cabe mayor escenario, o caja de resonancia para un pasaje histórico leonés?, hasta el más escéptico, sin dilación, dirá que no. 

De todos es conocido que ROGELIO BLANCO, fue quien preparó un completo dossier, bien estudiado y defendido, que llevaría al Tribunal Mundial al reconocimiento citado. Su promoción y defensa ante la UNESCO supuso un éxito para los leoneses. Invito a leer la página “La UNESCO y las Cortes de1188”.

Puede que la presentación, ante tal coyuntura y con total merecimiento, de la candidatura de Rogelio Blanco, a Leonés del Año 2013, por un inconformista del pueblo como yo, leonesista que siempre ha cuestionado la adscripción  de León por decreto al ente autonómico que nos engloba y anula, haya sido observada  como demérito de tal promoción. Y puede que hasta perjudicial  para nuestro paisano, pues, tal vez  hayan supuesto mis motivaciones personales un freno en la mano de algunos miembros del jurado para tal reconocimiento.  De ahí mi lamento y petición de excusas a nuestro ilustre paisano.

Por todo ello, algo me bulle: puede que sea necesario un “Lobby” para que salga adelante la elección de la persona propuesta como candidata. 

11 de enero de 2014

La Plaza del Grano

El peligro acecha a La Plaza del Grano, al solado de cantos procedentes de nuestros ríos, al pavimento medieval.   Es la última noticia del consistorio municipal, demasiado modernistas o sin sensibilidad hacia los vestigios de nuestro pasado medieval.





En 2002 gracias a la oposición de los vecinos en lucha se consiguió que el Ayuntamiento de aquel momento y "Patrimonio" no autorizaran el derribo de la casa porticada optando por su conservación aun cuando se remodelara el interior, en la esquina más emblemática de la Plaza del Grano que la ha venido dando personalidad junto al pavimento incomodo pero representativo de una época.
  
Tiempo antes, y lo dejé recogido en mi libro "Legio, érase una vez", escribí:


La Plaza del Grano, los soportales y el adobe           

Merced a los buenos oficios del colectivo de vecinos Plaza del Grano, se  consiguió frenar el ímpetu destructor, con trasfondo especulativo, que también había sentenciado la casa porticada de la esquina más emblemática de tan hermosa como histórica plaza de la capital leonesa.

Se temía, y luego se pudo comprobar lo atinado del temor, que al socaire del derribo de unas casas lindantes a la que nos ocupa, “sin querer” sufriera ésta tal gravedad en su añosa estructura que “se hiciera necesario” derribarla

La desprotección parcial de su entorno, las aguas pluviales que la trabajaban dañinamente durante la espera de los acuerdos municipales y  autonómico patrimoniales, en tanto  se  trataba de convencer o más bien entretener a los vecinos antedichos, a lo que había de sumarse  el roncar agitador de las excavadoras en las obras adyacentes, se pretendía que todo ello supusiera el preludio de una muerte deseada.

La presión ciudadana ante el consistorio no decreció, los daños en el inmueble no pasaron a mayores debido a la presión ejercida sobre el constructor, y el acuerdo final alcanzado pasaba por restaurar y consolidar la casa porticada, con más de cien años de historia ante sí, usando materiales recuperados e idóneos para ello.
            
A tenor de lo que se dijo y  se trató de hacer,  con relación a esa casa, tal parece que había quienes pretendían olvidar que el adobe fue un elemento de vital importancia en nuestras edificaciones de antaño.  Su materia prima básica, la arcilla, el barro arcilloso, más la paja que actuaba como congruente debidamente moldeado en piezas rectangulares, bien oreadas y  llamadas adobes, fueron el “ladrillo” de la época.

Junto a tan primitivo, pero agradecido elemento que aislaba tanto del calor como del frío, la robusta y fiable madera de roble, y de muy especial manera el humilde pero generoso chopo leonés, fueron  los componentes constructivos que se manejaron.

Y ahí permanece, viendo pasar el tiempo, esquivando las acometidas, al menos exteriores, de la modernidad civilizadora. 


                                        Óleo.  Pedro G. Beristain, 1996

Su porte, su historia, su belleza elemental, perdura gracias a quienes desde su vecindad, cotidiano vivir, y su comprensión,  se propusieron, contra viento y marea, que en forma de “Patrimonio”, Ayuntamiento y especulación constructiva,  no se hiciera llegar su hora.

Y está enhiesta, a pesar de su corta estatura, cobijadora de ensueños en el soportal de su inocencia antañona. Resguardo, amparo y sencilla diafanidad en su porticado aspecto que no emboza ni oculta, cuando más protege,  en una plaza que es la suya, o porque ella con su  donaire participa en la conformación del entorno del empedrado suelo del recinto que fue, no hace demasiado tiempo, lugar de transacciones entre agricultores y consumidores leoneses.

En esta Plaza del Grano, tiene significativa importancia la iglesia de Ntra. Sra. del Camino, La Antigua del Mercado, si bien su puerta principal no se abre a ella. Está en la calle Herreros, que fue camino de peregrinos hacia Santiago. Camino de los Francos. Su torre del siglo XVII, cuando las pocas casas del entorno estaban a su sombra, suponía un hito, un faro para el caminante romero.    
            De esta iglesia, de planta basilical de tres naves, parte puntual en su cita anual, cada Viernes de Dolores, la procesión tan esperada por el pueblo leonés,  al que siempre le ha gustado  acompañar con cirios encendidos, o llanamente ver, en recogido procesionar, a tan querida imagen de la Madre Dolorosa,  que marca un arranque tradicional en los desfiles procesionales de la Pasión.