31 de diciembre de 2014

FELIZ AÑO 2015



No podía dejar pasar estas fechas navideñas sin editar una página bien encajada en el sentir leonés.  Para ello nada mejor que nuestro “ramo”, incardinado con personalidad en el devenir histórico popular de nuestra tierra.

Este año, apenas se habían iniciado las fiestas navideñas,  terminamos  de fabricar, vestir, un pequeño ramo leonés familiar,  de sobremesa diríamos,  nuestro ramo allende nuestra tierra.  Durante el año que está a punto de finalizar,   he ido elaborando  el armazón de madera en ratos de asueto, o tal vez mejor diría,  armando y puliendo los listones de madera que el “tendero” me había vendido.

Darlos forma no me resultó fácil, y mucho menos el emplazamiento para las velas, tengan en cuenta mis lectores  que apenas si soy un aficionado en estos menesteres, lo que sí tira es el  orgullo por lo leonés.

Tampoco sería justo que se me atribuyeran méritos que no tengo, me refiero al propio esfuerzo de vestirlo, donde la mano de mi esposa fue decisiva. Sin olvidar a mi nieta Elena que, como aditamento, habilidosamente, y buenas manos, realizó en cartón los dos ángeles cantores.

El anterior ramo, que fotografíe para mi página “Feliz Navidad 2013, “nació”,  nunca mejor dicho, para la Navidad del año 2006,  estando ya fuera de León capital. En mi libro “La Lenta Agonía de la Identidad Leonesa, hablé de él bajo el epígrafe “Esencias de la Navidad leonesa”, incluso mostré una foto en blanco y negro. No estaba bien logrado.  

Fue el primero, y no tardó en ocupar un espacio pactado para los quince últimos días de Diciembre y la primera semana del nuevo año, más o menos,  que denominé: “rincón leonés”. Lugar  que ahora está ocupado con éste que hoy presento. El óleo, que asoma en ella, es una vista recreada desde el antiguo Egido, o cerca de San Pedro de los Huertos, en ella se aprecian las torres de la Catedral.


 Si hay alguna curiosidad en ello se puede realizar la comparativa, tan sólo contemplando ambas fotografías.

http://leonalmaximo.blogspot.com.es/2013/12/feliz-dia-de-navidad-2013.html





                     Navidad 2014

Quiero con él, a modo de postal, desear a cuantos visitan estas páginas lo mejor para el año 2015, que tan próximos estamos a inaugurar.






21 de diciembre de 2014

Relato para la Navidad del 2014

"A través del cristal, la lluvia!" Así me permití titular la fotografía que podemos ver cobijada en el relato. Fue conseguida muy oportunamente por Merche Sánchez, y  publicada en Facebok; sinceramente me impactó, dándome pie para culminar un relato que quiero compartir desde mi blog. Como se suele decir en estos casos, los personajes son ficticios. No así lo lugares citados. El momento, la semana de Navidad del año...

La fotografía del ramo colocada al final del relato, la he tomado prestada del blog Raigañu



¡Nostalgia! por Navidad


Tenía claro que a pesar de la lluvia que azotaba con fuerza la ventana de la sala de su casa, debería salir a la calle.  El confuso recuerdo de un mal sueño estaba resultando un pésimo compañero de estancia.  Tal vez  la lluvia, mojando su piel,  ejerciera una acción beneficiosa, algo así como un revulsivo que le disipara la melancolía que le invadía. La figura de su padre, un generoso ferroviario, durante el sueño se había esforzado en decirle que en sus últimos años sujeto a una silla de ruedas, había sufrido  bastante más allá de lo tolerable.


Nunca sospecho que los afables rasgos que adornaban la cara paterna de forma casi permanente, y pulcramente rasurada, él había sabido colocarlos a modo de careta, hasta el punto de conseguir ocultar sufrimientos internos que durante años permanecieron latentes. Algo que ahora le causaba inquietud. Rescató de la memoria  una frase sentenciosa que un día de sobrecogido  ánimo pronunció su padre, instándole a olvidar: cuando la nostalgia entra por la ventana, es bueno salir por la puerta para encarar el día. 


No cesaba de llover, otro fuerte aguacero difuminaba su campo de visión a través del húmedo cristal, creando una imagen confusa de los  viandantes, aunque   algunos fueran ataviados con ropa de colores vivos. En tal caso, su más aparente figura,  resultaba estúpidamente retorcida por la pátina de agua  y los rehiletes que se deslizaba por el vidrio.  Así se hacía imposible identificar a las personas, aunque  en verdad el dato no iba más allá de ser una anécdota marginal, pues tampoco conocía a demasiados convecinos de su  entorno en el barrio del Mercado. No era pues esto lo que le preocupaba, sino  encontrar  la nitidez que  necesitaba para eliminar su confusión mental.

Sacó del armario un impermeable, tomó además un paraguas y se hizo a la calle; en aquel momento estaba solo en casa, su mujer con el niño, su hijo, había salido en busca de alguna figura para reponer en el nacimiento. No tuvo  pues que dar explicación alguna.  Su intención principal, y puede que en principio única, era ir a la casa donde había vivido con sus padres, en el Barrio de la Vega. Permanecía cerrada desde que su padre, reacio a abandonar el barrio de su vida, hubo de partir hacia el más allá.

El agua y la fresca brisa le fueron  aclarando las ideas. Era lo que esperaba. Y así decidió poner a punto la última silla de ruedas de su padre, una con motorcito que le había regalado tres años atrás el día de Reyes. La limpiaría con cuidado. El párroco de San Francisco de la Vega sabría encontrar un destinario. Una buena fecha sería la de Reyes que se avecinaba, marcando así una continuidad.

Habían transcurrido apenas dos meses del fallecimiento de su padre. En la casa los recuerdos se le agolpaban, era natural y como tal los acogía. Cuando ya tenía casi apunto la silla, en un bolso lateral que exploró de rutina, halló una sorpresa, era un folio plegado que, en su parte interior, estaba escrito a lapicero y con letra de su padre. No le sorprendió demasiado, sabía que entre las aficiones paternas,  estaba recoger en letra lo que su memoria empezaba a negarse a recordar puntualmente.

Con ella en la mano, en busca de más luz,  se acercó a la ventana desde la que el viejo e impedido ferroviario había podido seguir viendo durante años  los trenes que ya no podía dirigir.  Pero sí apreciar la peripecia cotidiana del paso a nivel, un entorpecedor viario y peatonal que todos anhelaban hacer desaparecer.

Pudo leer:

“La noche que no silbó el tren
Apenas me hube levantado de la cama, me acerqué a la ventana. Una rápida mirada a través del vidrio húmedo me volvió a la cruda realidad del dogal férreo, que permanecía donde siempre. Era un día triste y lluvioso, las gotas de agua que descendían lentamente por el cristal, me dificultaban la visión pero no me impedían ver vías y barreras…  En un extraño sueño creía había visto desaparecer railes y catenarias…”

Eso era todo. Poco y mucho, según la profundidad con la que se acogiera el contenido del párrafo. Ciertamente el intento de supresión del paso a nivel emprendido por el consistorio capitalino, allá por los noventa, había supuesto para su padre toda clase de barreras, obstáculos y barro que le impedían circular a bordo de su silla. El mal planteado túnel bajo las vías, sólo sirvió para enterrar  dinero e ilusiones, y largos meses un incordio  para todos, quedando al final como antes.

De nuevo estaba en la calle; no llovía cuando emprendió el regreso a su casa. Cierta fortaleza de ánimo parecía haberle invadido durante la estancia en el hoy abandonado domicilio de su niñez. Posiblemente el buen destino que se propuso dar a la silla, ayudaba mucho; y cómo no,  la hoja manuscrita por su padre, donde marcaba el inicio de un cuento a partir de un sueño. ¡Ah!, había algo más, en la mano portaba un “ramo” de Navidad, que de siempre habían colocado en casa de sus padres.

                            
Los adornos estaban ajados, pero no importaba, ánimo y capacidad para resolverlo tenían, de modo que esa misma tarde, con su único hijo  y su esposa saldrían para ir en busca de otros que dieran a la armazón de madera que elaboró su padre, la prestancia leonesa que la próxima Navidad empezaba a requerir… 


¡Feliz Navidad 2014!



9 de diciembre de 2014

Ayer puertos secos, hoy además corredores

Un Corredor para la discordia. León y el ente autonómico.


Fuente: ileon.com

Iniciada ya la primera década de los 2000, creo que de modo muy oportuno dejé dicho algo que la actualidad del Corredor del Atlántico  y sus derivadas,  otorgan vigencian premonitorias.  Decía así:

 PUERTO  SECO, BIOETANOL,   ¡O TÉMPORA...!

Los leoneses como colectivo, o como Pueblo no reconocido autonómicamente, tenemos lo que nos merecemos en esta Comunidad centralista y absorbente, merced a aquellos políticos a los que votamos.  Y ello es:  poco, orlado de nada, secundariamente y a regañadientes. Huelga seguir cargando la negritud del caso sobre los políticos foráneos que dirigen el ente,  aunque en ellos esté el origen del mal, los de aquí, “los nuestros”, tolerantes y sumisos, son quienes dan pie o propician tal cosa.  De ahí nuestro lamento con Cicerón: “¡o témpora, o mores!”, ante su tibieza y permisividad para con el ejecutivo autonómico.

No valen excusas, ni paños calientes, lo que han propuesto o mejor simplemente anunciado, como de pasada, para La Robla, El Bierzo, o Chozas, no son más que aparcamientos para camiones y alguna mercancía, como sucedáneos de un Puerto Seco. Pues, se contemple como se contemple tal cosa, individual o conjuntamente, apenas pueden alcanzar el grado de “reintegro”.  Triste, corto y lamentable “premio” el que nos tratan de vender desde el ente, coreado por  “los nuestros”, que está muy alejado aquel “pleno” derivado de una propuesta y negociación que nació en Gijón como opción única para León:  Un Puerto Seco.  Con Asturias siempre tuvimos los leoneses bastante más que afinidad, trueques migratorios, o intercambios socioeconómicos. Y eso también contaba hasta que...

La Junta Autonómica que tiene fijación y experiencia  para entrar en lo netamente leonés y malbaratar nuestros planes, se encargó de transferir la opción, “brillantemente”, hacia Venta de Baños.  Nuestros políticos, los que se dicen leoneses, con los triunfos iniciales que les habían otorgado quienes dirigen El Musel, permitiendo entrar en el juego y la partida al poder autonómico, se los dejaron arrebatar de las manos.  Esto es lamentablemente la realidad del tema.

Hemos dejado a Veguellina, y su cerrada Azucarera, para citarla en solitario y como se merece, no en balde es el  paradigma especial y sangrante de lo que venimos diciendo.  Siendo también ejemplo en eso de “premio que se va y pedrea que se anuncia”, como recordaremos.  Cuando en el año 97, ¡hace cinco años ya!, se estaba cerniendo sobre el sector remolachero y azucarero de su ámbito, la sombra del cierre de la fábrica molturadora,  se apuntaban males como la desaparición del cultivo de remolacha en la zona, con repercusión directa en los agricultores, vital e importante tema, amén de la pérdida de empleos, toda la plantilla de ella.  Se hicieron promesas políticas de reindustrialización para la compensación de tales males, ¡males que hoy todavía persisten!

En agosto del 2000 se confirmaban los rumores sobre un proyecto muy interesante, pensado y propuesto por Ebro y sus asociados, una planta de biocombustible,  en la Comunidad de Castilla y de León. Se empieza a reclamarla para León, para Veguellina concretamente, y  “nuestros políticos” dicen que no será una dádiva tal ubicación, sino un compromiso enlazado con el cierre de la factoría antedicha.  Mas, pronto bajaron la guardia, si es que en algún momento la tuvieron activa.  O, tal vez,  fueron reconvenidos por sus jefes, lo cierto es que la  fábrica de biotenanol toma otro rumbo, se va hacia Salamanca, en tanto especialmente los que nos gobiernan, los del PP,  se escudan  en lo de: “Es una empresa privada y su decisión puramente empresarial”; cierto, pero las subvenciones son públicas, en tanto el compromiso con Veguellina, empresarial y político, está vigente.

El sucedáneo, una vez más, está servido. Escamoteada la ubicación en León, se trata de calmar los ánimos,  y así lo edulcoran con la oferta, cuasi gratuita, de  “un área de puerto seco”, añadiendo, “y centro de transporte por carretera” para Veguellina, que nada tendrá que ver, tan solo en cuanto a equiparación de promesa, al del  Armunia, allá donde en su día se consumo la  estulticia de Biomédica. En Veguellina, además del posible aparcamiento de camiones y mercancías, cuando más, se habla, se habla... de una especie de laboratorio  para investigación del biocombustible a partir de subproductos agrícolas, más bien menos que más. Por cierto:  ¿Qué hay de la manifestación anunciada por UPL para pedir la planta de bioetanol en Veguellina?


León se quedará sin  un verdadero Puerto Seco, en tanto la Junta nos da a “beber la tila” de que León, sigue teniendo sus opciones, para que olvidemos la oficial apuesta por Venta de Baños. León ya no es lugar preferente para Asturias, se dice; en tanto se lanza algo más que un rumor: “Coruña interesada en situar en León un puerto seco”. Todo bien batido en la coctelera política autonómica, se quedará en nada. Lamentablemente, para la  Junta autonómica, León es anodinamente el noroeste de la Comunidad, y la Región leonesa el oeste de la misma. Sin tremendismo alguno diremos finalmente, que Valladolid, como centro poderoso,  más Burgos y Palencia  en triangular sintonía, conducen a León, “oveja dócil” sin pastor, léase políticos leoneses comprometidos, a la despersonalización leonesa, tanto social como económica.