26 de agosto de 2011

El Concejal y la Lengua

  
El nuevo Concejal de Cultura Leonesa  en  el Consistorio de la capital,  ha hablado... en castellano 



Juan Pablo García. Concejal de Cultura Leonesa en el  actual equipo de gobierno  municipal de la capital ha dicho:


Los ciudadanos lo que quieren es lógica y sentido común y hoy por hoy el llïonés no tiene un uso cotidiano.


Todo un descubrimiento señor Edil. Pero no es menos cierto que si lo dejamos en el olvido o tratamos de anularlo, lo que de la lengua leonesa queda como vestigio de lo que fue, estamos contribuyendo a la destrucción de ésta como parte integrante de  la Identidad Leonesa. ¿Es eso lo que pretende usted, señor Concejal de Cultura Leonesa?, ¡vaya un contrasentido!

Y además añade:

Desde luego antes que el llïonés debemos tener documentos bilingües en inglés.

No son incompatibles, ni tan siquiera más caro, lo del ahorro en esta faceta cultural del leonés, es una perversión, cuando además viene a ser como el  ahorro del “chocolate del loro” del chiste.

Con relación al Palacio de don Gutierre, su idea de cultura global, entres otras, le lleva a decir:
“La cultura leonesa seguirá teniendo su sede en Don Gutierre, aunque no se quedará sólo allí… mis objetivos son, en primer lugar, promocionar a los artistas leoneses de cualquier disciplina, sobre todo hacia la comunidad”.
¿Por qué a la Comunidad y no a las Comunidades, para ser verdaderamente “global”? Tal parece que lo que hay que mimar es la comunidad castellana que nos ha sido impuesta, so pretexto, en este caso, de potenciar no sé que cultura leonesa propuesta por el edil.

Como leonés, leonesista y ciudadano comprometido con lo nuestro, repruebo la actitud del señor García.  Y como quiera que en el tema autonómico nada nos sorprende, otra cosa es que nos duela, todo nos hace pensar que puede que esté siguiendo consignas  de su partido en la Comunidad, o lo que aún es peor, motu proprio adoptando una postura que agrade a los suyos del ente autonómico, en cuyo caso estaríamos ante un delito cultural de leso atropello a la personalidad leonesa, algo infinitamente peor.

Y por último: ¿también va a suprimir la traducción a  llïonés de la página www municipal?  

24 de agosto de 2011

El Nazareno en el Madrid de la JMJ de 2011

La JMJ, un multitudinario encuentro de motivación organizativa religiosa, que a la juventud de muy diversos países pareció encandilar, de ahí su afluencia masiva, tuvo también detractores por lo tocante a lo económico, precisamente en estos momentos que hay verdadera hambre, especialmente en el llamado tercer mundo. Sin olvidar el excesivo boato que la jerarquía católica gusta de imprimir a sus actos, que chirría incluso en muy buena parte de la nómina de los creyentes.
Volvamos al Nazareno y a la Cofradía del Dulce Nombre. Precisamente este año 2011, la Hermandad celebraba  el IV centenario de su fundación, y se les presentó la enorme posibilidad de que el Nazareno formara parte de los pasos, más representativos, que habrían de participar en el magno Vía Crucis del día 19. Así fue, seguro que no sin el decido empeño de sus dirigentes, dicho así para no significar a nadie en especial, que pusieron de este modo un fabuloso broche a sus actos.
El paso, al decir de las crónicas, resultó muy visitado y admirado en Madrid, y debo decir que me ha sorprendido no escuchar alguna voz citando al Cireneo, como obra de Víctor de los Ríos; sí ya sé, es “personaje secundario”, pero a su autor, al imaginero  le debe mucho la Semana Santa leonesa, incardinada de siempre en nuestra cultura, en nuestras tradiciones, y probablemente no supimos agradecérselo en vida.






La figura del Cireneo, fue dotada, en origen, de un sayal de tosca tela marrón franciscano, no era de los Ríos muy amigo de dejar de ajustarse a la verdad de las cosas, pero sería años después sustituido por otro, “adornado” sin necesidad, en terciopelo y bordado ampulosamente. Se puede ver  el contraste en ambas fotografías. Si bien el nuevo deja cuello, parte de la espalda y hombros al descubierto, igual que el primitivo, tal vez para no ocultar la parte del torso de un hombre fuerte que el autor trabajó con esmero.





El día 20, en la Vigilia de Oración con los jóvenes peregrinos, más de un millón se dijo, en el aeródromo de Cuatro Vientos, donde el escenario montado, además de caro, parecía suponer un derroche de ingenio, hubo un signo en forma de viento, que se llevó hasta el blanco solideo papal, y la lluvia generosa de una espectacular tormenta lavó a los allí presentes. ¿Fue una señal o un capricho de la naturaleza?  Puede que esta elucubración suponga  quedarme en lo anecdótico… aunque tal vez no lo sea tanto.


23 de agosto de 2011

SIMÓN DE CIRENE

No encierra cuanto aquí está escrito, ningún intento de trivializar, ni al personaje, Simón,  compañero en el doloroso camino del Calvario de Jesús de Nazaret, ni a los acontecimientos recogidos, en torno a la imposición que le marcaron: nada menos que ayudar a  llevar el peso de la cruz;  recogido sin demasiada precisión en los Evangelios.
Todo ello viene a propósito de la presencia del paso El Nazareno, titular de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, como Estación en el Vía Crucis, y procesión subsiguiente del día 19 de agosto con ocasión de la visita del Papa a Madrid y el encuentro  en la JMJ. 



En este paso, Simón de Cirene aparece prestando la ayuda para la que fue requerido. El evangelista Lucas  dice: “tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase”, por lo que podemos interpretar que fue una “lotería” para Simón,  y que a partir de aquél momento en el que el romano de turno, pero con autoridad, le dijo: ¡Eh tú! ayúdale a llevar la cruz hasta el Gólgota, no sé si hubo de cargar totalmente con el madero “que le pusieron encima”, o simplemente “ayuda a llevar la cruz”, como nos lo presenta en el paso, el imaginero.  Un sencillo personaje que pudo aliviar la carga de Jesús de Nazaret.
El imaginero, en este caso, pues hay más que también lo han plasmado así, fue Víctor de los Ríos, un cántabro bien conocido en León,  casado que estuvo con una leonesa, y verdadero dinamizador, allá por los años cuarenta del pasado siglo, de nuestra Semana Santa. Al que tuve el honor de conocer, con motivo de la presentación de su obra La Dolorosa el año 1949.  


En la fotografía ambos en segundo plano,  bien seguro que por distinta motivación.  En  el rostro del autor, con discreto bigote, se puede apreciar la presencia de ánimo del que  se sabe autor de la obra y protagonista, y, en su gesto, el dato de quien no busca trato preferencial.
 En el año 1946 la Cofradía del Dulce Nombre le encargó la restauración de la figura del Nazareno, obra del siglo XVI, de autor no conocido, no faltando quien se la atribuye a Pedro de la Cuadra, bastante deteriorada por distinto avatares. Realizó un excelente trabajo con profundo respeto al autor de la figura de Jesús con la cruz a cuestas.
La idea de incorporar a la escena al Cireneo, que él talló, fue decididamente oportuna, se completaba así la expresión plástica del delicado momento de ayuda a un futuro crucificado al que se le hacía portar su cruz, y el peso del madero minaba sus cada vez más escasas fuerzas.
Algún dato más, y reflexiones sobre el acto en Madrid, ocuparán la próxima página.

17 de agosto de 2011

Una crónica para un lamento


Margarita Torres, la historiadora leonesa ha escrito:
Ni siquiera ha cumplido el año desde esa fecha simbólica, 2010, en la que los leoneses celebramos el mil cien aniversario del nacimiento de nuestro reino. Un momento que pudo convertirse, si hubiera apostado por ello una gran cadena de televisión, en uno de los hitos más apetecibles para introducir a todos los españoles en una fascinante etapa de nuestra historia, que cambió el curso del ayer ayudando a crear nuestro presente. De León nacieron los reinos de Castilla, Galicia y Portugal. Por León cruzó Almanzor, el mejor general musulmán de España. De Castilla y León partió en 1492 la expedición que unió los dos extremos del Atlántico forjando la nueva visión de una España volcada en América, pero capaz de vigilar sus espaldas en Europa.
Como leonés, a pesar de gustarme cuanto en su  “Historias del Reino”, DL 15.8.2011 cuenta, me hago algunas consideraciones que, incluso, me agradaría  leyera la autora citada. En verdad se trata, el suyo, de un escrito de fácil lectura aun cuando encierre algunos puntos de irónica comparativa… que sabe manejar bien.

Cuando apunta que la expedición de Colón, sin citarle, partió de Castilla y León, aunque no sea esa su intención, al pronto puede hacer pensar al lector que alude a Castilla y León como antecedente de la Comunidad actual así denominada. 







Podemos leer en el escudo:
A Castilla y a León... 


Una expresión que siempre han evitado los castellanos, y mucho más los dirigentes del ente autonómico que nos bloquea lo leonés...






Como cronista, escribe para el pueblo; pero el pueblo es sugestionable;  y tiene, o tal vez deba decir tenemos, en función del tema autonómico que nos ha tocado padecer y vivir, llena la cabeza de mensajes políticos malintencionados, contra los que no siempre estamos en guardia; por ello creo que la precisión diferenciadora se hacía imprescindible, aun cuando sonara a obviedad.

En el mismo medio,  Diario de León, más o menos hace un año, el 7 de octubre de 2010, respecto “al programa de actos” sobre el nacimiento del Reino de León escribí:
La supuesta celebración del 1.100 aniversario del Nacimiento del Reino de León está siendo el sueño evanescente de la nada histórica, con el que nos obsequian a los leoneses los diseñadores autonomistas que nos administran comunitariamente…
Pero, claro está, ante los “atributos” a la vista, bien se puede decir el sexo del individuo, se me  puede argumentar; pero no es mi caso, pues, el 25 de abril de 2009 en DL, ya escribí:
De cara a la celebración del 1.100 aniversario de la creación del Reino de León… los leoneses estamos entrando en el juego que conviene al ente autonómico: llegar a la fecha totalmente dependientes de sus veleidades autonómicas para que, dueños ellos de nuestros dineros, “nos organicen un evento”… y de la mano del poder autonómico todo corre el grave peligro de ser, sin la menor duda, ¡una nada, nada, de un poco más!... 
Los leoneses con nuestro personalismo en la mochila, unos; o con aparente pasividad, fruto de impotentes esfuerzos vividos, otros; somos incapaces de unirnos como pueblo para defender lo que como tal nos atañe, y así somos manejados.
Dice también la historiadora:
Un pasado atractivo para la pequeña pantalla, o la grande, el leonés, con sus conjuras, devaneos amorosos, traición, aventura, misterio, aires califales, huríes, cien doncellas, una arriba o abajo, adulterios diversos por doquier, leyendas, maldiciones...
Claro que se podían haber realizado actos importantes,  documentales y películas, durante todo el año; para el pueblo al nivel correspondiente, en cuanto a dosis cotidiana,  y para el mundo al más alto nivel televisivo, como apunta; mas ya es tarde…pero vale el lamento.
Y Margarita sabe bien como se las gasta la Fundación Villalar, como institución autonómica, a la hora de manejar la Historia y las historias. Igual particularidad puede valer para la Fundación Siglo… del ente autonómico y "organizadora del evento" citado.






12 de agosto de 2011

…Y Marialba está temblando…

       Ayer cuando leí en  Diario de León el artículo de Emilio Gancedo, un periodista preocupado y comprometido con lo leonés, de modo especial lo cultural, me vino a la memoria un dicho popular  que circulaba en la denominada, con mejor o peor acierto, Sobabajo, cuando el Ayuntamiento de Villaturiel estaba activamente integrado en la Hermandad de la Sobarriba, y ésta tenía una muy especial vinculación con la capital leonesa.
            Decía aquél: Santa Olaja tente firme que Castrillo ya cayó y Marialba está temblando del susto que recibió. Se enunciaba esto tiempo ha, en momentos, puede que a caballo entre la República y el “Movimiento Nacional”. Ahora Marialba, y con este pueblo todos los leoneses comprometidos con lo nuestro, temblamos ante el susto que nos ha dado la Junta, y es la enésima vez para este tipo de cosas.
         El título que Emilio puso a su trabajo era: La Fundación del Patrimonio aparca el Proyecto de Museo para Marialba. El leonés y Arquitecto Melquíades Ranilla había elaborado el proyecto de un edificio de características idóneas para cubrirlo y protegerlo, al propio tiempo que se hacían visitables,  mediante una pasarela,  las ruinas de la planta basilical paleocristiana.




                El trabajo de estudio y proyección que la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León había encargado al señor Ranilla, parece que lo desechan  “por no considerar adecuada la cimentación”. Lo rechaza la Comisión, y como no hay dinero para encargar otro debido a la coyuntura económica, todo se pospone sine die, ¡buena  disculpa! Ahí tiene una tarea que ejercer el procurador autonómico por UPL,  Alejandro Valderas, por ser la única voz leonesa discrepante, sin ataduras,  en las Cortes autonómicas.
No se trata de gemir ante el abandono, ni lanzar lamentos por un nuevo agravio, ni mostrar tan siquiera indicios de victimismo, aunque estemos en nuestro derecho y enormemente dolidos, sino en vigilar adónde van a parar los dineros a Marialba destinados, o los que se encaminan en el ínterin a otros trabajos de similares características, pues entonces, con documentos, se puede demostrar el injusto comportamiento presupuestario de la Junta. Pero siempre apoyados en razones bien documentadas.
Marialba ha resultado un “complejo arqueológico” de más extensión, significación e importancia de lo esperado, incardinado en lo leonés y sin trabazón castellana alguna, y sin posibilidad de catalogarlo como castellanoleonés. El georradar que emplearon en las pesquisas  ha confirmado esa amplitud y relevancia, algo que a  la Junta y sus prohombres les asusta por lo que supone para León.  No olvidemos que estamos ante “los restos de una iglesia única en el mundo”, “un singular y primerísimo exponente arquitectónico del Cristianismo en Europa”, que se trata de musealizar, poniendo en valor al propio tiempo cuanto le rodea: una enorme ciudad o los restos de un campamento, enterramientos etc.
En definitiva ¡Patrimonio Leonés!  Ahí está la clave.   
  





3 de agosto de 2011

El unicornio, ¿también estorba?

Tardar, tardaron, pero las moscas están ya picando, al menos la curiosidad del transeúnte, en Puerta Castillo. Un viaje, sin recorrido, pero largo han tenido, al que podríamos aplicar aquel dicho leonés de la capital: las mocitas de Santa Ana  por Puerta Castillo van a la  plaza (Mayor), unas leonesas que al parecer derrochaban ansia por pasear… y no ir “volando”.
La gran mosca creación del escultor-trasgresor, como a él no le importa, incluso hasta le gusta que le cataloguen, Eduardo Arroyo, tan lacianiego y libre como  el Valle, al fin ha conseguido que pique ya, allá en lo alto, en el costado derecho de Santo Martino.

          
Personalmente no me sorprende la mosca, ni me incomoda, otros verdaderos daños, por abandono o derribo, se ha inflingido a nuestro patrimonio y así estamos. 
Al artista que tiene sus raíces en Laciana, y  “se ha adoptado” al pueblo de Robles deseando auparlo a niveles de interés cultural, no le gusta el MUSAC, o tal vez diría mejor el ambiente que se trata de crear en su interior; a mí tampoco, pero lo que yo piense ¡a quién importa!; a ambos, probablemente, nos hubiera gustado para Museo de Arte Moderno la abandonada iglesia de Santo Martino y parte de la cárcel adyacente, antiguo palacio de connotaciones medievales leonesas, para albergar la gran colección que se llevaron a Valladolid, al Patio Herreriano. Nos faltó a los leoneses garra para conseguirlo, algo que sí parece tener la mosca de Arroyo para amarrarse a la pared.
Con la misma libertad digo que no me gusta el brazo de grúa, pues aunque forme un todo con la moderna visión escultural de un unicornio elaborado por el escultor y pintor figurativo, paisano nuestro,  se parece a una improvisación que a demanda está así para posar su mítica carga simplemente en el suelo o sobre la plataforma de un camión para llevársela.  Puede que el nuevo alcalde esté pensando en retirarla de la acera, pues “estorba” tanto como las catenarias del tranvía que se fue.

 Nada de lo que ha colocado Arroyo en el entorno citado le resultó fácil, hubo quejas ciudadanas y demoras municipales hasta hartar, pero ahí están; el tiempo en su transcurrir destructor, o algún político intransigente, dirán hasta cuándo.