25 de julio de 2017

Un bien leonés aún, el agua

Tomando el mismo título de  un artículo publicado en La Crónica 1996,  hoy encabezo esta página. Entonces hablaba del interés de la Junta por llevar agua de Riaño, a Palencia y Valladolid,  y hoy hemos de constatar no sólo que lo consiguieron sino siguen con  maniobras autonómicas dañinas para los leoneses. También recordaba a los damnificados por el embalse  y decía: "los sentimientos permanecerán incólumes en los expropiados, tanto más vívidos cuanto más se alejen de su tierra; y generarán añoranzas largos años, por siempre me atrevería a decir", y no me equivocaba.

Siempre estuve entre los que rechazaban la finalización del embalse de Riaño. 

El  interés  de  la  Junta  autonómica  en  1983,  por  impulsar  la terminación de la obra, para embalsar, lo debimos interpretar como un interés extraño, ¿por León o por el agua?

Hace 17 años, en un periódico, leonesista, que tuvo su germen en el movimiento asociativo cultural leonés, Nuestra Tierra, me publicaron un artículo sobre el tema agua, los riegos y los engaños, incluso más allá del ente. Por estar vigente, no sólo en esencia, sino en presencia dañina mucho de lo allí vertido, tal como el título de propiedad de nuestras aguas, hoy casi imposible de sostener,  propongo su lectura a mis lectores.




                       35.000 MILLONES,  “TIENEN LA CULPA”

Hay  ocultos intereses en unos, en los políticos, ésos que propalaron iban a poner en regadío 80.000 hectáreas de terrenos leoneses con el ¡agua de Riaño!; y preocupante pasotismo, hasta ahora, en otros, en los usuarios o beneficiarios, los regantes leoneses.

Después de diez largos años de paciente espera, cuando las promesas se caen porque León cuenta muy poco autonómicamente y menos en el cómputo nacional, merced a los políticos que venimos votando; éstos se atreven a hablarnos, como futuribles, de ridículas superficies, algo así como siete mil hectáreas, y, además, Dios sabe para cuando. Por supuesto, un insulto a las verdaderas necesidades no inferiores a setenta mil hectáreas de nuestra geografía leonesa, que los técnicos leoneses señalarían como tributarias de tal don. 

Ante esto, uno no puede menos de preguntarse: ¿Dónde están aquellos agricultores, políticos y sindicalistas del ramo que, en las calles leonesas, gritaban pidiendo la conclusión del embalse de Riaño?. Recuérdese que lo inquirían en multitudinarias manifestaciones, con ardor y ajenos al dolor que a otros podían causar.  Y total para algo peor que casi nada,  para que algunos, ajenos a nuestro dolor y penurias, se la lleven antes, y hasta posiblemente después.

A los que capilote en mano, como símbolo de lo bello que pretendían inundar, nos congregábamos en emotivas manifestaciones in situ, coreando “¡pantano no!”, al lado de los verdaderos afectados, pero todos amantes de los parajes y el entorno amenazados, no puede dejar de dolernos hoy que el sacrificio, de la destrucción primero, y la inundación posterior, haya servido para que el agua embalsada sea llevada, cuando la sed del agro leonés persiste, a unas provincias que por voluntad propia y oficialmente gustaron desmembrarse del que fue Reino de León. Hablo naturalmente de Palencia y Valladolid, y sin que este último dato sea, por sí mismo, motivo de denegación del agua, sino porque en tanto los leoneses del campo no estén siendo beneficiarios del sacrificio de Riaño, por razones obvias y en  virtud de lo prometido, a nadie le debe ser permitido apropiarse de este bien leonés. Empecemos por nosotros, para seguir con los demás.

Hay una canción, tan aflictiva como veraz, creada e interpretada por los hermanos Quiñones, todo un grito de doloridos recuerdos de Riaño que eriza el vello a quienes la escuchamos con la mente al filo de lo sentimental, de la que quiero traer aquí una estrofa que habla por sí sola y fortalece cuanto estoy diciendo:  “¡Riaño!. Deja que aquellos que un día forjaron tu ruina contemplen su error”.  Son copartícipes de tal situación, los que tirando de la pata, vociferantes en sus demandas de cierre y riego, ayudaban a clavar el simbólico cuchillo de la destrucción, precedida del forzado desalojo vecinal por la fuerza de las armas de los antidisturbios;   y,  a diez años vista, tan sólo la primera demanda han logrado. 

O sea, consiguieron que pusieran a trabajar el viejo muro que propiciaba el cierre, pero la segunda premisa, ¡vital para ellos!, decían, la del riego, parece nos serlo tanto cuando el proyecto del canal del Carrión, favorecido autonómicamente para desviar el agua, ha estado en ejecución desde hace tres años, verdadera amenaza de futuro, sin  gran rechazo por su parte, o apenas sin inmutarse. Acaso algunos cabecillas teman despeinarse políticamente si se mueven.

A buen seguro que el Curso sobre “El presente y el futuro de los Regadíos”, en Hospital de Órbigo, al que el Sr.Valín, Consejero que fue  de Agricultura Autonómica, vino a “entregar diplomas”, 22.9.99; resultó una buena maniobra política, útil para calmar ánimos y  edulcorar incumplimientos con el gesto magnánimo de “conceder su departamento buena parte de los regadíos sociales” para León.  Pantomima que, preñada de ficticia generosidad, viene a ser como una dádiva de 20.000 hectáreas de regadíos de los llamados sociales, para Payuelos; eso sí, para cuando esté construido el canal bajo, que pronto se ha de acometer (?).  Nadie supo  replicarle que, ese canal y otros más, debieron haberse ejecutado paralelamente en el tiempo a las obras del embalse.
 
Y además, el Sr. Valin, osó decir: se le “concede” agua a León. No hay tal concesión, cual dádiva; León ejerce, y la Junta Autonómica de antes y de ahora, ha de respetar, el incuestionable derecho leonés de primacía al agua de Riaño, y este derecho es subsidiario de, al menos, OCHENTA MIL hectáreas, en regadío.

¿Qué están haciendo los que se consideraban beneficiarios del agua, ahora enmudecidos, dócilmente afónicos, en oneroso, por inexplicable, silencio, y además sin regar?.  Será que ya no necesitan el agua que cabezudamente demandaban, ésa que consiguieron inundara valles y hermosas praderías de un Riaño destruido, borrado del mapa, junto a otros pueblos de la comarca.

Ahora, según dicen desde UGAL, “las administraciones condicionan los regadíos a la aportación de 35.000 millones de pesetas por los regantes”, algo así como poner la cama además de ser...   Parece una cruel burla de los poderes políticos, ese trasladar sus retrasos, sus culpas, y sus incumplimientos, a los agricultores, a unos perjudicados que pecan de silentes, en tanto, con el trasvase al Carrión, el agua se nos escapa, como tantas otras cosas, hacia el centro del poder autonómico.   




20 de julio de 2017

Un programa sobre el Fuero de Leon y la edil de cultura



No es por señalar  a Margarita Torres, simplemente es por estar generada la noticia en su ámbito y bajo su saber histórico. Leo la noticia y percibo el regusto de aliño del ente.

Ya en las primeras noticias de actos para conmemorar el Fuero de León, nuestra historiadora quiso hablar en femenino en alusión a él.

Nada que objetar a primera vista,  Si no fuera por ser  una faceta vendible al mundo, que la promueve el ayuntamiento, constriñendo de salida, a mi criterio, la dimensión “universal”.  ¡Ah!, pero eso sí compone su Mesa de presentación con representantes del Colectivo Mujeres Creadoras de Castilla y León.

Se nos presenta como iniciativa municipal, pero atención “en colaboración con la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León”; ésta es la “culpable” de que podamos conmemorar el Milenario del Fuero de León… ¡Loores!

La Junta autonómica, el ente que habla por nosotros, impone su ley, castellaniza todo lo histórico leonés, nuestra vida y nuestras costumbres,  o cuando menos se apropia de las celebraciones para incardinarlas en el aura autonómica  que nos engloba. No importa la impostura.  Nos hace parte, o partícipes diríamos mejor, cual si fuera una dádiva tomar lo leonés elevarlo a la condición de autonómico, no para compartir, sí para aprovechamiento y cantar las excelencias de una comunidad creadora de un pueblo único.

A nuestra historiadora, la que ha sabido elevar el cáliz de doña Urraca a la cualidad de Grial  con una plausible historia que nos favorece, al igual que otros personajes, parece encontrar en los Decreta (yo aludo a los de Alfonso VIII de León y sus Cortes) toda fuente de inspiración para destacar lo leonés.  Pareciéndome excelente, no puedo menos que sorprenderme pues teniendo  tanta historia acumulada éstos, es ahora el momento en el que toca destacarlos, cuando  los dirigentes del ente, dada la repercusión mundial, no han tenido más remedio que desempolvarlos, y graciosamente presentarse como los mejores valedores.

Lo que nos cuenta ahora, nuestra historiadora, y lo digo con todo respeto, supongo que a otros muchos y a mí nos hubiera gustado escucharlo alto y claro en 1988. Y, con el necesario matiz diferenciador, ya desde los prolegómenos autonómicos, cuando los autonomistas castellanos querían fundir y confundir la historia de León y de Castilla, antes y después de 1230, para un futuro comunitario centralista en Valladolid.

El Colectivo citado ¿pone el ojo femenino en la lectura del Fuero, o se fijan en aquellos capítulos donde se presta la debida consideración a la mujer?  No es lo mismo.

El Fuero en femenino “hermanará a las mujeres de hoy, con las de hace mil años”, ha dicho Margarita, con especial mirada al Fuero de León.

¿Las mujeres  leonesas de hoy deben estar hermanadas previamente con las castellanas?, o  ¿ya lo están por decreto? Rizando el rizo, ¿cómo se pueden hermanar las castellanas de hoy, con las leonesas de entonces, si no compartían nada?  ¡Ah!, que hoy tampoco. ¡Acabáramos!



16 de julio de 2017

El ICAL nos obsequia con “su” encuesta

A los ciudadanos de Valladolid y Palencia les va bien la comunidad  y se oponen con su respuesta, según ICAL, a que se hable de separación del ente: de León, sea sólo como provincia,  o como región junto con Salamanca y Zamora.

Una encuesta oficial promovida por quien domina el ente, que todos sabemos cómo se las gasta en dirigismo usurpador, cocinada de salida, esto es, mediante preguntas interpretables,  y posteriormente en el posible manejo de los datos, no debemos permitirnos que  nos lleve a error.  14 de julio de 2017.  

Mis apreciaciones:
Movimiento ciudadano en facebook. Más o menos, allá por marzo del 2017 se empezó a hablar, con cierta intensidad,  de encauzar el movimiento sociocultural  triprovincial  para indagar en el sentir leonés. Encontrar en qué grado subyace la leonesidad, y de ser así, cómo recuperar la vital condición de Pueblo Leonés. Si decimos leonesismo es igualmente válido. Digamos “SER LEONÉS”

Recuerdo que propuse la conveniencia de unir las asociaciones vigentes, y hubo quien dio como necesario la formación de un Grupo que aunara esfuerzos, de ahí surgió Gran Concejo del País Leonés.

Como sugerencia, la idea era: Conocer si hay conciencia de Pueblo Leonés, en las tres provincias  de la Región Leonesa, ¿en qué grado?

Qué posibilidades hay,  ante una tibia, silente o incluso nula presencia del condicionante de leonesidad territorial, social, triprovincial, en los conciudadanos  que compartimos región, e identitaria,  para intentar la consolidación en su caso o la reactivación en el más desfavorable. Saber a qué nos enfrentamos, para jugar bien nuestras bazas regionales.

Uno, a tener en cuenta, sería valorar las posibilidades  que se detectan en el campo de actuación del movimiento asociativo. Esto es, la influencia  que lo cultural, tradicional o costumbrista,  llega y motiva  a la ciudanía. De momento en cada provincia con lo propio.

Y desde ahí, intentar una puesta en común de los valores coincidentes o que se comparecen, para  que sean trasladado a través de las asociaciones con una base común compartida,  cada una en su campo o dominio. Todos a una... ¡UNIÓN!

Cada asociación hace su labor, impagable, en cuanto a conservación de valores culturales, por ejemplo, que siendo de vital importancia conservar…

Gran Concejo, en fase de formación, puede ser la plataforma de unión, intercambio de pareceres, planes de trabajo, para que el asociacinismo  cultural pueda cultivar en la sociedad triprovincial el sentimiento conjunto de lo leonés.  ¿Es imprescindible? Creo que ¡no!, una coordinadora elaborada por todas o alguna de las asociaciones vigentes, que estuvieran en la idea, podría ser más que suficiente para indagar en el sentir popular del “Ser Leonés”, su vitalidad y afianzamiento.

Vimos como conveniente conocer el número de asociaciones triprovinciales existentes, y tratar de llegar a ellas en busca de unión. Por supuesto, tratando de poner en valor compartido unos principios básicos de comportamiento. No la unión plena, que es dura de conseguir. Lograr puntos de unión para la partida nos podría llevar a:

Nuestra encuesta

Me refiero a una consulta popular que podían programar y realizar  las asociaciones socioculturales  ejercientes en las tres provincias herederas del Reino de León, hoy Región Leonesa.

Región tolerada de palabra  o en letra pequeña (no de facto) por la Junta autonómica del ente que nos engloba.

La situación actual del País Leonés es de permanente absorción  en todas sus facetas  (incluso usurpando historia) por el ente autonómico, dado su furor unificador.

Unitarista desde los orígenes, bien tramitado por la parte castellana, que encabezaba Valladolid, en busca de castellanizar todo lo leonés. Lo castellano leonés, surgió posteriormente, se hubo de pelear para que nos se citara tal amasijo como un pueblo único ¡que no existía!, aunque estaba en el interés máximo del ente.

Ante los movimientos defensivos leoneses, de modo notable en la provincia leonesa,  de rechazo a tal unificación, más la labor del Procurador del Común, don Manuel González, dentro su movilidad institucional, se sustituyó aquella nominación por la de castellano y leonés.

 Tengamos presente que no es lo mismo castellanoleonés que castellano y leonés.  Cuando nos referimos por ejemplo a los ciudadanos del ente, en el primer supuesto se presume de fusión, y en el segundo  se sobreentiende  una dualidad. Si bien ésta la vengan empleando sin pudor de ningún tipo los unitaristas políticos del ente como si de una singularidad se tratara. 

Tanto una como otra son inaceptables por los leoneses. De menor daño la dual, pero lleva implícito también un cierto grado de asunción del ente.

Pero no nos engañemos, quienes hacemos posible esta comunidad somos los ciudadanos. Mediante el voto colocamos a los políticos en labores dirigentes, de supuesta oposición o para la simple vivencia partidista y personal. Resultado: estamos donde nos merecemos.  Se me puede contestar que no todos: ¡Por supuesto!, pero en democracia mandan las mayorías.