31 de enero de 2015

Dos personajes Leoneses y un político-ciudadano

Ayer en Diariode León quise traer a la memoria de los leoneses, en buena relación con nuestra historia más reciente, a dos de nuestros paisanos, comprometidos e implicados en ella; en la que han participado y ayudado a escribir y a describir. Aludo naturalmente al forzado momento autonómico que nos estamos viendo obligados a vivir.


Dos personajes leoneses y una identidad







                            








                   David Díez Llamas y José Magín González Gullón, 
han asomado con luz propia en estos últimos días  en los medios leoneses. Ambos personajes han terminado un libro.  David, con  “La personalidad Leonesa” ha completado una trilogía, que culmina su docta apreciación de nuestros entresijos evolutivos autonómicos;  y José Magín, a quien siempre citamos como Revillo, nos habla de su familiar saga de periodistas iniciada en esta tierra. De él también pudimos leer “ayer” un artículo de opinión en este medio: “La historia leonesa que se nos oculta”, en su mejor línea argumental puntual del daño autonómico inferido a León

El tema propuesto por ambos autores, también tiene concomitancias, desde el momento en que los dos son leoneses y han vivido con pasión lo nuestro, lo leonés; y se han propuesto, cada uno a su manera o con un índice más propicio,  contárnoslo al paisanaje. 

Aunque ambos rezumen leonesidad, no puedo dejar aquí señalada una implicación leonesista pareja;  la simple tentativa sería por mi parte una intromisión,  a la par que presuntuoso.  No se trata de mostrar su competitividad en ese sentimental  campo, ni procede, ni si intenta.   Me estoy refiriendo a los dos como  leoneses y comprometidos con su tierra, sin duda de gran valor para ambos.

 Como quiera que mi relación con ellos no ha guardado paralelismo, ni en intensidad ni en comprensión, no puede ser pues el sencillo apunte que con relación a ambos voy a dejar aquí,  del mismo porte y profundidad, añadiendo que  surge  de entremezclados recuerdos.  Entonces por qué los presento en la misma página, se puede preguntar el lector interesado en las cosas leonesas, de las que es imposible deslindar personajes y vivencias.  Creo que en las líneas que siguen se romperá la posible incógnita. En la identidad leonesa está la clave.

En la década antecedente al año 2000, emprendimos  un corto número de leoneses  un camino asociativo cultural, que nació como plataforma reivindicativa para manifestaciones públicas puntuales,  y terminó en una Asociación que denominamos Pro-Identidad Leonesa. Lo he dejado dicho en mi libro, nacido como revulsivo: “La lenta agonía de la identidad leonesa”.  Se trataba de un movimiento ciudadano que no “asustara” a los políticos y pudiera actuar no como Grupo de Presión, puesto que faltaban fuerzas y medios; pero sí, al menos, como Grupo de Persuasión.  Y creo que lo logramos
Necesitábamos a alguien con personalidad leonesa que la presidiera. No recuerdo quien propuso a Magín Revillo (González Gullón), pero sí que a él nos dirigimos sin demora. La acogida fue buena, hay que dejarlo señalado; pero  la negativa, por razones en relación con vicisitudes de orden crítico en lo profesional que atravesaba, dada su oposición al  modo de actuar del ente autonómico, nos hizo ver que podía resultar un quebranto  para todos. Y así lo asumimos.

El sociólogo Díez Llamas, desde los albores autonómicos comprometido con la causa leonesa, se acercó a la Asociación con una propuesta interesante, conseguir sacar a la luz un “decálogo” que tenía escrito, que denominaba Acuerdo por Identidad Leonesa. Nuestra andadura como Asociación por aquel entonces tenía ya recorrido, mediante actuaciones exitosas ante el Procurador del Común en defensa de la identidad leonesa diferenciada en los textos escolares.

Nuestra Asociación resultó un trampolín eficaz. Y no sin esfuerzo “persuasivo”, como nos gustaba mostrarnos,  conseguimos entre todos que fuera aceptado y firmado  por los partidos ejercientes en León, con excepción de IU, hay que decirlo, justamente el 25 de Abril del 2000.

No puedo finalizar sin dejar dicho claramente, aun cuando es sabido, que cada uno de ellos ha tratado de remover la conciencia de los leoneses, aportando datos y conclusiones el estudioso sociólogo,  informando y creando opinión el divulgador periodista. Ambos  con criterio leonés. Para ellos mi sincero agradecimiento. 

***

Como apéndice y en connotación con lo antedicho coloco aquí a un joven "valor político-ciudadano" que se ha venido colocando en PODEMOS; quien entre zozobras de inexperiencia lógicas, nos apunta o deja traslucir incomprensión hacia lo leonés y lo que es peor falta de disposición a escuchar a sus conciudadanos.                         
                 
Estos últimos día con motivo del afianzamiento de PODEMOS en León y respecto a su hombre en León, de dudoso sentimiento de lo leonés, Pablo Fernández, he escrito algunas cosas, esperando reacción y respuesta; vano intento. 

La más reciente, nótese que no digo la última, en otro blog, en el que le recomendaba leer el libro de David, una trilogía para comprender nuestro proceso autonómico. Por si el lector no quiere acudir al enlace que le he facilitado, traigo a aquí el fragmento que nos interesa:

...He dicho desconocer lo leonés, puede que por descuido, para ser generoso con la apreciación,  o desinterés hacia la cuestión leonesa, identidad y personalidad tan bien estudiadas por el doctor en sociología David Díez Llamas.    Por favor Pablo, lea y entérese. Su interesado desconocimiento ha quedado manifiestamente claro en sus últimas intervenciones en radio y prensa, a propósito de la diferenciación territorial de la región leonesa, en relación  con el  ente autonómico que nos engloba.




Con Pablo Fernández, los leoneses tenemos que aceptar que no "podemos" disfrutar del mismo derecho de los asistentes a la concentración de hoy 31 de enero 2015. Ni "podemos" empoderarnos como tales,  ni él está dispuesto a reconocer el País Leonés, sus derechos regionales e identitarios, y mucho menos el autogobierno. Su postura es remedo de la "casta" autonomistas del ente. 

25 de enero de 2015

La voz leonesa en las Cortes autonómicas

    Vaya por delante que cuanto sigue, va en clave de desencanto hacia PODEMOS,  aunque más bien debería decir Podemos León, toda vez que esperaba más comprensión para lo leonés, en todos los ámbitos.

    El líder de PODEMOS en León,  aspira al máximo poder partidista en esta autonomía  denominada  hoy Castilla y León.  Es válida la intención pues está oficialmente constituida, pero a fortiori, ¡no lo olvidemos!  La Región Leonesa, el Pueblo Leonés, los leoneses somos el único pueblo histórico al que se le negó el derecho a autonomía diferenciada, que además de esa afrenta ha de soportar, como el común de los ciudadanos, los menoscabos socioeconómicos que, en especial, los dos grandes partidos imperantes nos dedican.

      Al ente autonómico que padecemos los leoneses, es bueno recordar,  con la anuencia de los políticos a los que se ha venido votando, en principio se le intentó nominar con el fundido malicioso de Castilaleón;  más tarde Castilla-León; para finalmente colocar la Y entre los nombre de ambas regiones que parece poner cordura nominal diferenciadora. Esto aparentemente sencillo de ver, no lo es tanto de asumir como secuencia dañina, de imposición perseverante.

       Fue un logro, pequeño pero vital, que nos costó lo nuestro que fuera respetada y conservada la conjunción  diferenciadora en los libros escolares. De modo especial hay que ponérselo en el haber del que fue Procurador del Común don Manuel García Álvarez, junto a la supresión del gentilicio: castellanoleonés. En un párrafo del escrito de despedida que le dedicamos,  conocedores  ya del escaso margen de maniobra que se le permitía estatutariamente, decíamos así:

Mas, andando el tiempo, hemos podido valorarlo, junto a la supresión del gentilicio castellanoleonés por castellano y leonés, y a la promesa de controlar la terminología incorrecta y lesiva para lo leonés en los currículos escolares, como una labor de tacto y persuasión de fina traza diplomática. Y ello, debido fundamentalmente al escaso margen de maniobra que para su cometido, en letra estatutaria se recogía y en intención política se soslayaba.

Esto da idea  de la dolosa intención de los regionalistas del ente autonómico de fundir, confundir, pero no de compartir, y así hemos pasado a ser  el “primo” colocado en el furgón de cola del ente.

Una vez adscritos por imposición política, comprendimos que se debía estar políticamente representados en el ente,  transitoriamente,  porque su estructura nos resultaba dañina en todos los órdenes; de ahí el movimiento leonesista intentando dejarse  oír allí en plan reivindicativo y de denuncia, desde la primeras Cortes en Fuensaldaña. Algo que se ha de seguir haciendo, hoy más que nunca,  y entendemos como tarea para  los movimientos ciudadanos, si se siente leoneses, cuando toman relevancia y tratan de empoderarse.

Con los recientes movimientos ciudadanos nace Podemos, tras  severos análisis  de la realidad política de  España. Sus Círculos son ejemplo de reunión ciudadana para poner en común deseos y valores, un ensayo de tiempo y modo de hacer  en política.  Si bien a los leoneses, teniendo en nuestro  haber la gran democracia participativa de los Concejos Abiertos, no nos podía sonar como rotunda novedad tal disposición.

Pero hoy mi temor pasa por que, al transformarse Podemos en partido político,  las consignas emanen de arriba abajo, tratando de reconducir  la voz del pueblo, no sólo la  de los que acuden al “circulo”,  sino la voz de la calle, si resulta molesta. La mala coyuntura económica es algo a combatir con visión general, sin duda, pero quien sufre ésta y además está siendo marginado identitariamente, ¿no ha de ser tenido en cuenta también como ciudadano marginado en el sentido expuesto? 

En nuestro caso reclamar autonomía, diferenciación popular, para seguir identificándonos como leoneses, no sólo es algo a comprender y defender por machaconería repetitiva, debe surgir por convencimiento desde  la comprensión de la cuestión leonesa. Si decimos que el control sobre lo leonés siempre  ha sido perseguido desde el poder castellano, simplemente estamos marcando una realidad constatable.

Si el ente está montado desde la imposición política, como se ha repetido hasta la saciedad, con pruebas y hechos, no valen los paños calientes cuando PODEMOS prepara su  desembarco como fuerza política en el ente.  Se lo pueden escuchar al pueblo leonés,  a poco interés que pongan en ello. Lo leonés ni ayer  fue castellano,  ni hoy es castellanoleonés.  Ambas cosas rechinan por igual en los leoneses. ¡Púlsenlo!

Cuando Pablo Fernández, llevado por el ánimo de agradar a los leoneses, sus futuros votantes, dice aquello de “Podemos es partidario de una consulta para que los leoneses decidan si quieren la autonomía,   daba a entender dos cosas,  que sabía de la reclamación popular de siempre, la comprendía,  y  que estaba dispuesto a revalorizarla. 

El gran círculo autonómico  que quiere entrar a controlar,  es mixto, repito y complemento, es mixto por imposición, un dato a tener en cuenta en todo momento. Y a esa parte de supremacía por imposición,  esto es a la parte castellana, también hay que agradarla, o su elección como  secretario autonómico, y leonés, sería algo más  que dudosa.

 No tardó Pablo en replegar posiciones.  Lavándose las manos con lo de “no cierro la puerta a la autodeterminación,” coloca el freno de mano  del sine die:  “pero ahora mismo no es una prioridad”. ¿Para cuándo?  ¿Acaso  debe primar el criterio personal sobre mandato popular?  Si el pueblo “puede y debe hablar de todo y participar en las decisiones”, desde ya debe ser escuchado, la coyuntura autonómica indeseada para los leoneses está ahí,  y vigente,  y por lo tanto el remedio debe ir perfectamente recogido en el programa autonómico  de Podemos, Máxime cuando ha de buscar el voto en el caladero leonesista.

No puede estar exento de satisfacción contemplar cómo se revuelven nerviosos  en sus asientos los autonomistas del ente,  ante los primeros movimientos de Podemos de cara al ente.  Y no se les ocurre otra cosa que agitar los fantasmas del miedo, como si fuera una tropelía el que llaman “primer proyecto de Podemos para Castila y León”: “dividir en dos la comunidad”. ¡Pues sí que nos va a dar miedo a los leoneses sentirnos libres y diferenciados, escapando del  yugo anexionista que nos han colocado!, será para la parte castellana: ¡cuidado! “se nos escapa el momio”.

 En el campo socioeconómico, en el de las infraestructuras, o el industrial,  hemos sufrido desde el primer momento afrentas como el cierre o la no recuperación de la línea férrea de la plata, los puertos secos que se llevaron hacia la parte castellana,  el AVE, tarde y raquítico por una sola vía, el Centro para control de éste sin inaugurar y  robándole la función,  Torneros como polígono ferroviario, corredores y viales que se nos niegan dado el afán concentrador de poder, últimamente sacándonos del  corredor del Atlántico y pasando por Valladolid, enseñan la oreja sin piedad.  Y un largo etc. He citado lo que me ha venido a la memoria, no es éste el terreno en el que me muevo, pero no dejo de observar cómo se nos ha ido marginando y actualmente se nos ningunea descaradamente ante Europa perdiendo subvenciones.
  

Podemos León no pueda tardar en posicionarte ante los agravios citados. Y empezar un plan de reivindicaciones para la Región Leonesa, si es que así la reconocen.  ¿O es que quienes se mueven en los círculos leoneses adolecen de criterio leonés reivindicativo?


13 de enero de 2015

PODEMOS León, o la decepción está servida...

...en León, la Región más perjudicada en el plan autonómico de la Transición, dato que aparentan desconocer, por conveniencia en el mejor de los supuestos; o como pueblo, lo que les importa un bledo,  más a allá del voto  de su plan "globalizador".


Para que no haya sorpresas, debo decir que mi alegato va dirigido especialmente a Podemos León.

No hace mucho,  quise dejar escrito en mi blog en ileon.com, un mensaje para Pablo Fernández, creo que entonces aún no era el líder, por las urnas electrónicas, del partido PODEMOS en León, y lo hice esperando algún movimiento definitorio.    

Pretendía en aquél  que se pronunciara públicamente sobre lo leonés.  Para precisar más,  saber si entendía o entendían en la neoformación  algo sobre lo cultural leonés, más allá de transversalidades y empoderamientos generales preconizados para ciudadanos en  la política nacional española.  Algo  sobre  la “cuestión autonómica leonesa” ésa que afecta a un pueblo histórico sojuzgado por un ente centralizado plenamente en Valladolid.


Al parecer pasa por alto todo esto Pablo Fernández,  no sé si motu proprio o por impulso partidista, para quien los  ciudadanos leoneses, como tales,  no necesitan empoderarse, no son nadie, no tienen personalidad, y deben ir en el paquete castellanoleonés sin rechistar.   Si esto es  así, y el silencio en tal sentido lo corrobora, por derecho propio entra en la lista roja de los que dan por buena la ignominia del  apoderamiento, repito, apoderamiento autonómico de lo leonés por los políticos del ente.  ¡Atención!, en este caso para él éstos no parecen ser  “casta”.  Un rasero de medir que parece  mellado  por la conveniencia,  más que otra cosa.


Si lo antedicho lo soslaya por conveniencia, sea ésta de cualquier índole,  pues muy mal, pero recuperable; lo peor es que parece dar por bueno, adecuado y democrático, hacer pasar  por las horcas caudinas a un pueblo, amarrado por decreto a un ente que rechazó manifiestamente.  En modo alguno debería  ignorar que los leoneses  rechazamos en la calle, y  con rotundidad, la imposición de la “casta” para incorporar por “razones” a León al ente.   O ¿acaso desconoce esta vicisitud: el atropello cometido sin plebiscito alguno?  Si lo desconoce mal, y si por su interés pasa por ello,  su papel tiene un calificativo: colaboracionista.

Un partido, PODEMOS, que apoya, defiende y propone soluciones para las autonomías inconformes con la actual coyuntura, digamos para Cataluña, País Vasco, Galicia… y  su líder nacional Pablo Iglesias, va allí, a esos territorios, en especial a los dos primeros, y es recibido aclamado y aplaudido,  quizá por aquello de que afirma: “ España en un país de países”, y hay que respetarlo; no puede ni debe ignorar, en justa reciprocidad,  la cuestión autonómica leonesa.

Si en PODEMOS, esta cuestión  resulta nimia,  porque nadie lo ha explicado; por ejemplo el miembro del CC, Pablo  Fernández, de León, cual era su obligación; pues es hora de que se vayan enterando que en León lo castellanoleonés ni cuaja ni se admite.  Si leyeran algo del ente y sus “fundaciones”,  sobre  la imposición política de una identidad mal llamada regional, que ni aparece ni se la espera,  estarían en disposición de escuchar y comprender al pueblo leonés.

Mucho nos tememos, por la ruta emprendida,  que Pablo Fernández, sea afín por conveniencia circunstancial a lo castellanoleonés,  tal como parece desprenderse de sus actuaciones. Mal empieza un político que deja de escuchar a su pueblo. ¡Sépanlo en el CC nacional! Si es que les preocupa por igual todas las cuestiones  que afectan a la ciudadanía española con sus especifidades  correspondientes.

En las recién pasadas elecciones,  dentro de PODEMOS, para elegir a los ”comités locales” en León capital había dos listas, dentro del mismo círculo. Cada una hizo su campaña. “Claro que Podemos”  y  “Contigo Podemos”. La primera gozaba del aval de Pablo Fernández, era, podíamos decir,  la lista oficialista que tal como se fue mostrando  compartía el nulo interés por lo leonés,  creo  que ha venido quedando claro a qué me refiero, se llevó la mejor parte, o mejor diría que sus miembros alcanzaron más votos. 

Obsérvese que hablamos de listas, que no siendo cerradas, se mostraban como si así lo fueran, para dar mayor facilidad para el voto electrónico.   El "aparato" de los partidos, ya se sabe, domina el cotarro. Las listas oficialistas llevan, aunque solo sea por inercia, las de ganar. “Contigo Podemos”, la otra lista, la alternativa, la que venía a dar veracidad al hecho democrático  de votación, consiguió que, terminada la votación, tres de sus miembros entraran a formar parte del Consejo Ciudadano de León, 16 miembros. En ésta habíamos puesto algún tipo de esperanza de voz leonesa,  puesto que sí querían entender y defender lo cultural leonés diferenciado. 

Por escaso margen, los de Contigo Podemos,  perdieron; ya es sabido, y ha quedado dicho aquí, lo  que supone ir en contraposición a la lista oficialista; el tirón partidista y más cuando son escasos los votantes, incluso familiarmente se empuja decisivamente y resulta más fácil convencer a quien no va más allá de elegir a un amigo, a un conocido, máxime si parece ir bendecido por el jefe.

 Ahora vendrá el voto para las municipales, si se repiten las listas, y no gusta su programa sin incardinar en lo leonés, ¡ya se sabe lo que hay que hacer!...

Y lo que, para la cuestión leonesa, es más importante aún: Las autonómicas.  Quienes suelen leer mis escritos al respecto, conocen, pues lo he dicho con reiteración, que la presencia  en las Cortes autonómicas de un partido leonesista es de vital importancia. 

UPL, con todas sus incertidumbres, comportamiento errático entre sus dirigentes de ayer y de hoy,  más en unos casos que en otros,  ha llevado allí  la voz leonesa, puede que acomodaticia en ocasiones, pero dando cuerpo a lo leonés.

Respecto al mensaje castellanoleonés de Pablo Fernández, del que se enorgullece para ir por el más alto cargo el de secretario general autonómico, es evidente que pone al descubierto sus carencias. A fin de enseñar al que no sabe, hay que decirle que son dos la regiones en el ente, birregional por lo tanto; que la unificación territorial por decreto, es toda una imposición de la "casta", ésa de la que ellos tanto dicen discrepar. 

Variar su mensaje en favor de lo leonés, taimadamente, si ve filón de votos para Podemos, ¡no vale! Y para alcanzar convencimiento personal de que el pueblo leonés está vilipendiado en el ente, no le veo ni preparado ni proclive a ello. Tampoco a que éste tiene derecho histórico al máximo respeto diferencial.

Pero un partido que escucha, o dice que escucha al pueblo; que el pueblo forma parte de él, como  dice Podemos, y habla de empoderar al ciudadano, pues nada mejor que prestar atención a la voz de los leoneses sobre el tema autonómico, poniendo una especial dedicación en conocer su historia, defender su identidad; de no ser así, sin paliativo alguno, entrará en el juego de la "casta".