26 de diciembre de 2018

Moraleja navideña 2018

             Desde León para los leoneses de las tres provincias y fuera de nuestra tierra

  Ordoño II, iluminado tarde, aunque al fin  luce así
Tenía una buena costumbre, escribir por Navidad un cuentecillo. Naturalmente alusivo a tal acontecimiento, con el aliciente de lo leonés decorando las letras bañadas por lo festivo, tratando de que portara un mensaje, una sencilla moraleja, en especial para los desmemoriados conciudadanos, que, a fuer de ser tolerantes, hasta eligen en el ente autonómico a quienes nos apabullan en lo económico y despersonalizan como región.
Ahora inmerso en el trabajo redactor de un libro de recuerdos biográficos de mi otro yo en el campo leonesista, tuve ante mi mirada, siempre atónita en la faceta sentimental leonesista, uno que escribí en 1989. Más bien una adivinanza en tempo de relato. Lanzaba rasgos inconfundibles de un alcalde que parecía alentarnos en lo defensivo autonómico para acabar abandonados y engañados, por decirlo de una manera suave.
Estoy seguro que los leoneses capitalinos, pues aquí en el municipio se ubicaba la acción, ya saben a quién me refiero. Mas, por si no ha sido así, lanzo otro dato, hubo un pacto cívico que se le atragantó en su momento. Y ahí lo dejo con el debido respeto.
De aquel relato citado, transcribo una cita que entiendo siguen teniendo vigencia: «El Espíritu de la Navidad arraigado en los poco expresivos leoneses, más proclives al olvido que al perdón», no parece conseguir sacarnos del conformismo, subproducto de la tolerancia que alimenta la dejación casi absoluta en el tema autonómico escamoteado.
La Navidad de 2018, la de «lo comido por lo servido» del Año Gastronómico, no han logrado en el corregimiento municipal capitalino iluminarla a tiempo, con la ilusionante premura festiva de otros. Pero sí supieron el alcalde y los ediles administradores del común, citados así como recordatorio ante un gasto extra, nada menos que un dispendio de nueve mil euros, para, mediante luminosa tecnología en rojo y gualda, proyectar la bandera de España hasta en 18 lugares, ¡Siete días por «tan módico»precio!
El cuarenta aniversario de la Constitución, era la razón, pero hete ahí, que ésta, la Carta Magna, que nos da opción a elegir destino autonómico, nos la embozan con la cuartelada del falso «mapa autonómico cerrado», turbador para nuestra purpurada reivindicativa leonesa, y no va sólo de metáforas. Nada que objetar a la bandera de España, puede que sí a un mal entendido españolismo, y un mucho al daño socioeconómico e identitario partiendo del ente autonómico
Un recurso debido a una supuesta irregularidad, promovido por una empresa que acudió al concurso iluminatorio, ha frenado, un tiempo, la luz navideña, en tanto un organismo autonómico cuyo acrónimo Tarcyl, que mal suena a tarde y cilicio, tiene que resolver esta cuestión de León capital, ahora sumida en total dependencia PP. Entre tanto se litiga, en la nueva calzada de rodaje de Ordoño II, por impresión, colocan escudos de la capital, seis mil euros largos tienen la culpa, ¡estampados quedamos!


Años atrás relaté, ocasionalmente, cómo un leonés del Crucero, vivió en primera persona, pero oníricamente la desaparición de catenarias y vías, mucho antes de que Zapatero resolviera, por eliminación, lo del paso a nivel.
Hoy podía ser el mismo personaje con más años pero con ánimo leonés joven, quien en esperanzador sueño, bien arropado por el calor navideño, llegará a ver cómo en el Consistorio, influenciados por el «Espíritu de la Navidad Leonesa», tomaban el acuerdo y ejecutaban la iluminación en dieciocho edificios con el color púrpura de todos los leoneses, léase triprovincial, grandes letreros donde se podía leer: LExit.
Un buen regalo que los Reyes Magos, porque de este porte, tal como van las cosas y nuestra tolerancia, han de ser los monarcas de los sueños los que nos traigan en las alforjas de sus camellos los ensueños del LExit que nos abra a la libertad autonómica. Ésa que la cuarentañera Constitución sigue permitiéndonos, y no sabemos forzar su puesta en marcha. Obsérvese que he preferido el más adolescente vocablo cuarentañera, que abre ventanas al futuro, en lugar de cuarentona, sin duda maduro, pero endurecido.


Este año propongo, leoneses, que ensayemos el LExit, LExit, LExit, como nuestro mejor villancico, «un Canto del Ramo de Navidad», ahíto de musicalidad de ayer, que es tradición y cultura nuestra, para repetirlo y corearlo al unísono triprovincial ante las urnas autonómicas de 2019, con un voto bien dirigido. ¡Feliz Año Nuevo, para todos!

                               ¡¡¡ FELIZ  LEXIT  2019  PARA  TODOS !!!

1 de octubre de 2018

Por San Froilán 2018...incomparable...

 "Un reposo de colores para un Reino" me he permitido titular la foto de  Antonio Barreñada. San Froilan 2018   


En Diario de León, días atrás,  con relación a los pendones he escrito:

La Camperona, una pausa para San Froilán


La Camperona, una  pausa para San Froilán -
La Camperona, una pausa para San Froilán -






MÁXIMO SOTO CALVO ASOCIACIÓN PRO IDENTIDAD LEONESA
27/09/2018

Los pendones leoneses. Cada pendón es el «orgullo» de una localidad, aldea o concejo, y la representa donde quiera que lo enarbolemos.

Siendo el pendón subsidiario de los valores del pueblo está claro que es merecedor de todo cuidado, y digno izado. El traslado vertical, a mano, sobre arnés, o generalmente fruto de ambas combinadas, supone esfuerzo físico, pero no hemos de olvidar el anímico, aquél que inunda a los pendonistas cuando se toman con la seriedad debida el desfile o la concentración. Pudiéramos decir que siempre es así. Faltar al respeto a la gran bandera es grave desconsideración, es la excepción, si acaso ha habido tal deshonor en alguna ocasión.

Nunca he sentido el peso físico de la gran enseña, supongo, y creo que como la mayoría de leoneses. Esa no es la cuestión, sí vivir, disfrutar esos momentos, aunque la lejanía, mayor o menor, tan sólo suponga una circunstancia, y la ocasión nos llegue en forma de noticia…

No soy quien para impartir normas o dar clases de buen hacer pendonero, en cuanto al manejo, traslado, desfile etc, cuando más me llego a considerar sencillo dilentante, en la medida que, en tanto puedo, disfruto de su acompañamiento, presencio algún desfile y valoro lo que para León, provincia, región (heredera del reino) supone. Porque algo tengo muy claro: cada enseña en su unicidad, lo es de «una localidad, aldea o espacio vivencial», siempre a mayor honra y representatividad. Pero…
¡Atención!, reunidos, en gran encuentro, enlazados por las emociones particulares, que se acrecientan en colectividad y se comparten hasta formar un todo, en tanto los crespones ondean su vistosidad cromática, digamos que en esos momentos festivos significados, ocasiones históricas, es justo cuando adquieren otro valor, el que identifica al Pueblo Leonés, al Reino de León, y por tal motivo ha de ser cuidado al extremo. Lo manifiesto como lo siento y sin temor a pecar de purista.
Ya lo he dicho en alguna otra ocasión, desde el grito ¡Salvemos los Pendones de Nuestra Tierra! de años atrás, 1983, al presente, entre recuperaciones y puestas en valor en cuanto a número y representatividad, cuando parece que se han de sacar a la calle casi a capricho, hay todo un tramo de matices, que se han de tomar en consideración si no queremos entrar en la senda de la devaluación simbólica. Éste es mi temor.
Con motivo de la reunión y desfile de los pendones, por San Froilán, ya he mostrado en otros escritos mi punto de vista y valoración, siempre positiva, pero en busca de unión de pareceres para alcanzar en el mayor grado posible. ¡El máximo de los valores concentrados en lo regional! Debo señalar aquí que ante este acontecimiento, y estando en León, me ha gustado estar desde el momento de la llegada, cuando se procede a la recogida de cada vara, colocación de los paños, izados de prueba, ensayos, y ¡la animosidad de los participantes está intacta en su condición más genuina!
Me pareció bien que el primer año que la Vuelta Ciclista a España estrenaba como fin de etapa La Camperona, en 2014, se mostrara a la audiencia televisiva, una vistosa acogida con pendones leoneses, como modo de hacer región, marcar identidad regional leonesa y dar «altos vuelos» al acontecimiento ciclista. Mas, ignoro si dentro de estas premisas los dirigentes de la Vuelta, supieron valorar el gesto, y se llegó a medir, dentro de los parámetros televisivos que se manejan, la captación que se consiguió.
Se volvieron a llevar en 2016, y de nuevo en 2018. Puede que en la segunda ocasión, aún tuviera valor, por aquello del recordatorio, aunque ya se corría riesgo de desvirtuación, tal fiesta deportiva ni es la nuestra, en el ensamble identitario, ni requiere de tan alta (en todos los órdenes) presencia; para dar vistosidad y colorido está lo deportivo, los aficionados y las galas ad hoc en la coyuntura final de etapa.
Otro rango en positivo y convivencial tiene, por ejemplo, el Ascenso de Pendones Leoneses al Castillo de Peña Ramiro, una esforzada ascensión.
Durante mi planteamiento he pretendido mostrar objetividad al máximo, pido comprensión a todos los que se mueven en torno al mundo de los pendones; ni les enjuicio ni les cuestiono, muestro mi parecer respetuoso fruto de las esencias leonesas, leonesistas, que pienso, y así lo he pretendido, se hayan derramado sobre el presente escrito de opinión, todo ello para pensar y recapacitar sobre el tema, si procede.
En cuanto a la concentración y desfile por San Froilán, creo que se le da ya carácter claramente regional, sin perjuicio que nos pongamos a valorar algún encuentro, fecha y lugar más triprovincial, y en connotación histórica invitando a Miranda do Douro.

Ayuntamienos del VOTO y otros



Hace unos días, voy a precisar,  el 15/09/18, se celebró la festividad de Nuestra Señora de los Dolores,  bajo el título de “Nuestra Señora de la Virgen del Camino”.  El señor  Obispo  como máximo responsable religioso,  presidió la solemne eucaristía con la que la Diócesis legionense honra a la patrona.

El lugar: El Santuario de la Virgen del Camino, de cuyo título leonés apuntaremos algo ya sabido pero que creo procede refrescar en las memorias, de modo especial en las que lo tradicional y lo religioso caminan con permisividad  tolerable.  Es Patrona Principal de la Región Leonesa.

Es bueno recordar también, que,  hasta no hace mucho,  la Madre del Camino tenía un santuario que muchos aún pudimos conocer en buen estado; perfecto para su permanencia por lo tanto, cuya  estampa secular arquitectónica estaba felizmente grabada en la retina de los leoneses, peregrinantes y fieles.



 Fue derribado sin dolor alguno.  Sentimiento  éste, marcado en minúscula sin quitar valor impactante,   para no alterar la  preponderancia al  Dolor de la Virgen Madre del Camino con el Hijo muerto sobre sus rodillas.

 El dolor popular ante tal derribo, virando en cada cual  en forma de impotencia y pena, se adueño de los leoneses, en tanto la millonaria piqueta, asoladora, bien impulsada por un leonés enriquecido en México, buena acogida eclesial y mejor complacencia benedictina, fue cumpliendo trámites devastadores para erigir el moderno, de alto campanario en forma de cruz.

 Derribar lo bello y consolidado 
( Escrito en 2014)
No comprendí en su momento por qué se derribaba un hermoso templo como a la vista estaba era el antiguo Santuario de la Virgen del Camino. 

Pero ocurría que un "indiano" leonés, enriquecido seguro que con gran esfuerzo allá por las américas, aquí en el León provincial de su nacencia quería hacer notar su regreso enriquecido, y puede que también ahíto de fervor, o para hacerse perdonar como cualquier mortal, quiso elevar un nuevo templo.

Su "piqueta" dineraria sin pudor y sin tener en cuenta que el que se iba a derribar era muy querido por los leoneses, aquél de atrio porticado, de piedra de sillería, que había acogido generoso a los peregrinos en camino y visitantes de la Madre Dolorosa del Camino. 



Viene todo lo anterior a propósito de la muerte el 7 de Abril de 2014 de Josep María Subirachs, el escultor que se empeño en ejecutar para el pórtico del moderno templo, el rectangular y diáfano espacio que proyecto Fray Coello de Portugal, que sólo se conserva el Altar Mayor del anterior, se empeñó Subirachs, digo, en elaborar un grupo escultórico trece figuras, doce apóstoles y la Virgen en Asunción.








Sobre la gran puerta principal, bien dispuestos en el mismo plano los apóstoles, seis y seis,  a izquierda y derecha de la Virgen, situada ésta en nivel más elevado,  en Ascensión. Fue ejecutado el grupo escultórico por  Subirach,  en rugoso bronce. Una advocación Mariana distinta a la que nos honramos en considerar nuestra Patrona, Madre y Señora del Pueblo Leonés, que en el interior, bajo baldaquín plateado, preside el altar mayor. Esto es sabido de sobra  por los leoneses, no lo dudo,  pero la cuestión que planteo es: Las tallas de Subirach se han de tomar como “lucimiento”  o para mejor acoplamiento de sus ideas escultóricas.  

                   
Volviendo al hoy, nos cuenta la noticia que los “Ayuntamientos del Voto: Valdefresno, Villaturiel, Valverde de la Virgen y León acudieron al santuario. 

 Bien  citados los dos primeros, en un “tanto monta” si se quiere; más Valverde encuadrado por ser el lugar de radicación del templo,  y ¿el Ayuntamiento de León?, no más allá de costumbre  por ser cabecera de la diócesis legionense.  Dicho esto se puede dejar como significado que hay comparecencia diocesana, más el pueblo que a título personal puede asistir,  en tanto  los ayuntamientos en la figura de cada alcalde representan ante la Madre Dolorosa a los  ciudadanos de su influencia institucional..




¿Dónde falla la noticia o el acto así anunciado? Pregunto y respondo.  El VOTO escrito con mayúsculas por importancia y tradición, se corresponde únicamente con La Sobarriba;  bueno,  en mayor puridad con los ayuntamientos de Valdefresno y Villaturiel donde radicó casi en su integridad La Hermandad de la Sobarriba, dado que éstos tenían formulado en forma de plegaria tal compromiso, y ratificado por escrito,  a modo de fehaciente constancia en atención a la Virgen del Camino, desde su aparición al pastor.  

Y hoy herederos de fidelidad con el compromiso aludido.  Obligaciones, deberes y compromisos romeros de traslado de la Señora, que cumplen a rajatabla, les da credibilidad y respeto.  En función de ello digo que, para la historia venidera, los demás, deberán ser y serán asimilados a un hermoso acto. Entiendo yo.

















8 de junio de 2018

Una llama para el recuerdo


En lo personal, ahora,  cuando los años se empeñan en coartar actividades, en los recuerdos se puede encontrar un modo de tarea en defensa de lo  leonés que siempre ha permanecido viva, pero que el paso del tiempo va secuestrando.  Mas, lo “vivido… vivido está”.   Y en ésas estamos. 

“Ayer” Carlos Cabañas, leonés, autor del libro “Esto es el País Leonés”, gran formato de preguntas para mejores asertos, hizo en Facebook un comentario, respecto a una página mia en la que marcaba cierta oposición a lo que Isidoro Álvarez Sacristán ha venido diciendo sobre la leonesidad.  Un escrito donde, de paso que rechazaba los “ismos”, ponía un especial empeño en estigmatizar al  leonesismo.  Cabañas se preguntaba: Este señor ¿opina lo mismo del castellanismo, el españolismo... Y continuaba: La propaganda en contra del leonesismo es alienadora, claramente fascista y niega derechos humanos fundamentales…

Precisamente esto último me trajo a la memoria a otro leonés, que también vivió en Cataluña, Santiago Fernández Benito, que estuvo empeñado en una campaña personal, pero pedagógica y buscando compartir, en defensa de lo leonés, fundamentando su alegato sobre las libertades y “los derechos humanos” nacientes en Reino de León mediante Fueros y Cortes.   En éstas, y sus bien elaborados DECRETA en 1188, que aún la UNESCO no había significado como “Cuna del Parlamentarismo”, ponía su atención Santiago, y me propongo dedicarle unos bienintencionados recuerdos.

A partir de 1988, recuerde el lector, el noveno centenario de las Cortes de Alfonso IX del Reino de León, ha venido ofertando un velón de cera que, colocado en un soporte por él diseñado, se encendía en la Catedral leonesa durante una misa que, a su vez, se preocupaba de encargar. La fecha siempre rondaba alrededor del segundo domingo de abril.

Persistió en el empeño durante años. Pues entendía que no había elemento de mayor fuerza para reivindicar los derechos de los leoneses, autonómicos o de cualquier otra índole, que tener presente y dar a conocer los valores y libertades alcanzados por nuestros antecesores leoneses. Recordando no sólo el hecho histórico de las Cortes de 1188, sino el incipiente parlamentarismo que instauraba Alfonso IX, convocando como estamento a sus Curias, al pueblo, en la figura de los Buenos Hombres.

Es más, dada la insistencia de Santiago, conseguía que el sacerdote oficiante dedicara unas palabras a lo que el  encendido cirio significaba, en cuanto a derechos humanos. Hay que resaltar debidamente que el velón llevaba una inscripción: Derechos Humanos y 1188.

Ahora toca citar, aunque sea someramente, a la Asociación pro Identidad Leonesa, pues a ella, bueno a los componentes, no demasiados, acudiría Santiago, allá por el año 2000, buscando apoyo y acompañamiento para dos temas, el asunto del velón citado, y el intento de que “dos llamas”: democracia y derechos humanos, ardieran junto a la olímpica. Recuérdese que estaban en preparación los Juegos Olímpicos SYDNEY 2000.

Ambas cosa fueron tomadas en consideración, con intención manifiesta de acometerlas. Eran momentos de cierta euforia. Estábamos en contacto con el Procurador del Común, para que de modo especial la terminología que usaban en la Junta autonómica, tan engañosa como amancebadora, no fuera recogida en los textos escolares, e iban por buen camino sus gestiones.

También en abril de 2000 se había conseguido que los partidos políticos de León  firmaran un Acuerdo por la Identidad Leonesa, que las Cortes autonómicas no sólo no aceptaron, sino que trataron de desvirtualizar y desvitalizar su contenido. Una copia del compromiso político está depositada en el Procurador del Común , que dará fe de ello.

El 30 de abril, por cuestión de calendario litúrgico, acudimos bastantes miembros de la Asociación a la “ofrenda" del velón. Siento no recordar la razón de la ausencia ese día del promotor de la idea, que la hubo,  aunque sí se había encargado de la programación, pocas fechas antes. La Asociación lo anunció en los medios leoneses, y Diario de León acudió el propio día, momento que quedó plasmado en la fotografía que acompaña a estas líneas.


Hoy, cuando el reconocimiento de la UNESCO ha dado al tema repercusión mundial, estas pequeñas muestras, como la citada, se las puede dar poca entidad, pero el valor entonces era destacable, como novedad y empuje por dar a conocer y defender lo leonés.

Mediante sendas cartas, luego traducidas al inglés, exponiendo lo que él nos proponía, comparecimos como Asociación Cultural ante el COI, con sede en Lausane (Suiza) y también en SYDNEY lugar de acogida de los Juegos olímpicos en el 2000. Iban fechadas el 10 de mayo de 2000. La redacción corrió a nuestro cargo. Y de ellas doy aquí dos pinceladas.     


“Profundizan las raíces históricas leonesas en las dos facetas señalas, no en balde, en el año 1188 el Pueblo Leonés,  en la figura de los Buenos hombres,  tuvo representación como estamento en las primeras Cortes parlamentarias de Europa convocadas por el rey leonés Alfonso IX.  En ellas, consiguió el pueblo derechos y libertades, mediante un conjunto de decretos que se han calificado como Carta Magna Leonesa allí otorgada.  Derechos y libertades que bien pueden equipararse a una incipiente democracia, y, con la protección de personas y de bienes que allí se instauraban, dar origen a los Derechos Humanos”.

“Con los antecedentes expuestos, las juventudes leonesas, a modo de propuesta o sugerencia, someten a la consideración del C.O.I. la posibilidad de que en los Juegos Olímpicos de SYDNEY 2000, se instalen dos llamas, una a cada lado de la olímpica, como símbolo, y en representación de la Democracia y los Derechos Humanos.”

No tuvo éxito la propuesta, pero si se logró que se leyeran, entre otras cosas los apuntes citados, poniendo en valor lo leonés.

5 de junio de 2018

Ser Leonés y leonesismo


El señor Álvarez Sacristán, que parece tener atragantado el leonesismo, ya le contesté mediante una tribuna en Diario de León, en 2008, que propongo al lector:




LEONESIDAD,  SENTIR LO LEONÉS


            Creo entender que el señor Álvarez Sacristán alude a un supuesto “moderno leonesismo”,  para referirse al leonesismo político ejercido por UPL
.  
            Para situarme claramente, añadiré que esta entradilla vale para  componer más un alegato que una réplica a su Tribuna: ¿Leonesismo o Leonesidad?,  (DL.11.04.2008).

No obstante, dejo a su arbitrio entender o tomar, válidamente,  estas líneas en cualquiera de los dos sentidos.

            Al leer que “el señor Soto”, le había dedicado ciertas alabanzas, merecidas supongo, y que por desconocerlas no puedo entrar a valorar, en principio me sorprendió, derivando en una mesurada reacción provocativa, por el tema tratado, a pesar de saber “de buena mano” que las loas no son mías.

Repasado en su totalidad el artículo, sostengo la percepción de que se recrea en mostrar un atragantamiento especial de la formación política Unión del Pueblo Leonés, además  de una estudiada o, tal vez mejor, estudiosa  antipatía hacia los nacionalismos.

            No voy a ser yo quien tenga que montar aquí una supuesta réplica en defensa de UPL; formación política, a la que sí conozco, no en balde ayudé humildemente en su progreso;  si bien  en la actualidad estoy desvinculado de ella  por  discrepar en cuanto a sus actuaciones, unas por omisión, las más; y  otras de desarrollo político que no compartía.

Con todo y con eso, proclamo que, una formación política leonesista, sigue siendo imprescindible, aunque elementalmente sea por presencia en el discurrir autonómico, establecido  a fortiori, para los leoneses 

Esta última razón, estuvo en el rechazo del ente preautonómico. Motivo de oposición popular leonesa, ante  la negativa política de permitir elegir destino autonómico al Pueblo Leonés,  fuera del perseguido amancebamiento con lo que quedaba de “los castellanos viejos”.  Se nos negaba ese derecho constitucional. De ahí a que había que acompañar y fortalecer desde el rol político el movimiento vindicativo popular leonés, un paso. Y se dio. 

              Observo que no cita abiertamente al pueblo leonés, ignoro las causas y en cierto modo me sorprende. Tanto como me puede confundir lo de: “los denominados leonesistas se asienta como partido o como <>”.

            Para situar posiciones, a la hora de proponer al lector de Diario de León, una versión distinta en cuanto a leonesismo, equiparable a leonesidad,  en la medida que ésta se muestre como aptitud afectiva de lo leonés, fruto de nuestro entendimiento, es momento ya de afirmar que, siendo leonesista, participo abiertamente en el movimiento asociativo cultural leonés. Pero no en ése, el que he leído inexplicablemente entrecomillado con un cierto regusto de minoración.

            Siempre he entendido el leonesismo como un sentimiento, difícil de definir, por más que lo pueda considerar fácil de vivir.  Un estado de conciencia objetivable por la actuación o el comportamiento individual,  o colectivo - en cuyo caso hablaríamos del leonesismo compartido o social- , que nos empuja a sentirnos orgullosamente herederos de un legado histórico-cultural que nos identifica.

He ahí una sencilla forma de presentar una afectividad tan especial de los leoneses, que ha permanecido vigilante, cual sempiterna llama de amor a nuestra tierra, a la cultura que en ella se ha generado,  y que ha contribuido a conformarnos como pueblo

Cada persona es, en su unicidad, la base y fundamento del entramado social, la llamada sociedad, y ésta, un sistema que condiciona y encauza, operante sobre las individualidades.  Si, en nuestro caso, en mayor o menor número y medida aportamos el sentimiento antedicho, lógicamente podremos hablar de un leonesismo social, que no siendo la suma de lo sentido por cada miembro, si es la expresión común de lo compartido: el sentimiento leonesista.

            De ese leonesismo social, con motivo del proceso autonómico en el que nos hemos visto inmersos, surgieron formaciones dispuestas a moverse en el entramado político.  Ejemplo: UPL.    Su ejecutoria posterior requiere otro espacio.

 A los leoneses siempre nos ha “adornado” un entremetimiento peligroso, una  inexpresividad   de  los  propios   sentimientos leoneses, los que  confluyen en  una condición común, recelosamente oculta: la leonesidad.

            Cualidad que, desde el momento preautonómico, se nos iba a demandar exhibir sin solución de continuidad  para la defensa de lo propiamente leonés.

            Me temo que no hayamos sabido mostrarla, sin recelos, ni en la medida ni en las formas que, las circunstancias del daño autonómico que nos inferirían desde el ente autónomo, requerían.

Para  finalizar: La leonesidad, siendo un sentimiento, se intuye en los demás y se lleva en el propio ánimo.

29 de mayo de 2018

Los presidentes de las Diputaciones


Reunión de Rabadanes…

Va bien, para la ocasión leonesa, el dicho iniciado. Toda vez que la Diputación provincial de León, actuó de anfitriona de presidentes, el 14 de Mayo,  y resulta que para sostener la ocasión fuimos los leoneses, dado nuestro amarre político  autonómico, los que pusimos la pieza para degustar;   el “cordero” de nuestra permanencia en el ente.

No aludo al manjar de reyes. El invento municipal para la capitalidad gastronómica, que es pasajero y efímero si no se sabe acompañar de un verdadero mensaje que prenda, no, me refiero a nuestra regionalidad leonesa que la esconden nuestros políticos, para no molestar a quienes mandan en el ente autonómico.

Nuestros tres presidentes, como corderos amenazados por el lobo castellano/comunitario, no fueron capaces, no ya solo de levantar la voz leonesa regional, sino de hablar entre ellos haciendo una valoración de la situación triprovincial.  Defraudador, para quienes estamos en la preocupación diaria de unir y reflotar lo leonés.

¿Qué quiere decir tal postura presidencial?  Está claro que de haber en ellos algún atisbo de sentimiento leonés, no ya leonesista que eso para ellos sería demasiado, incluso para el señor Majo, gozaron de un momento idóneo para mostrar diferenciación y particularidades de la región leonesa. ¡Nunca se lo han planteado! Pero eso sí, como  les siguen votando, ocupan un asiento  de gran relevancia provincial y que, con su proceder, afianzan al ente.

Pero atención, si no lo dicen, lo piensan: El sentimiento diferenciado leonés es para los ingenuos…leoneses de a pie.

Frenar la despoblación rural, de modo especial, y crear empleo, fue motivo aparente para tener el encuentro que comentamos. Reunión que no tengo más remedio que colocar como de trámite, subyaciendo un fin primordial para la Junta autonómica, realizarlo en León como prueba de sumisión y de control al que nos tienen sometidos.

Por la Diputación de Salamanca acudió el vicepresidente, Carlos García, ignoro la razón. En su boca unas sencillas ideas, “la despoblación exige posibilidades de empleo…y generar condiciones para ello”.  Contando luego  que había que exigir voz en la estrategia para combatir la despoblación de ambas facetas calamitosas. ¿Qué ha hecho en la institución provincial para estudiar y valorar las causas?  No es capaz de pensar que estar en una centralista comunidad radique la mayor parte de los males.  Por otra parte, a la Junta autonómica que nos controla y manda, ¿qué le exige?

Para la presidenta de Zamora, María Teresa Martín, que incide en la despoblación rural y el desempleo, como todos. Dejó dicho que ha prestado gran atención a la dependencia, “como fuente de empleo”. Tal asistencia es un compromiso social,  una ayuda ineludible para quienes prestan el servicio, pero como nicho de empleo no le veo enjundia. Por otra parte en  la institución que preside parece que han llegado al convencimiento de que el emprendimiento puede ser un buen método apara paliar la falta de empleo en el medio rural. ¡Alusión al tema triprovincial regional leonés, ni pizca!

Para el presidente de la Diputación provincial de León, Juan Martínez Majo,  Castilla y León es una comunidad “eminentemente de medio rural”. Ni un matiz diferenciador, y mira que los hay entre la región triprovincial leonesa y la otra castellana. La sumisión que les domina es terrible. Puso el foco en la pérdida poblacional que ha motivado una situación ciudadana de gran inquietud.  Tampoco ha mostrado detalles, ni por asomo, de lo que afecta a las tres leonesas por separado y en su conjunto.

Majo, si apuntó algo específico de León provincia, tal vez por ser el anfitrión. Colocando como exitosa la marca “Productos de León” y las 500 empresas participantes. Ni una palabra del daño que “Tierra de Sabor”, de “pavor” para los leoneses, de promoción juntera y beneficiosa para el ente, útil para marcar  potencialidad, y  no para los artesanos y empresarios leoneses  que usan su sello.

Nada he podido leer respecto a la desigualdad, de desempleo y despoblación, en cada una de las provincias del ente y la comparativa interprovincial. Ahí es donde deberían haber estado las tres leonesas, haciendo una valoración conjunta triprovincial. Pero qué va, ¡ni la mínima intención!

Hubo más intervinientes como el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Suárez Quiñones, para quien el gobierno autonómico “ha hecho los deberes”. Nadie objetó nada al respecto ¡asumían!

Germán Barrios, presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad, “con gran precisión” dejó dicho que la solución a la despoblación se llama empleo. Y descansó


Conclusión. Se habló de despoblación, largo y tendido, quiero decir que todos, los de “nueve provincias una Comunidad”, (que canta el ente y los de León no lo rebaten)  lo citaron, pero no dijeron ni palabra en cuanto al cómo, ni el grado de implicación. Tan sólo mostraron “buenas intenciones”, lo más fácil.

A tenor de lo contado, la necesidad más imperiosa, nuestro mejor papel, el de los ciudadanos leoneses, no puede ser otro que tratar de desactivar por vía política el dañino estatus autonómico, mediante el voto. Nos han venido ahogando PP y PSOE y ahora para cerrar el círculo asfixiante han llegado PODENOS y CIUDADANOS.

 Hay que empezar a movilizarse ya, de cara a las elecciones locales, teniendo en cuenta que son clave en las Diputaciones. Y por supuesto para las autonómicas, donde, no tener presencia importante  leonesa, leonesista  en las Cortes,  sería un suicidio para el Pueblo Leonés, cuando, dada la posible reforma de la Constitución, será la ocasión óptima en la que defender la inscripción nominal de la Región Leonesa y su derecho autonómico.

¿Qué estamos dispuestos a hacer triprovincialmente para reconducir la situación?




26 de mayo de 2018

Liberación en las urnas



Las manecillas del reloj del tiempo avanzan inexorables. A los leoneses, y con razón, de modo especial nos deben preocupar las autonómicas.

Nadie debe pasar por alto que estamos perdiendo punch socioeconómico regional leonés, tanto en el cómputo triprovincial, como por unidad provincial. Sufrimos una amplia sangría de habitantes y medios, sumidos en el ente autonómico al que nos adscribieron contra la voluntad popular.

En el más importante medio moderno de difusión, si así se puede entender, aludo a internet, los leoneses, todos los que así nos consideramos, vagamos por este medio,  más o menos activos, reforzándonos diariamente con críticas al ente autonómico, proponiendo, o diciendo hay que…   cuando la realidad más pasmosa nos dice que los triprovincialmente leoneses, en gran proporción siguen en un insulso pasar que adormece nuestra personalidad leonesa.

Este atolondramiento nos aboca a dos equívocos. Uno hacia fuera, interpretable como señal de transigencia cuando no de aceptación del estatus autonómico que vivimos con la facción castellana; lo que explotan los dirigentes autonomistas. Y otro, la  propia interiorización de que  el “ser leonés”, a fuer de innato, ahí está a salvo. Esto último, a mi criterio, en el mejor de los supuestos,  pues no faltan quienes ni tienen clara su personalidad leonesa, ni indagan, ni están demasiado proclives a vivir la leonesidad.

Cómo llegar a éstos, los indecisos o los despreocupados, es pregunta clave que vengo formulándome, y he llegado a lanzar en este medio en muchas ocasiones, siempre sin alcanzar un debate con positividad constructiva o indagadora. Nos perdemos,  con  demasiadas variantes,  por las ramas;  o con posturas de firmeza extrema. No faltando la indiferencia, aún más preocupante.

El citado pasar, dejar ir hacia la indiferencia  lo que para la personalidad leonesa supone la superposición castellana, siempre preconizada desde el ente autonómico; que de no cortarlo en las urnas, no tardaremos en ser lo que los autonomistas que nos dirigen se proponen, sumiéndonos  en lo castellano, o castellanoleonés no menos dañino.

Tengo el convencimiento, a tenor de lo expuesto, que los leoneses somos nuestro principal enemigo. No fácil de asumir, pero que, con total naturalidad, hemos de admitir para ir en busca de la reacción subsiguiente. 

 El voto ideologizado, suma de colores o manos,  que mayoritariamente se  deposita en las urnas,  es, de forma aplastante, más numeroso que el colocado en las urnas políticas leonesistas.  Que hay que romper esa inercia votante, es condición indispensable que hemos de asumir. En  cómo revertirla en favor de las opciones  leonesistas, las existentes o alguna nueva, ha de ser prioritario, ¡pero ya!

Movernos políticamente con autoridad en las Cortes autonómicas, con el mayor número de procuradores que nos den firmeza, es paso previo para hacernos valer como Región Leonesa, en convivencia transitoria,  y salir del ente usando los medios constitucionales que nos asisten.  

¿A qué esperamos los leoneses?  ¿Acaso a que se cumpla el más clamoroso de los augurios?  Entrar en otro cuatrienio  de aún mayor decaimiento es un suicidio identitario regional leonés.


* Tema en preparación. Las tres Diputaciones


19 de mayo de 2018

Predicando el empoderamiento desde Podemos


No sólo yo, sino buen número de leoneses, más bien diría leonesistas, por estar, en cierto modo, más comprometidos con nuestra tierra, celebramos la llegada de los “Círculos” de Podemos a nuestro territorio leonés.  Toda vez que una esperanza de cambio y lucha popular por lo leonés se mostraba como anhelo, aunque  ya marchitada por el tiempo.

De modo especial en  la llegada a León capital. Aquí, hasta donde yo sé, y pude participar livianamente, se intentó el acercamiento para comprender la postura que hacia lo leonés, en el ámbito autonómico, dominaba en los Círculos.  Fue decepcionante, ya en origen. No estaba, en sus pretensiones tal postura, la defensora de la Región Leonesa, con derecho a autonomía propia que había que defender o mejor instaurar, en paralelo, claro está, con lograr salir del ente que nos engloba y aniquila. 

No se hablaba más que de empoderar al ciudadano. Así en general. Como si no tuviéramos los leoneses, constreñidos en un ente que no nos respetaba como pueblo, que poner en valor nuestra tierra bien diferencia. ¡Empoderarnos como Región no lo contemplaban!

Para ser más exactos, será bueno destacar que se logró una cierta comprensión en algunos miembros “destacados” en el Círculo capitalino,  bueno, era algo más complejo que no es necesario, desde mi punto de vista, señalar con nombre y momentos.

Hasta llegamos a proponer que se firmara el “Acuerdo por la Identidad Leonesa” que otros partidos habían suscrito en el 2000. Teniendo en cuenta que, una copia de este documento,  consta en los archivos del Procurador del Común, como fedatario. Y se pretendía dar al acto el boato que requería tal adhesión.
Un SI, inicial y sostenido un tiempo, se cerró con un No, decepcionante. 

Estábamos ante un movimiento político que en León, por las apariencias, sus miembros no preconizaban el “ser leonés” diferenciado y con el propio territorio regional. Obsérvese que no hablamos del paso siguiente: leonesismo. Eso era demasiado pedir.

Cuando desembarcaron en las Cortes autonómicas como procuradores, y Pablo Fernández, de León, alcanzó también el grado de “jefe” en el gran círculo autonómico. Se consumaron nuestros temores.

Esto no pude comprenderlo, y mucho menos digerirlo. Así lo he dicho por escrito, y de viva voz, en una o dos ocasiones que tuve posibilidad de hacerlo.  Reconducir su postura roza la imposibilidad. Han tocado poder y esto marca.  Y lo que es peor, parece que se van incardinando en los modos y maneras de la que ellos han venido llamando “casta”. Casta Política.

De modo personal, y fuera de lo netamente leonés, me ha preocupado la deriva que en el “Gran Círculo Nacional” ha habido entre sus miembros, movimientos que van tomando las apariencias al uso partidistas. Todo ello, claro está, porque hubo un tiempo en que simpatizaba “con la causa”. Y  así ahora, al pasar a comentar el asunto Pablo, Irene y el chalé, creo que puedo mostrar una de las razones de la decepción (sin olvidar lo leonés que siempre me preocupará de modo especial).  Veamos:

Las apariencias transforman las percepciones del  observador.

Un chalé, casa de invitados, jardines, piscina y accesorios, no es propiedad nimia, ni tan siquiera de normal patrimonio, más bien salta a la vista como de ampuloso vivir. No hablamos de comodidad, que, de ser necesaria para que el político descanse, tiene que estar también en la expectativa del trabajador, de no ser así ¿con qué tipo de ejemplo predicamos?

Hablamos de políticos  que se dirigen a las masas,  a la sociedad más sufridora para que reaccione y se empodere… ¿pero de qué?  ¿Tal vez para que se sature de ilusiones contemplando las “razones” vivenciales de los  privilegiados?

En tanto haya demasiados trabajadores al límite, el de la subsistencia, un político que se precie de luchar con y para éstos, no puede  manejarse con signos externos de privilegio, pues tal parece que está pasando de referirse a los trabajadores como obreros para tildarlos de “obrerío”, ni cuando están en desempleo,  ni cuando la gran mayoría malviven en el submundo del precariado.

No debe ser la política, para quien la practica, un arte para mejor vivir, en tanto haya sufridores, pues tal parece que la están tomando cual verdadero soporte de su triunfo. Lo malo es que esto parece ser norma generalizada.

Y aquí, en la Región leonesa,  participamos de todo lo nacional, o español si  prefiere decir, pero además tenemos nuestra territorialidad e identidad leonesas en entredicho, sin respeto constitucional, y por ahí debe empezar el empoderamiento que preconizaban en origen  y que su olvido ayuda un poco más en el camino hacia el precariado regional leonés.




15 de mayo de 2018

VIGGO MORTENSEN, UN ASTRO PARA UN PUEBLO

       

                                
                                   ¡Gracias Viggo, por habernos elegido! 

      Estamos tan  poco acostumbrados los leoneses a que se alce una voz en nuestra defensa, o simplemente que, la palabra o las letras transporten esencia de nuestros valores, precisamente en este presente autonómico que nos cercena ilusiones a diario, que el más mínimo de los gestos opuesto a ello, nos causa una extraña sensación de reconcentrada emoción. 

Lo digo con prudencia, antecediendo a unos párrafos que se pueden asemejar a un cántico a la esperanza, o interpretar como una voz lastimera, ante la indefinición de nuestro León, ése que se resiste a un final pautado, repito pautado, políticamente.  ¡Ay!, casi desde nuestra propia casa.

Debo reconocer que Viggo Mortensen me ha sorprendido por un comedimiento gestual y de expresividad oral rigurosa, no como actor, sino como persona. Lo primero sería de escuela y lo segundo es de personalidad. ¿Elementos de juicio para ello?  Pocos, de ahí el riesgo a equivocarme en cuanto al personaje, no en lo referente a esta tierra nuestra que él ha entrado a valorar tan positivamente.  Encajan pues, esas apreciaciones, en lo intuitivo; y a la cortedad de los elementos a valorar, superpongo el emotivo hechizo de lo personal, en connotación con el para mí apasionante tema: León.

La clave inicial de estos apuntes, o el origen, nace  en el escueto pasaje de una televisiva entrevista del actor, siempre breves, por cierto, en ésa TV genérica que alarga hasta lo indecible lo llamado “del corazón”, y acorta con cicatería lo formativo y cultural. Entrevistado  y entrevistador, cruzaron sus miradas, después de ver y escuchar un corte de vídeo en el que el autor Pérez Reverte aludía al personaje de Alatriste con gruesas palabras calificativas, a las que nuestro valedor de moda, Mortensen, tamizó con el exquisito velo de la discreción, deslizando… “se permite decirlo él…” 

Seguí, queriendo comprender al actor, documentándome en algún otro medio escrito y en especial en la edición digital de la institución leonesa: DIARIO DE LEÓN, centenario y leonés, que siempre ha recogido y realzado lo nuestro con fidelidad.  Sagazmente ha sabido atraer, dentro del programa de actos conmemorativos de esa efeméride, a Viggo Mortensen, quien en no demasiadas palabras, y sí en  hechos, tanto ha facilitado que aflore nuestra memoria histórica,  el orgullo de ser y sentirse leonés, y que allende nuestro terruño se nos  pueda conocer  y valorar.

Miguel Ángel Nepomuceno, de quien siempre leí con detenimiento sus críticas precisas sobre acontecimientos musicales, rezumando sensibilidad y encanto pedagógico,  ha lanzado una serie de crónicas sobre el actor, sus conversaciones y hechos, que me han llevado a comprender un poco más… a ambos. Y aquí estoy, tratando de verter en estas líneas una llamada a la esperanza a los leoneses. Y por ello pregunto: ¿Si nos sentimos leoneses, amamos nuestras tradiciones, desde la más elemental de las costumbres propias,  cómo nos podemos dejar arrastrar, con indiferencia colectiva, autonómicamente, difuminados, cuando no borrados?

No he conseguido saber, cómo y por qué Viggo llega a la conclusión del origen leonés del capitán Diego Alatriste. Si el autor de las novelas, Pérez Reverte, no le sitúa como tal, ¿qué le empuja a Viggo a hacerlo?, ¿qué mecanismos deductivos, tan favorables para nosotros, han sido los indiciarios?  En verdad, tampoco me he esforzado demasiado en descubrirlo, prefiero la nebulosa ante el temor al desencanto.

 Viene pues, Viggo, a la tierra de Alatriste, a conocer sus gentes, su comportamiento social, y en especial su forma de hablar; “personas, dice, de carácter escueto, pero de expresión tajante y directa…”.   Pérez Reverte, nombra a Alatriste como un héroe oscuro y ambiguo. He intentando encontrar la correspondencia entre ambos adjetivos, y lo que desgaja Mortensen de la idionsicracia de los leoneses, especialmente de los montañeses: “carácter escueto”, tal vez de ahí lo “oscuro”; pero, lo de “expresión directa y tajante”, no parece corresponderse con la ambigüedad.  
  
La propuesta de Viggo  para intercalar algún leonesismo en lo diálogos, especialmente en boca del capitán, fue rechazada, ¡lástima!; faltó comprensión del dato. Si bien me extraña que, el autor, Pérez Reverte, de haberlo sabido no lo hubiera apoyado, no en balde en mayo de 1999, citando al leonés como lengua, dejó perfectamente dicho que se dejó de hablar (?), pero: “tuvo un enorme peso cultural en la Edad Media”.

Se pone en boca de Viggo una frase, recogida en dos versiones, para mí contradictorias entre sí, y en especial con arreglo a su comportamiento. Veamos. Ambas van escritas entrecomilladas, no sé si como un sic rotundo, o un entrecomillas de aproximado: “Vine a Castilla y León  y me encontré a gusto aquí, en su tierra…” (la del personaje). “Vine a esta tierra, en León me sentí a gusto”. Dudo tanto que Viggo, el que tan bien nos ha presentado Nepomuceno, aludiera al ente autonómico, que, de inmediato, me voy “al eje del mal”: ¿No será, una vez más, que hallamos presta la mano autonómica para el marcaje férreo de todo lo leonés?  ¿Acaso no tenemos  vida propia los leoneses? ¿Hasta cuando ese solapamiento nominal castellano absorbente?