22 de octubre de 2012

Una profesora leonesa de gran personalidad



Ya me ha sorprendido  otras veces Luis Artigues al leer en Diario de León su columna “El aullido”, por cierto sin saber si el aullido es animal,  o de pavor humano que en este caso encaja colateralmente con lo que fuerza mi atención.  Y me explico, lo significativo para mí en torno a esto es el personaje al que en esta ocasión dedica su escrito: María José Álvarez Maurín.





Y me sorprendió la noticia, por cuanto cita a la profesora del Dpto. de Filología Moderna en nuestra Universidad,  a quien conocí en otra faceta bien distinta. Sabedor de sus inquietudes, su deseo de hacer cosas por su tierra, nada mejor que el campo universitario en el que se mueve para ingeniarse algo destacable que efectuar.

Las siglas ULE, bajo las cuales ejerce su labor docente, me recordaron aquéllas otras, UPL, por supuesto sin connotación alguna, de un pasado común que nos vinculaba a inquietudes leonesistas, aunque puede que en desigual medida.  


Si la formación leonesista citada hubiera caminado por una senda de inequívoca actitud, sin personalismos poco asumibles y con fidelidad a los postulados, ¿quiénes mejor que algunos profesores de la ULE, que hicieron intentos de permanencia y aportaron empuje, para ayudar a llevar al mejor destino el leonesismo político?







En el caso de María José creo mejor situarla, en aquel entonces, en  el leonesismo sociopolítico. Y no creo equivocarme si dijera que alejada del movimiento político en singular.  Mi enhorabuena a la profesora por la faceta investigadora, y  en su labor creadora, aunque no sea en solitario, de los Congresos de Ficción Criminal en la ULE.

Si tuviera decisión suficiente para ello, y en torno al tema en el que puedo desenvolverme con cierto equilibrio: el leonesismo en general y el autonómico en particular, y afianzado en esto último, intentaría centrar la negra letra de un relato del sufrimiento sicológico de un personaje leonés perdido en lo trances aplastantes autonómicos del  ente asfixiador intitulado Castilla y León.  Todo bajo las  “Claves para un enigma” tratando de sorprender a la amiga y profesora.   










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19 de octubre de 2012

Un Aval para el Mundial de ciclismo en Ponferrada


El ente autonómico, el de la irracional regionalidad pretendida por los autonomistas que nos administran desde las llamada Comunidad de Castilla y León, atornillándonos  a los leoneses con un Estatuto que nunca hemos aceptado, juega con nuestros intereses, mientras se van evanesciendo nuestros sueños racionales de libertad.



El aval anunciado de 4 millones para poder asentar la acogida del Mundial de Ciclismo en Ponferrada, anunciado días atrás, acaba de entrar en un juego de ahora sí, pero no. 


“Lo tenemos en estudio”, ha dicho la consejera de hacienda de la Junta, Pilar del Olmo, que así justifica el pero.  Siembran la duda y se quedan tan frescos comentando que están buscando soluciones. Tal vez piensen en la posibilidad de echar mano de los fondos Miner, la bolsa  para reactivar las comarcas mineras leonesas,  que parece ser el cajón de sastre válido para todo. 


La Junta tiene voluntad, ha dicho el señor Silván, de compromiso autonómico con el deporte; en este caso el ciclismo, el Mudial de 2014 en el Bierzo. Lo ha hecho luciendo una de sus mejores sonrisas, que en vedad se van haciendo cada vez más estereotipadas. No debe resultar nada fácil ser fiel al ejecutivo autonómico, ése que pretenden seguir denominando regional, y agradar al personal sufridor civil votante. El aval puede ser de muchas formas, ha dejado dicho, o de diferentes tipos. O se avala o no se avala, éste es el “ser o no ser”… 



3 de octubre de 2012

Los Documentos del Consejo de Asturias y León




La noticia se puede leer en el Diario de León de hoy.
http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/el-principado-pide-regreso-de-documentos-del-consejo-de-asturias-y-leon_730678.html





“Rafael Fernández, nieto del histórico socialista Belarmino Tomás, pidió ayer al gobierno regional el regreso a Asturias de los archivos y documentos originados durante el gobierno del Consejo de Asturias y León”. 


Comento de modo reflexivo:

Lo nomina bien Rafael Fernández: Consejo de Asturias y León, porque no hay más remedio, para luego, al menos en la noticia, no volver a hacer mención de la otra parte, y no menor, a León. Si León participó en el Consejo, como así fue nominalmente; cuando menos tiene el mismo derecho que Asturias a tener en su poder el orgullo patrimonial de ese pasado en común. Pero el autor de la reclamación, la que debemos considerar muy razonable, habla de su Asturias como depositaria final de ese patrimonio. Pues “cada pueblo debe recuperar su historia”. 

Y dónde queda León, ¿acaso no tiene derecho a compartir ese tesoro documental? Ese Consejo, más de uno en el momento de la formación autonómica de España, amén de la afinidad astur leonesa, lo esgrimieron como fundamento de un territorio autonómico en común. No fue así, y puede que no debamos lamentarlo, pero sí que otros nos incorporaran a empellones en autonomía con parte de Castilla. Siempre nos dejamos sorprender y avasallar, ¿hasta cuándo? 

Aunque solo pusiéramos soldados, hombres, en el Frente del Norte, allá por las zonas de Pajares y Babia, y poco caletre en el Consejo Soberano, sobre  el que planean dudas de eficacia y buen hacer, no se nos puede dejar fuera, incluso sin nominación, a conveniencia de la otra parte.

Los belarminos, el “acuñado” papel moneda, tal como denomino el propio presidente del Consejo Belarmino Tomás.


Fue éste, un personaje controvertido que instauró el gobiernín que tituló Azaña, presidente de la República española, no queriendo dar pábulo al independetista gesto, son los más gráficos recuerdos de aquel Consejo Soberano.
Cuatro de estos belarminos, los guardo enmarcados con verdadero interés, aunque el gobierno fuera efímero, apenas dos meses, y la participación leonesa no le anduviera a la zaga. 






    
                                         

1 de octubre de 2012

Los pendones por San Froilán

Observar, no es escrutar...


Hoy, domingo 30 de septiembre de 2012, formando parte de los festejos de San Froilán se tenía anunciado, según programa, que la concentración de pendones de toda la provincia tuviera lugar en la explanada de San Marcos. Mi ojo crítico, en este caso puramente leonesista, me dice que no fue así. Y me explico. Sí había un buen número de ellos en la plaza, pero otros muchos ya estaban a las 11 de la mañana enhiestos por la gran Vía de San Marcos adelante, hasta la Inmaculada. Motivos de organización probablemente.

La cuestión está en que la concentración prevista, no era un acto banal, o no debería serlo, pues significaba la puesta en común provincial de una tradición: la pendonera, con la carga de valores que ésta conlleva. Donde la gran enseña multicolor leonesa, plural y no repetida, la de cada pueblo leonés, debe significar  unión y representatividad; aportando  cada grupo local, cada CONCEJO, su particular emotividad, pero todos en conjunto la de una provincia demasiado ninguneada autonómicamente. Amenazada ahora en una de sus señas de identidad, el sistema concejil, por el gobierno en busca de que el patrimonio de los concejos revierta en los arruinados ayuntamiento correspondientes.

Los pendones se deberían  haber izado a las 11,15, ¡todos!, en la plaza, en tanto el grupo musical correspondiente interpretaba el himno a León, para que éste fuera cantado por el pueblo, o cuando menos escuchado con respeto; el jolgorio festivo vendría después.  No se hizo así.




El grupo musical leonés, con dulzaina y tamborín,  ataca con ímpetu el himno a León, casi aislado, con poco público, o  éste en otros menesteres; tan solo el verde árbol dorado por el generoso sol de la mañana, y la bandera leonesa  junto a él, parecen poner una nota de valor a su actuación. 




No entro en cómo   se debe organizar el desfile,  técnicos y voluntarios hay para ello, yo recojo otro dato: las  concentraciones como ésta, deben servir para algo más que para lucir el paño y la habilidad en portar el pendón, que también, y con esmero, gracia y pundonor, pero la interrelación popular, la de los protagonistas y del pueblo leonés en general,  es precisamente en estos momentos cuando, unidos,  pueden hacer aflorar los valores identitarios, una verdadera labor de unión popular provincial tendente a ensanchar el espíritu del ser leonés.

Este año, con el atractivo de la incorporación de los alcoyanos “Moros y Cristianos”, a los que por supuesto se debía agradecer la comparecencia, dio lugar a que desatendiéramos lo nuestro, o eso quiero interpretar como disculpa, pero me permito reiterarme en la crítica ya formulada.


En ambas ocasiones, con la mano en el mástil, la vara leonesa que soporta el paño, intento comprender el valor del pendón, y el esfuerzo de portarlo...




















Las fotografías fueron tomadas por mi nieto Mario, que, procedente de Cataluña, está en esta tierra leonesa, en la que nació, tratando de impregnarse de sus esencias.



Este año se hablaba de lanzar un grito de protesta ante la propuesta gubernamental de anular las Juntas Vecinales, y con ello el sistema concejil tan eficaz como querido por los leoneses. Tengo la amarga percepción de que pretendiendo defenderlo todos, andamos divididos organizativamente. 




La pancarta omañesa, reivindicativa en este sentido, fue apartada de la marcha festiva por mandato policial.  

Debo decir que me parecía muy oportuna la intención, y de mérito reivindicativo, no tanto la unilateralidad, y difiero también en el “tratamiento del texto” al ser la única. Lo de la coacción desde más alto estamento que la policía, ésta mera ejecutora de órdenes, me parece de todo punto intolerable...