30 de abril de 2014

San Froilán en Valdorria y los políticos

Una Romería para un Santo

Nunca he ido precisamente ese día a tan hermoso lugar. A mi aire sí, en muchas ocasiones, pensando que el Santo nos iba a ayudar a no ser tan torpes de traer “al enemigo” a casa.


Aludo a los políticos del ente, ése que habla por nosotros y cuando menos nos aturde, y vienen a dorarnos la píldora allí donde el eremita San Froilán domesticaba al lobo.  Y éstos, los políticos, con su juego de medias palabras y medias verdades, cuando no plenas falsedades, nos tratan de domeñar a los leoneses, asaz inocentes,  nada que ver con el feroz lobo, para que carguemos con el peso de sus intromisiones, sometiéndonos a unas normas que se inventaron para una comunidad que no reparte, centraliza sin criterio,  e impone. 

El señor Lucas, era el presidente del ente, cuando se consumó a fortiori la incorporación estatutaria de León, provincia, porque a la Región Leonesa nunca la han aceptado,  tratando de subsumirnos en una comunidad inventada en base a una historia que dicen compartida y no fue nunca tal. El señor Lucas ha tenido el dudoso honor de ser quien trajo a León el discurso institucional, que supimos cuestionar los leoneses ante San Marcos el 23 de abril de 1996.




Dije entonces que el leonesismo, saliendo a la calle ganó, “a los puntos”, su última batalla, pero no sin añadir claramente, sin rodeos, aunque con dolor, y parece haber perdido una guerra.  En la plaza de San Marcos, el día y fecha citados, nos reunimos un más que importante y representativo número de ciudadanos leoneses, para mostrar con nuestra presencia, justa indignación y muestras de rechazo, no a lo genérico autonómico democrático y constitucional, sino, a la imposición de un Ente que no deseábamos.

Pues bien este señor, traído a Valdorría ahora, no sé bajo qué razones, supone algo así como  el mentís a nuestro rechazo en la fecha citada. Olvidar su imposición autonómica despersonalizando a León no es de recibo. Estoy casi seguro que aquel dato no lo han considerado quienes le formulan la invitación,  pero eso no les exime de la inconsecuentemente tolerancia y de asunción de nuestra adscripción al ente.  El espíritu conciliador que pide el alcalde de Valdepiélago, debe empezar por los autonomistas del ente reconociendo las dos regiones, los dos pueblos.  Ahí sí que harían justicia conciliadora a la par que poner cada cosa en su sitio. 

También salta a mi memoria que algunos de los activistas que estuvieron en la organización y estímulo popular para rechazar el acto citado, generosamente se implicarían de modo personal en la pintada de letreros de rechazo sobre el pavimento, allá en lo alto de la carretera de alta montaña que a Valdorria conduce, cuando vencida nuestra resistencia, empezaron a venir políticos autonomistas, no propiamente a la romería, sino a soltar el espiche que convenía a sus intereses.  


El esfuerzo de los romeros lugareños,  para homenajear al Santo  es tan  meritorio como tradicional.




Eso de “todos unos”,  no nos vale a los leoneses olvidados y sojuzgados desde el centralismo autonómico. No podemos invitar a actos netamente leoneses a quienes empezaron, y continúan no reconociéndonos como pueblo diferenciado.

Nota: Artículo publicado en ileón.com

20 de abril de 2014

En el origen procesional de la Semana Santa Leonesa

 La Procesión de los Pasos

Apuntes sobre los renovados recuerdos que empezaron con el lamento agudo del metal de la corneta, el tintineo penetrante del bronce de la campanilla, cerrado con el destemplado rataplán del tambor que nos satura el oído.


Amanecía el Viernes Santo,  limpio el cielo de nubes, el alba prometía sol. A las siete y media de la mañana, buena parte de los Pasos estaban ya en disposición de marcha junto al jardín de San Francisco. 

Ayer vi los pasos entre dos luces, las figuras de la Pasión sobre grandes tronos, destacaban e impresionaban al sencillo concurrente, las mortecinos pábilos de las velas pretendía iluminar cada escena  y su aportación era más estética que eficaz.


                       








Cuando esta procesión era más sencilla, en andas, bandas musicales y seguro que en número proporcional de cofrades, la veía literalmente salir, pues así lo hacía, del interior de la iglesia de Santa Nonia. Pegados al Hospicio, en la acera estábamos los madrugadores leoneses, frente a la puerta, mezclados con lo papones que también esperaban turno.

Los hermanitos de Jesús están ya en pie, pues así fueron alertados, los leoneses que les vamos a acompañar desde las aceras también nos aprestamos a vivirlo. Bien es verdad, que yo, siendo uno de éstos, hacía muchos años que no acudía a la salida. Y no puedo dejar de decirlo, contarlo, pues reviví emociones tradicionales.


          
 Pero el sol quería comparecer, y lo hizo al pronto, a lo grande, de forma especial iluminó la escena y hasta nos deslumbró al reflejarse en el  vidrio de la casa adyacente al Santa Nonia. Algunos pasos como el Nazareno, titular de la Cofradía y la Verónica mostrando  en un paño el rostro de Jesús, gozaron un tiempo de una muy especial iluminación, un resplandor admirativo de apertura al día. Y se me agolparon recuerdos y emociones.



  Más allá de la Oración del Huerto, al fondo,  ya no podía contemplar el Hospicio, aquél que  hace años derruyeron para edificar un irrespetuoso edificio con el entorno medieval,  de fachada de plástico, que ahora le sustituye.









Las ramas del olivo de la Oración del Huerto  se movían cadenciosas, no había viento era con el suave mecido de los braceros cuando lo veíamos progresar. Sonaba la música, ella imprimía ritmo, la pericia era de los papones en su arte secular.






La imagen de El Expolio, “El Torero” como con cariño lo conocemos los leoneses, y el Nazareno, titular de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, con la mirada puesta en la calada aguja de la Torre del reloj de la Catedral, avanzaban  con el mecido respetuoso de sus braceros. Sencillez, maestría y respeto, son clave para su mejor logro final.




El Gran Drama sobre tradicionales hombros de gentes de negro hábito con el capillo bajado, iniciaba su recorrido por un circuito conocido, pero dificultoso en la parte vieja de siempre. Sonaba la música, ella imprimía ritmo, los papones con su tradicional arte lo hacían posible. Suerte y buena procesión...
                                           

     

11 de abril de 2014

Santuario de la Virgen del Camino




              Derribar lo bello y consolidado



No comprendí en su momento por qué se derribaba un hermoso templo como a la vista estaba era el antiguo Santuario de la Virgen del Camino. 

Pero ocurría que un "indiano" leonés, enriquecido seguro que con gran esfuerzo allá por las américas, aquí en el León provincial de su nacencia quería hacer notar su regreso enriquecido, y puede que también ahíto de fervor, o para hacerse perdonar como cualquier mortal, quiso elevar un nuevo templo.

Su "piqueta" dineraria sin pudor y sin tener en cuenta que el que se iba a derribar era muy querido por los leoneses, aquél de atrio porticado, de piedra de sillería, que había acogido generoso a los peregrinos en camino y visitantes de la Madre Dolorosa del Camino. 

Viene todo lo anterior a propósito de la muerte el 7 de Abril de 2014 de Josep María Subirachs, el escultor que se empeño en ejecutar para el pórtico del moderno templo, el rectangular y diáfano espacio que proyecto Fray Coello de Portugal, que sólo se conserva el Altar Mayor del anterior, se empeñó Subirachs, digo, en elaborar un grupo escultórico trece figuras, doce apóstoles y la Virgen en Asunción.



Y ha sido este tema, el de la Virgen María ascendiendo al cielo, el que sorprendió a los sencillos leoneses que esperaban, al menos,  la advocación de siempre conocida y venerada,  y que él soslayó para ejecutar el citado grupo que resultaba más a propósito para  su estilo de figuras rectilíneas, que, para muchos de nosotros, resultaba sorprendente y desacorde con la Virgen y el Hijo muerto en  sus brazos, nuestra Patrona. 

Para finalizar ese recuerdo me permito colocar el principio de un oración que hace años escribí: 

 Escucha hoy, ¡Señora!, Madre Doliente del Camino, la voz de este pueblo que estando bajo tu amorosa protección no ha sabido, cual hijo pródigo, acudir a ti Patrona de la Región de León, a contarte sus penas autonómicas.

9 de abril de 2014

El alcalde de la capital leonesa y los trenes


El alcalde de León se ha definido políticamente como hombre de partido. Así lo hemos podido leer en una amplia entrevista que ileon.com le hizo. Lo cual podía ser  hasta bueno,  si la supuesta ideología que mueve al PP, y él, sin criterio propio,  obediente, no tratara de anteponerla a los intereses de los ciudadanos, o cuando lo mandado no coincida  con lo mejor para la ciudadanía, o lo que ésta reclama. En este caso, el mejor tratamiento de integración de los trenes.

Como le han dicho que económicamente no hay posibilidad ministerial de acometer lo soterramientos del tren por falta de dinero, al haber fallado la sección especulativa de terrenos liberados, lo admite, entra en el juego, y trata de vender a los ciudadanos, con paños calientes,  soluciones de menor rango. Sabido es que para la ciudad, la nuestra, no se ha definido consistorialmente cuál es la mejor opción de desarrollo. Asume lo que mandan, de ahí que su consistorio se cargara la sociedad “León Alta Velocidad”, dijeron que por ineficaz, cuando en capitales como Valladolid sigue operativa, y consiguiendo soterramientos.  Y así vamos. 

Poner acorde al tiempo actual las vías férreas, en su trayecto urbano, y lo que es importante subsanar la marginación del sector Oeste permitiendo la expansión urbana debe pasar por soterrar las vías férreas en todo el tramo capitalino leonés. Cualquier otra solución siempre estará coja, y nos rompe las expectativas de tan larga espera, recuérdese que estamos expectantes desde los años 90. 



Hasta ahora lo que hemos conseguido es la anulación del paso a nivel del Crucero, una estación en fondo de saco y elucubraciones que van y vienen. Esta supresión se hizo en tiempo de la presidencia de Zapatero como medida urgente.


Ahora acaban de decir desde el Ministerio de Fomento, en Palencia, que no habrá soterramiento en León. ¿Y el alcalde qué postura adopta?  Parece que no pensaba estar, ni tan siquiera colaborar,  al buen éxito reinvindicativo  de  la manifestación de trenes de Renfe y Feve para León,  pero finalmente su jefa provincial le debió sugerir que fuera. Y asistió, para tal cosa y tratando de justificarse, habló de la incongruente solución de que lo hacía a título personal, no de político, ni de alcalde etc. o algo por el estilo.


Intereses de todo tipo, entre éstos los laborales, que no lo son de menor cuantía, nos convocaron a los leoneses, a tal manifestación entre estaciones, Vía Estrecha, nuestro añorado hullero y la del Norte la del sendero de hierro del progreso, el domingo día 6 de Abril, reclamando el mejor futuro en ferrocarriles e integrados en la ciudad.

Tal como somos los leoneses, 15.000 personas acudimos, me parece un éxito en cuanto a número, muy respetable.  

Quienes no merecen ningún respeto, y si lo demandan han de trabajárselo, son lo políticos que se atrevieron a salir, muy obligados por cierto, de modo testimonial y sin empuje alguno, en la manifestación.

A la patronal leonesa, que está a verlas venir…del ente, parece que no les preocupa que nos asfixien, sin valorar el daño propio. 


Los sindicatos son castellanoleoneses mientras no demuestren fehacientemente lo contrario, todos sus respetos para el ente, es lo que muestran. Estuvieron en la Manifestación, ayudaron al éxito, pero son castellanoleoneses, con banderita, sin pensar que esa corriente es la que asfixia lo leonés.



Los leoneses, anulados como pueblo, sin capacidad de reacción, y mucho menos de reactivación, con nuestra indolencia mayoritaria estamos abocados al más burdo  de los haraquiri.


Creo que habrá escuchado a los manifestantes, al pueblo,  y leído el manifiesto; si no ha sido así hemos de calificar su postura de inconsecuente. Hágase una composición de lugar y no podrá negar que lo pedido sobre el tren y su integración es justo, y que lo suyo no es otra cosa que defenderlo, o dejar de ser alcalde; arreglitos o parcheos no valen. 

El agravio comparativo no es insano en sí, ante la injusticia resulta una fuente de energía de vital importancia. En Valladolid siguen con la integración mediante soterramiento, alce la voz donde corresponda, ésa es su obligación para con los leoneses. ¡Ah! y dígaselo a la presidenta de su partido.

7 de abril de 2014

Tradición como fe, tradición como rutina



Nuestra Semana Santa leonesa,l tiene reconocido el sello de Interés Turístico Internacional, una coincidencia con la de Medina de Rioseco, que han querido destacar, entre otras cosas, para justificar el haber traído a León, acogida por el Corte Inglés,  una exposición con detalles de ésta.  Lo cual me da pie a otros comentarios.

Interiorizado el sentir religioso de cada cual, los papones leoneses de hoy acuden a los actos procesionales programados, algunos desde la más antañona y arraigada tradición firmemente conservada;  otros,  en la media distancia, y  los más recientes de la última eclosión de Cofradías en los 90, con sus correspondientes cortejos que ya pueden pasar por consolidados. 




Cuando a las tres Cofradía más antiguas, las negras como cariñosamente se las ha venido diciendo,  se sumó otra en el año 45,  se entendió como necesario un equipo que coordinara los esfuerzos procesionales , de ahí la creación  de la Junta Mayor de la Semana Santa Leonesa el año 1947.

 La actuación  de ésta se dejó notar con verdadera efectividad cuando nacieron otras en los años  55, 61 y 62  con sus correspondientes procesiones. Una Institución que a su vez organiza y  tiene sus propios actos y pretende velar por la puridad procesional, a tal fin propone normas y da consejos. El número  actual de Cofradías es de 16.

La austeridad procesional leonesa que había venido siendo la tónica desde los remotos tiempos; en función de los gustos más modernos, cada año va mostrando visos de pérdida de ese rigor en favor de una supuesta exhibición,  o modo de procesionar,   mostrando un estilo, una movilidad de los pasos que busca llamar la atención del público, para que éste, copiando lo que en otros lugares venía ocurriendo,  responda con el aplauso.     Un recurso tan fácil como extraño, que a fuerza de repetirlo, en ausencia de devoción, contagia al espectador.


Teniendo en cuenta que el aplauso,  surge siempre como muestra de alegría, premio, o regocijo ante lo  mostrado, se corresponde muy mal con el rigor, la austeridad y la religiosidad que venía dando sello a las procesiones leonesas.  Máxime cuando, con el precipitado vivir y la introducción de otros supuestos valores, se puede olvidar, incluso por  los propios braceros, que los llamados pasos son girones del Gran Drama portados a hombros. 

Del  caminar respetuoso, cual dulce mecido, marcado antaño tan sólo por el suave “rasear” del calzado de los papones, el golpe de las horquetas  y el más actual  musicalizado avanzar, desde el  punto de vista estético inmejorable, se ha pasado en demasiados casos al “baile”, un sube y baja que se corresponde mal con la pulcritud cofrade leonesa que las procesiones han venido demandando.  Es un dato negativo que parece entroncar con lo mundano, cual espectáculo de habilidad. Lo malo es que el espectador, sin verdadero compromiso religioso o haciendo abstracción de él, reclama eso, espectáculo.  


Las flores en los ampulosos tronos, prestan color y prestancia  para ser fotografiados desde cientos de encuadres. Es un arte, al que nada hay que reprochar, un aliciente para el visitante que lleva captadas las imágenes procesionales. Si bien el coste dinerario de los arreglo florales, de no ser sufragados a escote cofrade,  y aun así, si es pomposo, rechina en todos los sentidos. No se mantiene un estilo decorativo floral, se trata de mejorar cada año, luego, hay que hablar de encarecimiento y de pomposidad. 

En la exposición citada de inicio, por las muestras fotográficas colocadas, en verdad no veo relación con las costumbres leonesas, más allá de lo que significa el Drama del Calvario que llevado a hombros en las calles de hoy se recuerda, no para llóralo, sino parece que más bien para festejarlo a tenor de lo antedicho.   La  Semana Santa, procesional, no puede hacer otra cosa que recoger el drama de la Pasión de Jesucristo, ahí la coincidencia es obvia.


  








Me gustaría que alguien enumerara las peculiaridades (así las citan en plural), y las coincidencias entre ambas, más allá de la imaginería propia de cada lugar,  tendente a mostrar el mismo drama, y el modo de portarlo a hombros en León o en Medina; “dos vecinos en la Pasión” tal como apuntan en los folletos. Olvidan lo provincial leonés, y no digamos lo regional triprovincial leonés de más enjundia; soslayado sin duda por “consejo” del ente autonómico para buscar el fundido de coincidencias castellanoleonesas, con gran ahínco, su verdadera “pasión” y tormento para lo leonés.
                                      









4 de abril de 2014

La Cuna del Parlamentarismo o el todo por la parte

Quizá se está haciendo casi imprescindible que se ponga en valor aquella frase que escribió Juan Pedro Aparicio. Creo recordar  que, más o menos, decía así: con el tema del parlamentarismo  los leoneses corren el peligro de caer  en el papanatismo. Y  la tomo porque, tal como se van planteando las cosas, puede estar tomando el valor que en su día rechacé. 
Precisamente cuando nuestro escritor  acababa de tomar de manos autonómicas, de las del ente, de ése que habla por nosotros, una medalla de oro. Un premio  como literato. Merecido como escritor pero que rechinaba como leonesista.

Viene todo esto a propósito de los pasos que está dando el Consistorio PP capitalino, obediente más a sus ascendientes autonómicos,  que escuchando a lo convecinos, haciendo pasar  lo de Cuna del  Parlamentarismo,  como algo que no hace mucho se silenciaba cual minucia histórica,  a algo que hay que vender a toda marcha. Aun a costa de caer en el papanatismo citado, aun cuando el dicho, dado su origen y circunstancia, me siga pareciendo molesto. Su actuación es por demás localista.



Pidieron permiso autonómico para colocar unos grandes carteles, en los que se puede interpretar que intentan  situar a la capital leonesa  como ”cuna de parlamentarismo”.  Al menos eso es lo que puede entender el visitante al leerlos. Ciertamente León capital, como lugar donde estaba asentada la Corte Real, en su momento histórico de 1188, acogió la Magna Curia, las Cortes de Alfonso IX del Reino de León. Pero el Consistorio con la falta de pulcritud necesaria, por omisión vulgar, o lo que es peor interesada, silencia el Reino de León, para cuyos ciudadanos se legisló en aquéllas. Y de paso así, silencian la Región Leonesa, heredera viva y directa,  que el ente autonómico  se niega a reconocer de modo fehaciente.

Por otra parte, no han dado ni un mínimo punto de acogida municipal  y agradecida,  a quien tomó el compromiso  personal de recopilar la documentación que habría de presentarse ante la UNESCO para hacer valer nuestro derecho, como Reino Leonés. Y remarco esto último:  como Reino. Aludo naturalmente a nuestro paisano Rogelio Blanco. Pero sí se preocuparon de mostrar agradecimientos a los jefes suyos en labores partidistas nacionales o gubernativas. Prada, por ejemplo, y al ministro Wert, que tocaron el tema, uno por oportunismo y otro por compromiso ministerial.


Tal parece que ahora sienten deseos vehementes de transmitir a los niños leoneses lo del parlamentarismo, y así se lo han pedido a los directores de los Colegios de la ciudad, cuando se ha estado pasando por toda suerte de, digámoslo suavemente, trágalas en los textos de control autonómico, siempre en pos de la unificación forzada de territorios y paisanajes castellanos unos leoneses otros dando pábulo a lo castellanoleonés. Y mucho más, no menos dañino.

No sé quien ha redactado la Unidad Didáctica, que ya están deseando la tomen a pecho los Colegios capitalinos. Lo que sé es que a mí, como sencillo ciudadano, colocarles a los niños lo de los Tres Estados, cuando el Rey no  convocaba a los representantes del pueblo como Tercer Estado, me parece lanzarse en esto, cuando a los leoneses actuales  se nos coloca en una  posición irreal   en el ente autonómico,  sin decir palabra oficialmente en los Colegios.

En cuanto a lo de “reconocimiento de derechos predemocráticos” es un doble rizo, el pueblo no pasaba a tener capacidad para elegir a nadie, y ellos a su vez, nadie ha descrito, hasta hoy,  que procedimiento se empleo para su elección, más allá de ser “representantes” de los ciudadanos. Aunque en los Decretas sí quedaron escritos y descritos derechos,  libertades y obligaciones.  Los leoneses de distintas ciudades del Reino de León sí se sentaron como estamento en la Curia de 1188 por voluntad del Rey, no hay que minorizar el dato, pero tomarlo en su amplia dimensión.