25 de diciembre de 2013

Feliz día de Navidad 2013

      Navidad Leonesa

      Cultura o Costumbrismo
        
      Sin duda hubo una cultura leo­nesa. Aqué­lla que im­plicaba a nuestros antepasados en el acontecer cotidiano. Pero, no es menos cierto que ahora seguimos tenién­dola, con las variantes lógicas de esa vida dinámica trepidante, y en consonancia con los tiempos de tinte muy es­pecial los autonómicos forá­neamente absorbentes, que siembran incertidumbre en las conexiones revitalizadoras con nuestro pasado leonés más o me­nos mediato. 

Formando parte de aquella cultura, dentro de su fluir vi­vencial, no todo eran traba­jos, luchas y compromisos serios; es indudable que, por necesarios, estaban también los momentos lúdicos, los fes­tivos, muy ligados a los acon­teceres religiosos, siempre mutables como la condición humana. 

Con carácter fes­tivo religioso, predominando esta última condición, encontramos la Navidad ¡todo un mundo de dulces sensa­ciones! Familiares siempre, que en la actualidad, por aquello de la más fácil in­tercomunicación, se ve adornada y hasta marcada por lo dimanante de otras formas de expresión, de otras culturas. Pero nada se opone a que en rigor digamos que hay una Navidad leonesa. 
El pueblo leonés ha sabido cantar a la Navidad. O tal vez mejor diríamos, ha vivido la Navidad interpretando can­ciones sencillamente populares. En tal menester se ha acompañado de sencillos ins­trumentos, muchos de ellos útiles del ajuar diario, lejanos en el uso, pero hoy tratados de recuperar por grupos fol­clóricos. No en balde la mú­sica y la letra de los cantares navideños fueron, y gracias a ellos siguen siendo, folclore vivo leonés. 

 Relatan y nos evocan sus versos ento­nados con marcada leonesidad, sencillas costumbres de antaño que nos hablan de la fuerza de las tradiciones, con sabor a folclore leonés. Y sa­bido es que, en esta faceta de lo cotidiano, se cuenta y se canta una realidad que se vi­vía. 

Nos han enseñado a cantar nuestros antepasados a ritmo de villancico, en rondas calle­jeras con las paradas perti­nentes, las peticiones del co­nocido como aguinaldo; una costumbre bella y productiva para el solicitante esa de pe­dir propinas dinerarias, sin desdeñar las que eran en especie,  a golpe de sencillas y a veces ingenuas canciones, por más que en otras fueran enormemente di­rectas.  

El árbol navideño, artificial o no, adornado hasta la sa­ciedad según los vaivenes de la moda de cada año, ésa que nos lanza a la compra de las variantes ornamentales, es uno de los más extendidos argumentos globales de la Navidad que sin duda comparte honor, cuando no desbanca al tradicional Belén o Naci­miento, ampliamente difun­dido. 

Y, en cuanto a nosotros, en connotación con lo leonés, el árbol amenazaba con sustituir a una pieza leo­nesa que calificaremos con el mejor de los elogios, como or­namental, musical y literaria, aunque esto último sea dicho en clave menor, que denomi­namos  “ramo”;  cuyas esencias más puras han caminado como expresión y cántico popular, no solamente por Navidad, sino que también para otros acontecimientos festivos, con la lógica variante de cada caso.      

 Genuina expresión popular leonesa 

Podríamos decir que el -ramo- es en lo material, en su modalidad más ampliamente difundida en nuestros lares, un artilugio o soporte de ma­dera consistente en una base horizontal que sustenta un del­gado tronco de madera coro­nado por un triángulo del mismo material que lo com­pleta; en este supuesto tiene el conjunto una cierta reminiscencia esque­mática y figurativa con el ár­bol llamado abeto. Mas, también se adoptan otras formas, como la rectangular...
Pero lo descrito, es simple­mente el esqueleto, pues para que su prestancia  final alcanzara un especial sabor, y cumpliera la misión encomendada, había que dotarlo de ornamentos según el estilo al uso. Los adornos eran privativos de cada lugar, según gustos y remi­niscencias pasadas, pero siem­pre partiendo de elementales materiales como telas, encajes, cordones; sin olvidar los productos pe­recederos como, como frutas, o rosquillas ela­boradas con amor repostero. 





        Mi rincón leonés. Un pequeño ramo de finales del siglo pasado, con alguna variante actual.



Una reflexión final a propósito de la Navidad

Quizá sea la faceta costumbrista humana, la que más aúne a las personas; concatenando ideas, propiciando en cierta manera los entenderes del mundo como si de la tan caca­reada “aldea global” se tratara. Pero cuidado, puede no haber un ver­dadero acercamiento real en­tre los seres humanos, porque los poderosos no están deci­didos a compartir, aunque con el puro entre los dedos y una falsa sonrisa a flor de labios, actuando como Epu­lón, permitan recoger, acaso migajas, de una mesa de variedades y viandas, a los su­fridos Lázaros.

Bienvenidos sean los mejores deseos, aun cuando, y no siempre, sean de corta vigencia...





21 de diciembre de 2013

Relato para la Navidad 2013

Un ramo leonés de navidad para Juanito

Raigañu
Prefirió esperar en la calle ante aquel escaparate que lucía con ardor de Navidad. No importaba el frío, a los cinco años todo es soportable. 

Sus tíos, al entrar en aquella tienda que mostraba tan gran colección de Ramos leoneses, le habían solicitado:”pero no te has de mover de aquí", "y estate atento, Juanito,   te llamaremos a la hora de elegir el ramo".

Más por automatismo que por convicción verdadera, con un amplio movimiento de cabeza les confirmó que cumpliría su petición. 

Un “portal de Belén” colocado en primer plano,  le traía a la memoria  lo que su mamá le había contado sobre los padres del Niño Jesús, que hubieron de recogerse en un modesto pesebre, al no encontrar  casa donde pasar la noche. Mucho le debía entristecer esto a su mamá, o, ¿había alguna otra cosa?, pues en su rostro extrañamente serio sus ojos parecían prontos a llorar cuando le decía: "no sé dónde vamos a cobijarnos con el hermanito que estamos esperando".


 Al mirar con fijeza el pesebre, una extraña sensación le embargaba, y aunque no llegara a relacionarlo, su pensamiento le llevaba  a la situación sufrida durante las últimas semanas en la casa donde siempre había vivido con sus padres. Frases como: “tendremos que abandonar el piso”,  con la que más de una vez oyó lamentarse a su mamá, le causaba inquietud, pues su padre lejos de corregirla, siempre soltaba algún improperio contra los Bancos.

A través del cristal del escaparate, que mostraba el brillo de la ilusión,  vio el ramo que sus tíos le enseñaban. Entró presto.  “Éste, éste, me gusta mucho”, les dijo con alegría.  La decisión fue unánime, y así,  de su mano y con el ramo de doce velas que estaba deseando encender, continuaron el camino con paso decidido. 

Algo favorable debía haber pasado, lo notaba en los alegres gestos de ellos. Los cuatro días pasados en su casa habían sido como un tobogán de emociones, a veces en decadente ánimo según las noticias que iban recibiendo, aunque a él los sucesos llegaran edulcorados. Al tío Juan, antes de partir, le había escuchado pronunciar palabras de agradecimiento para los vecinos de sus padres.  Se habían opuesto a algo llamado desahucio. Intrigado no pudo menos que preguntar: "qué les pasa a mis papás". "Alguien os quería echar del piso, pero ya se arregló", fue la mejor de las aclaraciones dada por su tía, tras un hondo suspiro de alivio.

Al llegar, en el portal de la casa se veía un extraño letrero que decía stop desahucios, lo que unido a las felicitaciones de algunos conocidos y vecinos que habían encontrado en la calle, le llevaba a pensar que, lo sucedido, de lo que le habían aislado, se pudo cerrar con un final feliz.

Pronto lo comprobó, el encuentro con sus padres le emocionó tanto, y fueron tan dulces las caricias, los besos y los abrazos que ya no los iba a olvidar nunca; pues, a pesar de que siempre se los habían prodigado, en esta ocasión estaban saturados de efusividad extrema. 
El rostro de su mamá había recobrado el dulce gesto de siempre. Lloraba, pero ahora era de alegría, lo percibía, mientras escuchaba cómo su padre al tío Juan le contaba la gran victoria de “paralizar el desahucio”... ”Nos hemos arreglado  con el Banco, y podemos pagar un alquiler”, "lo de la plataforma y los vecinos fue decisivo”...

Todo aquello de lo que sus padres le quisieron preservar, difícilmente se le iba a olvidar; pero por el momento la alegría que le envolvía era propia de su corta edad, cuando todo es como un juego, y hasta parece  que resulta fácil ser feliz.

El calor propio del hogar lo percibía como algo normal.  Menos mal, ¡el hermanito que estaba en camino tendría un buen cobijo!   Pero, por lo escuchado, no debía haber  sido cosa sencilla conseguirlo para esta Noche Buena… y otras venideras…



A todos os deseo

¡Feliz Navidad! 
Con la esperanza de que se prolongue  en el  2014 que estrenaremos. Un año con páginas en blanco en las que leoneses debemos aprestarnos a volcar, al lado de lo más personal, la reivindicación permanente de lo leonés...   

* Gracias Raigañu por la foto "prestada" del árbol.


11 de diciembre de 2013

Cuando lo leonés marca leonesismo

Un leonés bien arraigado en nuestra cultura era Joaquín López-Contreras.  Le conocí y convivimos nuestra  etapa formativa en el Colegio de los Agustinos. Después, por rumbos distintos, la relación sería esporádica, pero siempre afable en los encuentros, no podía ser de otra manera dada su condición de persona sencillamente cordial y generosa.


No trato de componer con  estas líneas un panegírico, no es este el lugar ni el momento, siempre he dicho que en vida es cuando de viva voz o en letra impresa, se deben mostrar los afectos, y si procede, en clave de lisonja, mostrar los mutuos pareceres.

En el borrador de un tercer libro en clave leonesista que estoy elaborando, le tengo delicado un cariñoso recuerdo, eran momentos en los que se entrelazan compromisos leoneses vividos a distinto nivel, según  en qué ocasión. Pero antes de traer aquí una pequeña transcripción de éstos, no puedo menos que rescatar, los más destacable a mi entender,  de lo dicho por Emilio Gancedo en su adiós a este personaje que, en su haber, gozaba de elementos culturales leoneses suficientes para que el puntilloso periodista de lo cultural leonés, los haya venido a destacar. DL 10/12/2013



“Una de las personas que con más ahínco trabajó en el León contemporáneo para hacer avanzar esta tierra, que ocupó puestos de responsabilidad en instituciones claves para entender la cultura, la sociedad y el mundo económico leonés…”

Como presidente de la Fundación Sierra Pambley, ésta, dice Gancedo,  “recuperó su identidad y desplegó una actividad socio-cultural de enorme intensidad, uno de cuyos momentos álgidos fue la creación del museo en el inmueble que le sirve de sede frente a la Catedral.”
Le califica como “elegante luchador a favor de León”, algo que comparto plenamente.

Su amigo Antonio Gamoneda, premio Cervantes 2006, en el mismo medio y página le dedica un emotivo recuerdo con líneas llenas de cariño, componente máximo de una gran amistad, que no duda en mostrar con docta palabra el gran literato:

“Cabe que haya seres humanos que son solamente ellos mismos, que empiezan y terminan en sí mismos. Pero, afortunadamente, hay otros cuya personalidad, cuyos actos y sentimientos se proyectan en el entorno viviente, y este entorno les interioriza, les hace suyos, de manera que se produce una comunicación profunda, una reunión profunda, mejor dicho quizá, que sobrepasa los límites de la simple cordialidad. Joaquín López-Contreras, casi sin proponérselo, con sencilla naturalidad, era una de estas personas.”
Un perfecto resumen de unas cualidades no fáciles de encontrar.

En la vertiente de la leonesidad de López-Contreras, que es la que yo trato de acercar al lector, traigo un pasaje que, en el libro, parcialmente autobiográfico, más o menos quedará así:
“La convocatoria  de una mesa redonda sobre el tema autonómico,  causó  en mí un doble interés.  Conocer las opiniones de los participantes era obligado en esos momentos preautonómicos, y, además, porque iba a tener lugar en salones de los Padres Agustinos. Claro, en el nuevo Colegio en la carretera de Alfageme, puesto que el otro, al que había asistido como alumno más de diez años, en el centro de la capital, había sido derribado sin piedad, en agosto de 1977.

Pero había otra razón que me motivaba, intervenía también un condiscípulo, Joaquín López-Contreras, cuyo mensaje en el sentido leonés y autonómico no conocía en detalle, pequeños apuntes sí, de los que venían adornando su personalidad.

Tuvo lugar el sábado 25 de febrero de 1978.  Y el domingo el periódico La Hora Leonesa, servía la noticia bajo el titular: Animada mesa redonda en torno a nuestra posible autonomía.
Promovida por la Asociación de Padres de Alumnos,  la mesa estuvo moderada por el Padre Agustino José Gutiérrez Álvarez, catedrático de historia en la Universidad de Madrid. Intervinieron Cordero del Campillo, Antonio del Valle, Ubaldo Nieto, Roberto Merino... éste  como única voz discordante en nuestros derechos, pues, según su parecer, ni teníamos región, ni personalidad, ni identidad, ni…

Y he dejado para el último lugar a Joaquín López-Conteras, no porque así fuera  su intervención, ni en momento de actuación, ni en importancia sus palabras, simplemente para cerrar este comentario con algunas de sus ideas que yo suscribiría sin dudar: No le asustaba el término nación, y consideraba como  bueno el de  región,  aplicados a nuestro León, en función de lo que fue, hoy es, y  que otros quieren hacer olvidar. Una región compuesta por tres provincias: Zamora, Salamanca y León...”     Todo me complacía enormemente…
Sirva esto como mi modesto “hasta siempre” al condiscípulo, y, en especial, a un gran leonés culturalmente comprometido.

10 de diciembre de 2013

Usurpar el patrimonio comunal
















Ayer, 9 de diciembre, en Diario de León, en soporte de papel, se dio a conocer mi artículo de opinión cuyo título era el que he puesto a esta página. Decía así:

 El PP que gobierna en España, y los políticos de León, que no leoneses dado su prevalente  acatamiento, o sumisión interesada, han votado que SÍ en el Parlamento de la nación a la Ley de Reforma Administrativa Local. Es tal la obligatoriedad en el parlamento a secundar con el voto las instrucciones de grupo, que parece no importarles que fruto de su actuación, se consume la persecución primero, y la apropiación posterior del patrimonio que en las pedanías leonesas,  en los Concejos, se han venido cuidando y defendiendo secularmente.  Y ahora son un bien a perder en beneficio del confiscador oficial.
Forzosamente tenemos que posar la mirada en los diputados leoneses por el PP, pues ellos dicen representarnos en el Parlamento. 


Son: Alfredo Prada, Eduardo Fernández y María Aránzazu Miguélez. Quienes  han apretado el botón que confirmaba su  partidismo de fidelidad ciega,  en vez de ejercer un buen hacer  de leoneses en favor del patrimonio institucional leonés que supone el Concejo, donde destacadamente  se ha venido ejercitando un natural sistema de democracia directa. Aquellos políticos de partido, tan insensibles como obedientes, han participado en los primeros apuntes de defenestración de los concejos leoneses, y la facultad  en letra impresa para la usurpación del patrimonio comunal correspondiente.  Que los Concejo formen parte de la identidad leonesa, lo soslayan.

Veamos que hacen por otras latitudes. El PNV, sabiendo jugar bien sus bazas, para lo que sus ciudadanos les han colocado en el Parlamento de la nación, ha conseguido blindar los concejos vascos y catalanes, que mantendrán sus propias normas. Vascos y catalanes, Comunidades históricas de las que teníamos los leoneses que “defender” a España amancebándonos con Castilla (las razones de Martín Villa), ahora vivitos y coleando, saben salvar sus concejos; en tanto “nuestros” políticos, con actitud justamente opuesta, optan por llevar al degolladero los Concejos en tanto se procederá a la usurpación de sus patrimonios.

Ya ha tocado el turno al Senado, allí tenemos dos representantes del PP de León. Luis Aznar, uno, a quien se le vio el plumero con el tema del carbón; no secundó a Morano aunque iba contando que había que proteger a los mineros leoneses, y lo que izo fue salvar su escaño votando lo que le mandó el partido. Y a Silvia Franco, su comportamiento es de  “conservadora”… del escaño.


Ante el movimiento popular opuesto a que les esquilmen el patrimonio, bien alertado por un movimiento federativo, nacido para su defensa, ha llegado cierto raciocinio al Senado donde TODOS los senadores implicados en el tema, y no tan sólo Aznar y Franco que parecen querer arrogarse el “éxito” de la reforma introducida al artículo 116 bis de la Ley que tanto nos afectaba, salvando por la campana la posibilidad que se le ofrecía a cada ayuntamiento adeudado a tomar para sí el patrimonio comunal correspondiente a las pedanías.

Las diputaciones, sobre las que se oían voces diciendo que sobraban,  no sólo van a salir vivas con la nueva Ley, sino reforzadas. Sobre el papel tomarán responsabilidad, sin olvidar que, al menos la nuestra, estará al mandato del ente autonómico. Controlará para éste los concejos que no tengan a punto las cuentas, llegando hasta el extremo de poder incautarse sin retorno del patrimonio comunal correspondiente. Y más aún, así las cosas, en la nuestra, la que rige Isabel Carrasco, por cuyas venas aún corre la sangre del mando autonómico, se apresta a cobrar tasas a las pedanías. Así en espera de que ordenen la anulación de alguna, ya empieza por asfixiarlas económicamente. ¡Vaya apoyo institucional!

No puedo finalizar este modesto alegato, sin citar a la Federación Leonesa de Entidades Locales Menores o Concejo General de León (a mí esta última nominación me resulta perfecta) con Carlos González-Antón, como asesor jurídico e implicado personalmente al igual  que Santiago Ordoñez de IU, ab initio, junto a comarcanos y algunas personas comprometidas de siempre en defensa de lo leonés.

La Federación ante el temor que aún pende sobre el estatus de las pedanías, que no se fía, y hace bien, ya se plantea con muy buen criterio acudir ante la Comisión Europea.

    


      

5 de diciembre de 2013

PARLAMENTUM

                          Un vídeo montaje, a modo de documental


                “Más de ocho siglos después de aquellas Primeras Cortes Parlamentarias…”

Estamos ante un DVD, no sé si promovido, sí  repartido por Diario de León, en el  que, según carátula, además de este medio han colaborado, la Junta de Castilla y León, Diputación provincial y Ayuntamiento de la capital, éste con la O transformada en hemiciclo, cual logo. 

La oportunidad del mismo es clara, al igual que el interés político.

Dos apuntes previos:

Recordemos que, nuestro paisano, el leonés Rogelio Blanco, con su gran esfuerzo de estudio, preparación de dosier y seguimiento del mismo llevó a lo más alto el tema al conseguir que la UNESCO se pronunciara a favor de las Cortes de 1188, situándolas  como Cuna del Parlamentarismo.





Así como que,  Juan Pedro Aparicio, leonesista  activo antaño,  el año 2010, el del 1.100 aniversario del nacimiento del reino de León, con un documental excelente, muy bien narrado por él, voz y letra, dejó documentalmente señalado el Reino de León como Cuna del Parlamentarismo. 





Después de un primer visionado con  sincero interés, y  con ojo crítico, todo hay que decirlo, aunque profano en cuanto a lo técnico y artístico, debo mostrar, como leonés comprometido con nuestras cosas, mi sincera felicitación a Daniel de León y María Anel que escribieron y dirigieron Parlamentum.

Espero que la Junta autonómica, cicatera siempre con lo leonés, haya aportado el mayor caudal económico al trabajo, dineros, por otra parte, que lo son también de los leoneses.

Como leonesista siempre he rechazado el proceder autonómico del ente que nos engloba,  hacia la Región Leonesa, escamoteando pasajes de valor histórico leonés o desdibujando otros. Y, lo peor, lo venimos tolerando. Nos ha hecho un daño que apenas hemos conseguido paliar con respuestas ciudadanas leonesistas. Y persisten,  he ahí  lo más grave.

Que ahora quieran aparecer como paladines, no es de recibo si antes no hacen oficial un mea culpa; para a continuación liberándonos  del amancebado castellanoleonés, castellano y leonés, poder empezar a hablar y recoger en letra parlamentaria, los dos pueblos: los leoneses y  los castellanos, así perfectamente diferenciados con obligado cumplimiento. Una medida transitoria que no nublará el derecho constitucional a autonomía leonesa propia. Porque, ¡atención!, en 1988 cuando nos organizaron el Octavo Centenario de las mismas Cortes de 1188, se pasaron por alto alevosamente los mismo datos que ahora  cuando se han visto pillados en aquél, el silencio oneroso, tratan de mostrarse como defensores. Claro que,  el cinismo político con el que se mueven  en el poder,  les da alas para esto y más.

Respecto a los personajes actuales que en el documental aparecen,  presumo  dieron  para la cámara su versión del  acontecimiento  recogido  ahora por la UNESCO, para que, posteriormente,  los directores, a retazos,  nos vayan mostrando esas opiniones. Parecen una elección significativa,  mas, ni están todos los que son, ni son todos los que están.  Se habla demasiado de democracia, cuando, en puridad, el pueblo leonés simplemente empieza a marcar rumbo en la faceta parlamentaria, beneficiándose de libertades recogidas como ley, que no era poco,   para empezar a hacer camino.

Respecto a la elección, supongo que siempre pasará algo parecido. Puedo hasta admitirlo, por lo que tan sólo dedicare unas breves frase a los políticos, en especial a los “nuestros”, opinando que algunos deberían figurar rojos de vergüenza ante su hasta hoy silencio cómplice, cuando ahora van de documentados. 


Rompe la marcha Isabel Carrasco, que, fotográficamente,  muestra su mejor lado.

La presidenta de la Diputación inicia su actuación con eso de… “demostrar a la gente que nosotros estamos orgullosos de la historia, que estamos orgullosos de nuestro pasado…”

¿A qué gente alude, quizá a la castellana del ente autonómico? ¿Y de qué historia está orgullosa?  Pues  si la conocía  como trata de dejar ver, porqué la ha silenciado hasta ahora, tolerando además  que el ente autonómico lo haya venido olvidando en los textos escolares.


  
 El Alcalde, Emilio Gutiérrez, orondo y crecido, parece colocar a la ciudad que rige, como cuna, cuando era sede real, y  como tal acogió las Cortes de 1188, donde se legisló para todo el Reino de León, y los Buenos Hombres hasta aquí habían venido de las ciudades del reino. El León que debemos citar como cuna del parlamentarismo entiendo que es el reino.

Y dice sentir mucho orgullo. ¿Acaso se ha preguntado alguna vez dónde está el Pueblo Leonés heredero del  acontecimiento   aquél? Por si acaso le doy mi versión: Como tal amordazado por el ente autonómico. Y le pregunto, ¿además de poner rótulos de la mano del ente, al mejor estilo centrípeta del regidor pucelano León de la Riva, qué                                                     va a hacer para recuperar la personalidad leonesa?
     


Juan Pablo García Valadés, Concejal de Cultura, con rostro serio, empieza diciendo  que León es cuna de parlamentarismo, y añade, a mi juicio no demasiado atinado, “cuna del sistema parlamentario actual”.  Cómo es eso cuando el que más nos atañe, las Cortes autonómicas, sin pudor alguno las han instalado en Valladolid.  ¿Porqué ha venido negándose a admitir públicamente que sus correligionarios en el  ente autonómico nos estaban escamoteando el derecho a que se ubicaran aquí, en la cuna.





Santiago Ordoñez, coordinador en León de IU, cuenta que al conocer lo de la UNESCO, le invadió “un sentimiento de orgullo”...”me parece que nos pone en el mapa,  algo que reivindicamos desde hace muchos años”. En qué mapa, le pregunto, ¿en el  autonómico que ellos han tratado siempre de cerrar, sin consideración alguna para la Región Leonesa? Sabe perfectamente que su partido no ha tenido para nada en cuenta al Pueblo Leonés en la gestación autonómica, y ahora se apunta a “caballo ganador” cuando la UNESCO muestra su reconocimiento para León diferenciado.

Su aptitud decidida y valiente en defensa de las JJVV, que hay que reconocer y agradecer, no hace más que paliar el fondo doloroso de su posicionamiento autonomista a favor del lo castellano o castellanoleonés, que nos desdibuja a los leoneses, cuando no nos anula.



Miguel Ángel Fernández Cardo. Procurador autonómico por el PSOE de León. Nos invita a sentir orgullo por lo conseguido, viéndolo como “una oportunidad para la ciudad de león, pero también para el territorio cultural del Reino de León”. 

La pregunta es: ¿Acaso se refiere al territorio regional, triprovincial,  leonés que el ente autonómico trata de abolir? Pues es allí, en el parlamento autonómico, donde hay que mostrar como reivindicación lo que es León y cómo se debe respetar lo que le es inherente, que no nos roben la historia o la enfosquen con lo castellanoleonés.




Guillermo García Martín, el hombre del ente en León, delegado territorial, nos lo presentan diciendo: “El que se reconozca una realidad histórica que ha ocurrido,  y se reconozca por un organismo que es la UNESCO...es una auténtica satisfacción”. Con sus dos reconozca, puede que esté queriendo dejar caer que él ya “conocía” el hecho. Y si era así, ¿porqué guardaba silencio aquí, y especialmente allá, en el ente?







Todos se muestran contentos. Pero que no pase de ahí, en película, reclamar ante el ente el estatus autonómico que nos pertenece a los leoneses, eso queda para los... leonesistas…

 Y así, a ritmo de Johan Strauss,  en un vigoroso vals,  nos  han desgranado la introducción, para empezar  a contarnos la historia, con imágenes fijas que en León se guardan, a las que van dando movilidad  bien acompañadas por la música elegida con singular acierto. La voz en off, el narrador, desarrolla su cometido con la cadencia propia de los documentales, pero con cierto tono de empalagoso énfasis, que se acompaña de un siseo vibrante, según creo apreciar, contándonos la historia de un Rey, unas Cortes y un  Pueblo.

A nadie le escuché decir que éste, el Pueblo, hoy heredero, existe;  y se le han de reponer sus derechos. Aquellos hechos han de prolongarse en nuestro hoy en libertad, todo lo demás es un secuestro de historia y libertades, que al parecer todos sabían, y  nadie ha movido, ni tiene intención de, en el futuro más inmediato, mover un dedo para la justa reposición…  




2 de diciembre de 2013

Juan Crisóstomo Torbado, ¿cobrando en especie?

Foto artística conseguida por Pepe Gracia

“SON LAS OBRAS LAS QUE PERDURAN”

He preferido encabezar estas líneas, nostálgicas pero exultantes, con una frase de un escrito de D. Juan Crisóstomo Torbado, arquitecto y leonés, leída y anotada por entenderla como  valiosa en la exposición que sobre su actividad profesional y restauradora, pudimos contemplar en el Palacio de la Poridad apenas iniciado el año 2001.

Por cierto, un montaje excelente y muy asequible en el futuro Museo de lo leonés o ¿de León capital?, según se decía, quedando en nada lo prometido.  Por lo expuesto, se podía apreciar la encomiable labor, poco o nada divulgada, que este artista, detallista, minucioso y metódico se impuso. Indudablemente nos ha dejado un bellísimo legado, una fructífera obra,  especialmente en nuestra Catedral.

Para que pudiéramos conocer con cierto detalle la figura de J.C. Torbado y su fecunda labor fue necesario que sus familiares, previamente, hubieran donado al Museo Catedralicio algo más que sus recuerdos, y que el Cabildo y el Ayuntamiento de León en el 2001, centenario de la reapertura al culto del primer templo leonés, después de una gran obra de reparación y reconstrucción en la que tomó parte activa Torbado,  se tuviera el genial acuerdo de mostrarnos quién fue y qué hizo, apenas hacía un siglo, nuestro paisano.

Finalizando el siglo XIX, Torbado tuvo oportunidad de contemplar las vidrieras cuando éstas, para su restauración, habían sido bajadas de sus ventanales. A las que pudo soplar, metafóricamente hablando, el polvo de los tiempos que, a modo de pátina dañina, campeaba sobre la historia relatada en tan hermosos cristales y a todo color.  

Aprovechó el momento para su estudio a la par que tomaba, más que apuntes o bocetos, magistrales dibujos rescatando formas y coloridos. 


El proceder artístico

Hoy hemos  podido leer, e interpretar, en Diario de León, que  a Juan Crisóstomo Torbado no le importaba cobrar sus trabajos como arquitecto en la restauración de la Catedral de León tomando algo artístico de valor, tal  como una  tabla del retablo de Nicolás Francés:


Pero no pongamos el énfasis en lo crematístico, había algo más profundo; lo que pasaba a ser de su propiedad, era estudiado a fondo, restaurado, o repetido.

De la exposición citada tomé unas frases de una carta suya que nos puede dar idea de su personalidad artística en la que volcaba su mejor sentimiento leonesista:

 Dicen que me convertí en el paladín del arte glorioso...he ejercido un leonesismo de trabajo inteligente o un inteligente trabajo de leonesismo... que sé yo... Son las obras las que perduran.