21 de febrero de 2011

HA MUERTO ODÓN ALONSO ORDÁS






Junto al negro luto por su defunción, debe aparecer en nuestro rostro leonés el rojo de la vergüenza.
No es este el lugar para un panegírico de nuestro reconocido Director de Orquesta, merecido a más no poder, este espacio va dedicado hoy a destacar que, junto a su decisión final, ser enterrado en Soria, subyace algo tan serio como pueda ser el dolorido legado de un “olvidarme leoneses”. Aunque esto sea un apunte exento de malevolencia.
De ser así  nos ha dirigido, sin batuta, con toda la fuerza de un sentimiento, la negación de un paisanaje agradecido que no supimos otorgarle en vida.
Puede que no hayamos sabido ver la cruda realidad de un leonés que trató de ejercer como tal, y fue ninguneado políticamente, y puede que, también, y esto es más grave, culturalmente en León, su tierra.
Alma Mater del Otoño Musical, en Soria, ciudad que le había nombrado Hijo Adoptivo, ha sido el lugar elegido por el laureado director para que reposen sus restos. Ésta, leoneses, es la espina que nunca  podremos ya desenclavar.
Termino con un párrafo que le dediqué en mi libro: Legio, Érase una vez…, con relación  al Himno a León, obra de su padre, en la que él también dejó su impronta. (2010)

“Sería injusto no dejar reseñado que Odón Alonso Ordás, con la Orquesta y Coros de RTVE, que dirigía, dotó al Himno a León de una enjundiosa y profesional interpretación.
De él se hace necesario apuntar que, a pesar de ser un prestigioso músico, ha estado, y está, siendo suave en el térmi­no, desatendido por las instituciones leonesas. Otras poblaciones ajenas, como Soria, le han encomendado una distinción como la dirección del Otoño Musical, encuentro anual ya prestigiado.”

¡Tampoco ha logrado brillar como profeta en su propia tie­rra!

15 de febrero de 2011



 Limpia, fija y da esplendor

      Inés Fernández Ordóñez, la ya Excma. Señora, es la filóloga que ha tomado posesión en la RAE del sillón de la letra P que dejó vacío el poeta asturiano Ángel González,  fallecido en el 2008.
            A él alude,  en los comienzos de su discurso, tomando de sus versos aquello de “uno tiene conciencia/ de la inutilidad de todas las palabras”. “O es siempre todavía”. Citándole  al final: “creer con fuerza tal lo que no vimos/ nos invita a negar lo que miramos”.
            Y, ya en materia: “Al castellanismo ideológico de Menéndez Pidal y su énfasis en ciertos hechos lingüísticos exclusivos de esa variedad cabe oponer un viejo punto de vista, también presente en sus pensamientos pero nunca desarrollado con plenitud. Se trata de aquel que, sin dejar de reconocer la impronta castellana en la formación de nuestra lengua, destaca también como igual o más notoria la coincidencia originaria y ulterior del castellano como las variedades lingüísticas habladas al occidente y al oriente, el asturleonés, el navarroaragonés, al menos.”
“La denominación que se generalizó para nuestra lengua desde el siglo XIII, cuando Alfonso X proclamó escribir en lenguaje de Castilla o romance castellano, no nos debe llevar a engaño. Desde un punto de vista político, bien podemos llamar castellano a todas las variedades incluidas bajo esa jurisdicción. Desde el punto de vista lingüístico, ciertamente no, pues variedades muy similares a algunas utilizadas en Castilla se hablaban entonces en territorios jurisdiccionalmente leoneses, navarros o aragoneses”
Igual que hablamos de procesos de castellanización en León, Aragón o Navarra… es necesario valorar los procesos de aragonización, leonesización,  o navarrización  de Castilla…
           Hay quien prefiere utilizar retrospectivamente la denominación de español antiguo; para referirse a la lengua que se habló en la Edad Media desde León hasta Aragón, con denotación que engloba las variedades astur-leonesa, castellana, navarra y aragonesa.