Sí, porque el des…sed, de
ida y vuelta, se perdió por el camino.
¡Qué solo está el pueblo leonés! ¡Qué olvidado! La visita del
presidente Rajoy nos dejó marcada la evidencia, ésa que nos resistimos a admitir.
Podemos catalogar el martes
23 de enero 2018 como de negro abandono
a nuestra suerte, marcando un poco más el camino del olvido. Las miguitas de pan de historia y
tradiciones, que generosas asociaciones culturales van dejando por una senda demasiado
oscura hacia una anhelada área de recuperación, los insaciables epulones
políticos que nos gobiernan, las desprecian. Lejos, muy lejos están, de las “hierbas del sabio” que Calderón nos
dejó en jugosa rima.
En la distancia, porque físicamente así lo estoy, desde la mañana del propio día, allí en el
ámbito nacional de televisiones y radios, puse mi atención en ver y escuchar que
se decía de la visita del presidente Rajoy, ese señor que tanto quiere a León,
dice.
Fue tan corta la información que pasó desapercibida en lo tocante al
desagravio. Tan sólo le sirvió a él para enlazar con un mensaje lanzado a
Puigdemón (su obsesión, tapadera y sobrenoticia a la vez) señalando a los
Decreta, (cosa fácil de hacer, aunque se yerre) para hablarle de “sometimiento
a la ley que ya recogía el derecho democrático de los leoneses de hace más de
mil años”. (Respecto a esto, algo diré…)
No se ha disculpado, simplemente se ha situado en el centro del
Claustro de San Isidoro, para en magnifica soledad central, como podemos ver, marcar distancia.
A su derecha demasiado respetuosamente apartados, como fieles
escuderos, los señores Herrera y Silván. Y a la izquierda, quienes, sospecho, venían a representar al pueblo, aunque desconozco el tipo de invitación
cursado. Aprecio que están demasiado circunspecto, en tanto él trataba de justificar de forma presencial y cuatro
palabras alusivas a su gran despiste, cuando no indolente decir en Inglaterra, el
pernicioso tijeretazo a la historia que allí nos propinó, y aquí ¡no se ha lavado!
Entre pueblo y el presidente demasiada distancia, así queda
marcada en la foto. El divorcio de ideas
se comprobará pronto.
Pero los leoneses activos, el pueblo, trataron de cantarle otro
mensaje, el del daño y el olvido a la región leonesa, y lo tuvieron que hacer ¡fuera
del Claustro! La disculpa originaria, si hubiera sido tal, en intención y
efectividad, tenía que haberse formulado con el pueblo delante, participando.
Nada ha aprendido del mensaje Alfonsino de 1188, convocando al pueblo,
situándolo a su lado. Claro, éste es
molesto, cuando además te canta las verdades.
Me niego a admitir como disculpa y menos aún como desagravio las
cuatro palabritas que nos ha venido a soltar. Queda claro que de desagravio
nada; frio y lejano su proceder muy distante del aura del sentimiento de un
hito histórico que debió reconocer, con promesa firme de dar a conocer y con él
al Pueblo Leonés. De su pasada por aquí nada podemos esperar del gobierno actual de la nación. De la
autonomía, menos que nada. Y en la conformación ciudadana...mucho hemos de
progresar.
Si hablo ahora, de Antonio García Ferreras, paisano nuestro y de
sobra conocido, y del programa “Al Rojo
Vivo” de la Sexta, lo hago por que enlaza
con un reciente pasado autonómico.
En la mañana del
martes, en su programa, donde, más allá de las doce treinta, sí colocaron
alguna imagen de Rajoy en el Claustro Isidoriano; de palabra hizo Ferreras una alusión a la Cortes de León, en
tanto se dirigía a la también leonesa Angélica
Rubio, periodista, para que interviniera; está empezó a apuntar algo “sobre
Cortes democráticas”; la respuesta del director: “bueno, democráticas, democráticas, …sin urnas, no sé
yo…” me causó cierto desequilibrio emocional. Aunque en puridad comprendiera el fondo de su expresión, y en
parte pudiera compartirlo, creía ver una asepsia innecesaria, pues podía llevar a los extraños, o lejanos al
tema, a cierta confusión.
Veamos, el concepto de
democráticas nunca lo he querido
emplear, habría que usar un calzador demasiado sutil para su encaje. Prefiero y
he recalcado siempre su condición de
parlamentarias; rudimentarias si se quiere, como todo lo primero o
primitivo, pero rompedor y con futuro lo
propuesto en aquel momento por nuestro Rey Alfonso VIII, esto es perfectamente asimilable.
De ahí que considere como un nuevo error lo apuntado por Rajoy en el Claustro
de nuestra pasada historia de iniciación parlamentaria para el Mundo, por aquello de su decir: “del derecho
democrático de los leoneses de hace más de mil años”. En un desequilibrado
enjuague de depuración de su falta inglesa.
Ahora sí estamos en democracia, perfeccionable por supuesto, pero
tenemos capacidad de elegir a quienes nos van a gobernar, y más. Alfonso VIII de León, dio voz al pueblo, lo sentó en
sus Curias Regias, para que opinara y le “aconsejaran”,
ahí queda el dato. ¡Y no es menor! Y forma ya parte de la memoria del Mundo,
gracias a la UNESCO.
Respecto a Ferreras, como recuerdo anecdótico, pero tocante al
tema autonómico que nos afecta, propongo al lector un pasaje, para que cada
cual, lo interprete libremente.
Corrían tiempos de su
entronque de director en la Cadena Ser, en Valladolid, ya centro del poder
autonómico; entonces yo, coordinador de Pro Identidad Leonesa, cuando estábamos
peleando con el ente por el empleo cuidadoso de la terminología que nos afectaba
negativamente: región por comunidad, castellanoleonés, el olvido de la Y entre
León y Castilla etc…. le dirigí una carta pidiéndole que pusiera especial
empeño en que no se nos lesionara de palabra. No pude constatar si tomó
intención de llevarlo a cabo, lo que sí puedo decir es que no nos dio respuesta
escrita a la petición.
Hasta aquí mi punto de vista sobre el acontecimiento Rajoy. Una
crónica desde la distancia, por lo visto y leído, y lo interpretado a través
del magnífico reportaje fotográfico de Chema Vicente, que, aun por esperada en
sus propios términos, no nos deja otra cosa que el lamento inicial. Eso sí merecedor de una moraleja o estado de
situación popular. Mi percepción:
No tenemos capital político entre nosotros y con nosotros, el pueblo,
que nos defienda, ponga en valor lo leonés, y haga que se nos escuche. Los
cuatro principales partidos políticos, hoy casi al 25% cada uno en expectativa
de voto nacional, no se identifican con la Región Leonesa. Se necesita urgente
que el asociacionismo social y cultural UNIDO, se empodere, tal y como ha de
hacer el leonesismo activo, para que este fortalecimiento seamos capaces de
transmitirlo a la única voz política leonesista, hoy por hoy en ejercicio
institucional, me refiero a UPL, como opción más rápida.
No descarto otra
formación nueva o revitalizada capaz de ilusionar, convencer y luego vencer.
Para esto último ahí debemos estar nosotros, el pueblo, en ambos supuestos
nuestro voto democrático manda. O tan sólo nos quedará el lamento.