5 de abril de 2018

Leonesismo.


Personalmente siempre he entendido el leonesismo como un sentimiento.

Y como dicho así puede quedar demasiado etéreo, prontamente debo añadir que siendo un estado de conciencia, obviamente intangible, se viene a manifestar mediante la actuación o el comportamiento individual,  o colectivo, en cuyo caso hablaríamos del leonesismo compartido o social, que nos empuja a sentirnos orgullosamente herederos de un legado histórico-cultural que nos identifica

Tómese esto, nada más que a modo de una sencilla forma definitoria de una afección tan especial de los leoneses, que ha permanecido vigilante, cual sempiterna llama de amor a nuestra tierra, a la cultura que en ella se ha generado y que nos ha ido conformando como pueblo. Que esto no sea respetado por el ente que nos engloba irrespetuosamente, provoca el rechazo  mayoritario de los leoneses, que se ha de saber movilizar y activar.

Cada persona es, en su unicidad, la base y fundamento del entramado social, la llamada sociedad, y ésta, un sistema que condiciona y encauza, operante sobre las individualidades.  Si en nuestro caso, individualmente, en mayor o menor número y medida,  aportamos el sentimiento antedicho, lógicamente podremos hablar de un leonesismo social, que no siendo la suma de lo sentido por cada miembro, si es la expresión común de lo compartido: el sentimiento leonesista.

Del que hoy se ha dado en llamar leonesismo social, de origen anímico como el de siempre, con motivo del proceso autonómico en el que nos hemos visto inmersos, surgieron formaciones dispuestas a moverse en el entramado político, y a fin de estar presentes en los foros donde se dirimen los asuntos públicos que afectan a la región leonesa incardinada a fortioti en el ente autonómico llamado Castilla y León: Ayuntamientos, Diputación, y la propia Comunidad etc. por necesidad operativa, lo hacen organizadas cual partidos políticos.

Lo mismo que es falso lo de: “todo er mundo es güeno”; también lo  es,  que todos  los  nacidos  aquí,  seamos  buenos,  buenos  leoneses  se entiende. Para puntualizar esto, me permito señalar con total modestia, la sutil diferencia que encuentro entre ser de León y ser leonésEn ambos supuestos el origen de la persona, el nacimiento, ha sido en esta región, pero a partir de ahí, alcanzarán  matices diferenciadoresque  trataré de explicar, cual "disquisición metafísica", como sigue:

Ser de León. Nacer y vivir aquí es la escueta y sencilla realidad  que nos otorga tal condición. Si todo queda reducido a eso, lo leonés no ha calado en nosotros, conviviremos en esta tierra, llevaremos su nombre, pero no nos impregnaremos de su esencia, no alcanzaremos por tanto, la plena integración.

Ser leonés. Es algo más, implica un conocimiento de los valores autóctonos, verdaderos  marcadores  de  nuestra  idiosincrasia,  que  nos empuja a identicarnos  con  nuestro  pasado,  -historia,  costumbres  y tradiciones -  lo que supone una actitud de compromiso con todo lo nuestro, lo leonés, que como cosa propia defenderemos.

Dando un paso adelante, podemos decir que, ese ser leonés, nos puede poner en el camino de un más alto valor si cabe, cual es, el estado de conciencia llamado LEONESISMO.

Expuesto  esto, es necesario añadir que nuestra  Territorialidad  y  Personalidad leonesas,  entendida  la primera  como un  bien  heredado,  y  la  segunda  como un  valor  innato, ambas incuestionables, han de ser defendidas por los leonesistas, en todo momento y sin ningún paliativo. En modo alguno es fácil ser leonesista.  Lo que de verdad otorga la condición de  leonesista es el hecho de ser leonés comprometido, y la obligación sentimental que con ello se adquiere hacia nuestra tierra.

Hemos de tener en cuenta el leonesismo cultural, en el mundo de las letras, del arte... tendente a resaltar nuestros valores.

El activismo leonesista es una faceta vital, personal o colectiva, implicada en la reivindicación permanente de lo leonés.  

No hay comentarios :

Publicar un comentario