25 de febrero de 2017

Un soplo de historia leonesa


Doy por sentada la lectura de la anterior página, y captada la idea principal que trataba de transmitir, que no era otra que reconocer y dar a comprender el gran esfuerzo literario, periodístico, informativo, de opinión, llevado a cabo por gran número de autores y profesionales en aquellos momentos de evolución y definición autonómica, cuando los leoneses nos la jugábamos como Pueblo. 
     
Hay un caudal espectacular, valiosísimo, escrito y razonado, que nos puede llevar a afianzar, ya con perspectiva, la verdad de cómo nos movimos los leoneses y cómo otros más avispados con la anuencia de muchos de “nuestros actuantes políticos”  jugaron bazas ganadoras. Su relectura para unos, y “primicia” para otros puede ser impagable; de modo especial para los que no los conocieron en toda su  explosión, dolor y conformismo por impotencia… ya historia.  Pudiendo encontrar en su estudio el mejor de los esfuerzos y razones para nuestra recuperación identitaria como Pueblo.

Ya cité a Carlos Santos de la Mota, y su gran esfuerzo, aún en curso, recopilatorio, de clasificación, presentación y apostilla o comentario a cada trabajo escrito. Pero hoy quiero ir un poco más allá. De un escrito suyo, una Tribuna publicada en Diario de León el 16/06/2007, me he permitido “redactar” un extracto, más bien “un corta y pega”, en el que el autor muestra bien claro su parecer leonesista y político en el que estábamos inmersos por aquel entonces. Certero ayer, pero Vigente y atinado hoy…

El nacimiento de Unión del Pueblo Leonés fue democrático, participativo, ilusionante… más tarde ya empezaron a depurarse las voces más discrepantes… se había instalado en el ambiente de una figurante leonesidad otra vez expuesta al desengaño

Pronto aparecieron los personalismos, los amiguismos, los nepotismos y los autoritarismos… Disensiones elevadas, forcejeos y ambiciones desenfocadas… Unos a otros se asestaron sus golpes respectivos, los unos para afianzarse y los otros para no dejar de estar afianzados… la base en sí misma fue desmoronándose.

El desvanecimiento político y social de UPL no puede ni debe ser achacable a zancadillas externas, que las hay, sino a errores propios de una considerable dimensión.

 Las distintas asociaciones culturales (más de veinte), algunas de ellas con una actividad encomiable y no siempre reconocida, están más o menos divorciadas con los postulados y las acciones de los representantes del partido.

 La dispersión de la leonesidad es un logro que ni siquiera es imputable a los partidos grandes. Y el ambiente de disconformidad aflora con facilidad en muchas bocas inequívocamente leonesistas... Es pues la hora de un cambio de timón.

Nos consta que dentro de las asociaciones hay gente válida, y nos consta también que dentro del partido hay acomodados que más parecen defender el sueldo y la figuración que el servicio al pueblo… los unos entonen su mea culpa y márchense, en silencio, y copen los otros la dignidad de nunca abandonar el servicio general por el de servirse a sí mismo.
Cuando se quiere hacer de un trabajo efímero y de servicio una profesión larga, remunerada, cómoda; cuando, en fin, se distorsionan tanto las metas sólo puede llegar la apatía y el desánimo social que rubricará indefectiblemente el final del viaje.

-Hay un sustrato de leonesismo y leonesidad nada desdeñable aunque sí desperdigado y desorientado.
-Hay, por otro lado, un andamiaje político que tiene que saber hacer capaz la vertebración de esa leonesidad desorientada.
-Y hay, cómo no y nadie lo discute, un incuestionable pasado que avala el reconocimiento territorial de la región leonesa.

Con estos tres puntales pónganse a trabajar con fe al servicio de la idea, pero no como asalariados, o no pensando en esa circunstancia…No se hagan esclavos de la remuneración pecuniaria. Dejen libres los caminos a las corrientes nuevas.

Dicho todo esto, pensamos que se hace necesaria una renovación urgente y drástica. Nadie es imprescindible… La renovación, para ir bien, debería ser impulsada desde dentro…. Lo demás es estirar la agonía…
Su lectura completa en: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/aire-hizo-denso_327320.html


La frase final: “estirar la agonía”, me da pie para citar mi libro, “La Lenta Agonía de la Identidad Leonesa”,  que llegó a parecer fuerte y desalentadora en su momento. Si ser tal la intención, sino para que actuara como revulsivo  desde la reflexión y estudio de hacia dónde nos iban encaminando, o dicho para no inculpar a nadie: rodábamos.  Fue mi modesta “opera prima”, la recopilación de parte de mis escritos que, entre toques de historia y relatos alusivos, intercalaba con la mejor de las intenciones. Artículos que siempre pretendí no desmerecieran en aquel mar de trabajos de enorme valor en el periodo citado. 

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