3 de junio de 2014

Cuando “algún día” se va asemejando a nunca

En los prolegómenos del Paseo-Manifestación del 4 de mayo pasado,  cuando fui interpelado por dos  amigos leonesistas  respecto a una supuesta deficiente información sobre la Gran Manifestación del 84, supe que había tocado un tema delicado, que con la mejor de la intenciones recogí en mi blog sin más ánimo que mostrar la figura del gran leonesista, Oscar García Prieto, inactivo ahora en contra de su dinamismo defensivo de lo leonés por razones de edad; y de paso  para destacar, sobre todo, qué fuerzas convergieron para el éxito.

 A ambos pido disculpas; a uno por no citar su importante intervención y a otro porque entiende que soslayaba la actuación de su partido, el Prepal. Si bien debo decir que, siendo mi idea destacar el acontecimiento, a la consideración de todos ofrezco el segundo párrafo de aquél, objeto de la controversia:


“A buen seguro que no están aquí citados todos los personajes intervinientes en el proceso, ruego que no se vea motivo de exclusión alguna, no hay intencionalidad en ello. Si me centro en Oscar García Prieto es porque conozco de primera mano su actuación, siendo además muy representativa.

Cumplido, a mi entender,  este paso necesario, continuaré haciendo algunas consideraciones del momento leonesista, de la situación de lo leonés, y del comportamiento general de los leoneses a propósito de las elecciones europeas.
El Pueblo Leonés está en claro declive, subsumido por intereses castellanos, casi borrado el mapa Regional Leonés, anulado el territorio e ignorada la identidad leonesa por el ente autonómico. No hace falta explicarlo, si uno lee los libros de texto escolares, que no citan como diferenciado lo leonés y resaltan una supuesta identidad catellanoleonesa, tan ambigua como falsa, rápidamente se da cuenta del doloso intento de instaurar un interés político homogeneizador, sabiendo que es cuestión de tiempo tal logro.

 En tal contexto llegan las elecciones europeas a las que decide presentarse una vez más el PREPAL. Partido o Formación leonesista que se mueve en el ámbito de la región o territorio citado que en la autonomía no está siendo considerado como tal. Su resultado en León, pobre, aunque meritorio, 1.076 votos en la provincia, no debe resultar nada fácil luchar contra los elementos.  Si bien su regionalismo parece no calar entre los leoneses.

Es evidente que los leoneses, triprovincialmente considerados, con un denso silencio casi generalizado y dando el voto mayoritario una y otra vez a los políticos autonomistas del ente y a sus corifeos, están contribuyendo a la amortización de lo leonés.

Es más, el no reconocerse con manifiesta sinceridad entre sí como leoneses, a pesar de los largos esfuerzos en el tiempo del Prepal, por ejemplo en Zamora y Salamanca, y también en León, el feudo de UPL,  que a su vez  ha tenido buenos logros en sus momentos de mayor ebullición,   viene a significarnos que seguimos pecando de indefinición como Pueblo,  y falta de unión entre los que presumen de leonesistas en política. Una mezcla letal que no sabemos cómo parar.  ¡Quizá en los tribunales de justicia, de momento,  podríamos frenar al ente! ¿Pero quién pone el cascabel al gato?


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