19 de junio de 2014

Una plaquita dorada, en un parlamento autonómico impuesto

Vaya en primer lugar mi rechazo a que Emilio Gutiérrez, como alcalde,  en mi nombre como leonés (en nombre de los leoneses, se ha dicho) descubriera  en las Cortes Autonómicas, una placa  recordando un pasaje histórico de gran importancia para los leoneses del Reino de León de entonces. Y que a los actuales, herederos directos y únicos, los ciudadanos de la Región Leonesa,  se  nos quiera sujetar lo nuestro en una pared de unas Cortes que los leoneses de León, al menos,  nos obligaron por decreto (léanse razones de Martín Villa) a admitir. 


Es tan pobre el homenaje, una placa, que siento vergüenza ajena cómo el alcalde se aviene a reconocer el acto como de gran magnificencia. Un hecho que hoy califican de excepcional, y en 1988, octavo centenario, se encargaron de buscar “historicistas” a medida, para que el hecho de que los leoneses de la época ensayaran el parlamentarismo convocados por Alfonso IX, Rey de León, fuera minimizado hasta el extremo,  y además castellanizada la rememoración.

Entre los citados historicistas no faltó quien a los representantes del pueblo asistentes a la Gran Curia, Cortes,  de Alfonso IX, les llegara a situar como vocingleros paisanos a quienes se dio casual entrada a la Curia. Más o menos. O para que aportaran dinero.


Si el alcalde se encontraba feliz con tan mínima “concesión”, una placa autonómica, o no siente lo leonés, es demasiado mandado,  o desconoce el valor histórico de lo que fuimos los leoneses y nos lo silencian. Interesadamente “lo olvidan” en el ente autonómico, sin que él y otros también en cargos políticos, se muevan convenientemente como leoneses celosos de nuestro pasado, para preservarnos  sin amancebamientos castellanos. 

Qué hubiera dicho un leonés sensato y comprometido con nuestras cosas, en ésta y en situaciones similares, algo así como: Lo que se nos deben a los leoneses es tener en nuestro territorio regional leonés las Cortes Autonómicas. Siempre, claro está, que, tras una consulta popular, hubiéramos refrendado la pertenencia a una Comunidad compartida ( y esto no es una redundancia pues en ésta nada se comparte, todo se centraliza.)
 Pero claro el centralismo vallisoletano va por otros derroteros, de manera que el paño caliente de la placa no nos sirve. 


Alejandro Valderas. A quien respeto por ser representante leonesista en unas Cortes que no son nuestras; en principio le reprocho no habernos informado a los leoneses, en tiempo y forma,  de la idea de la placa, del texto,  y de que iba a acudir al “descubrimiento”. Desconocemos los leoneses y los leonesistas de a pie, qué tipo de gestiones hizo al enterarse de la envenenada intención de la placa en una pared de unas Cortes, que, cuando menos, debieron estar aquí. Y para colmo ni tan siquiera han dado cuerpo a una promesa tan de mínimos, como hacer alguna reunión institucional del parlamento autonómico en León. El colmo de la perversión de lo leonés, enfocándolo hacia el olvido.

La han colocado en una pared de la Sala Internacional de Comisiones, la segunda en importancia han dicho,  y tratando de ir de  generosos la añaden otro nombre: Sala Cortes de León, así en comandita, y de segunda división.

Finalmente, el ente autonómico, ése que habla por nosotros y se lo permitimos, nos da lo que merecemos ¡NADA!, ¿para qué otra cosa, si además seguimos votando a los autonomistas que lo dirigen y nos han enmascarado hasta las ideas leonesistas? ¡Hay que recapacitar leoneses! 

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