La Estación de Norte, que ahí sigue, en vía muerta,
pues un fondo de saco provisional la
sustituyó, no sé si no habrá que rehabilitarla, todo un espectáculo, o mejor un
ejercicio de impotencia de los políticos que hemos elegido para que administren
nuestros bienes. Aquella estación, cuyo andén tuvo cierto tiempo su propio
billete de entrada, y como novedad fue lugar de paseo, llegó a formar un todo
con la ciudad. La estafeta de Correos que nos brindaba era otro aliciente y no
menor, cuando lo postal era un excelente modo de comunicarnos.
Hasta que, expandida la capital, los rieles del
progreso también empezaron a ser el futuro dogal que estrangulaba y dividía. En el llamado “Plan 2002”, por lo
del año de finalización, propuesto por UPL, se empezó a contemplar el
soterramiento del tren en su llegada a nuestra Estación y en tránsito hacia Galicia
y Asturias. Fallido aquél, debemos
valorar como positivo, pero deprimente por inconcluso, lo que Zapatero como presidente inició para
León.
Recordemos que el AVE, llegó años atrás a Valladolid.
El centro autonómico de poder del Ente al que estamos sujetos en comunidad, y
no se reparte “como hermanos”, toman la mejor para ellos, y los demás que nos
busquemos la vida. Si hubiera verdadera comunidad de bienes, que es por donde
debían empezar y no por buscar falsas identidades, el AVE debió llegar a León capital en el
primer proyecto, el de Valladolid. ¡O somos, o no somos comunidad!
Llevar fuera de la capital la Estación para el AVE, no
parece oportuno, suena a sacrificio de ciudadanos demasiado transigentes.
Y dejar en la Asunción el “hullero”, el de
FEVE hoy bajo el mismo control que RENFE, suena a aberración, pérdida de
derechos, un insulto para los usuarios, y corta visión política.
A la del
Hullero, tampoco llegan ya los trenes. A
ésa del trenecillo lento pero eficaz en su momento, el que arrastró carbón, un bien que se ha ido
agotando, y que en su versión para viajeros, con vagones que no se intercomunicaban
e incluso el “revisor” se movía por una
repisa exterior, fue una vía de escape de excursiones domingueras para
capitalinos que buscaban disfrute rural asequible en precio y “contacto con la
naturaleza”. Y lo más importante traía al paisanaje a la capital, como servicio
que merecía, y se les daba.
Pero eso sí, no faltaron los que en la oposición
municipal en su momento no dudaron en poner todo su empeño en que descarrilara
el proyecto de tren Tram. Recordemos que el último consistorio socialista
intentó montar un servicio de tranvía, que FEVE acogía y patrocinaba.
Puede que
la prolongación en plan tranvía Padre Isla
hacia el centro, no fuera la más
feliz de la ideas, pero lo que debe quedar marcado como una oposición
irresponsable, es negarse a negociar soluciones, y sin dilación, antes de que se bloquearan los dineros; tal
parecía que según qué cosas lo leonés no importaba que sufriera minoración, e
incluso olvido, en pro de otras miras de partido, e ignorando a los
ciudadanos.
Como conclusión, mucho tiene que ver la lotería, la de
las urnas electorales que hemos venido nutriendo con papeletas para elegir las
listas propuestas, donde la supuesta ideología era aglutinante; y nos veíamos “agraciados” con el premio de
las personas en ellas inscritas que se comprometían al férreo
control partidistas, incapaces de escuchar a los ciudadanos. Y así estamos
donde estamos en declive como leoneses y
con un cada vez mayor agravio socioeconómico, incluso en lo más cercano,
lo local.
No hay comentarios :
Publicar un comentario