29 de marzo de 2014

El tren, y los políticos que nos merecemos


La Estación de Norte, que ahí sigue, en vía muerta, pues un fondo de saco provisional  la sustituyó, no sé si no habrá que rehabilitarla, todo un espectáculo, o mejor un ejercicio de impotencia de los políticos que hemos elegido para que administren nuestros bienes. Aquella estación, cuyo andén tuvo cierto tiempo su propio billete de entrada, y como novedad fue lugar de paseo, llegó a formar un todo con la ciudad. La estafeta de Correos que nos brindaba era otro aliciente y no menor, cuando lo postal era un excelente modo de comunicarnos.


Hasta que, expandida la capital, los rieles del progreso también empezaron a ser el futuro dogal que estrangulaba  y dividía. En el llamado “Plan 2002”, por lo del año de finalización, propuesto por UPL, se empezó a contemplar el soterramiento del tren en su llegada a nuestra Estación y en tránsito hacia Galicia y Asturias. Fallido aquél,  debemos valorar como positivo, pero deprimente por inconcluso,  lo que Zapatero como presidente inició para León.


Recordemos que el AVE, llegó años atrás a Valladolid. El centro autonómico de poder del Ente al que estamos sujetos en comunidad, y no se reparte “como hermanos”, toman la mejor para ellos, y los demás que nos busquemos la vida. Si hubiera verdadera comunidad de bienes, que es por donde debían empezar y no por buscar falsas identidades,  el AVE debió llegar a León capital en el primer proyecto, el de Valladolid. ¡O somos, o no somos comunidad!

Llevar fuera de la capital la Estación para el AVE, no parece oportuno, suena a sacrificio de ciudadanos demasiado transigentes. 

Y dejar en la Asunción el “hullero”, el de FEVE hoy bajo el mismo control que RENFE, suena a aberración, pérdida de derechos, un insulto para los usuarios, y corta visión política.   


 A la del Hullero, tampoco llegan ya los trenes.  A ésa del trenecillo lento pero eficaz en su momento,  el que arrastró carbón, un bien que se ha ido agotando, y que en su versión para viajeros, con vagones que no se intercomunicaban e incluso  el “revisor” se movía por una repisa exterior, fue una vía de escape de excursiones domingueras para capitalinos que buscaban disfrute rural asequible en precio y “contacto con la naturaleza”. Y lo más importante traía al paisanaje a la capital, como servicio que merecía,  y se les daba. 

Pero eso sí, no faltaron los que en la oposición municipal en su momento no dudaron en poner todo su empeño en que descarrilara el proyecto de tren Tram. Recordemos que el último consistorio socialista intentó montar un servicio de tranvía, que FEVE acogía y patrocinaba. 


Puede que la prolongación en plan tranvía Padre Isla  hacia el centro,  no fuera la más feliz de la ideas, pero lo que debe quedar marcado como una oposición irresponsable, es negarse a negociar soluciones, y sin dilación,  antes de que se bloquearan los dineros; tal parecía que según qué cosas lo leonés no importaba que sufriera minoración, e incluso olvido, en pro de otras miras de partido, e ignorando a los ciudadanos. 

  Como conclusión, mucho tiene que ver la lotería, la de las urnas electorales que hemos venido nutriendo con papeletas para elegir las listas propuestas, donde la supuesta ideología era aglutinante;  y nos veíamos “agraciados” con el premio de las  personas en ellas  inscritas que se comprometían al férreo control partidistas, incapaces de escuchar a los ciudadanos. Y así estamos donde estamos en declive como leoneses y  con un cada vez mayor agravio socioeconómico, incluso en lo más cercano, lo local.



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