6 de junio de 2013

El MUSAC y la insufrible injerencia autonómica

Una mirada retrospectiva

En el siguiente artículo de opinión, publicado allá por el 1998, creo que ya venía a destacar el papel absorvente y centralista del ente autonómico, y el control  que iba a someter a todo lo leonés.



MUSAC,  Auditorio, “tocara y fuga”
   
Es cierto que León tenía carencias cuando el cerrojazo político lo enclaustró en una Comunidad que nunca será improcedente repetir la inventó el Sr. Martín Villa. Muchas de esas carencias aún persisten gracias al ente, que, empleando toda clase de procedimientos, intenta englobarnos, no comprendernos y mucho menos escucharnos, a los leoneses naturalmente.

Por ello  es lícito decir  hoy que León, esclavo de esa incomprensión, al tiempo que sigue sin contenido político claro en esta Comunidad,  tampoco sería exagerado apuntar que es exprimido, en tanto se nos da a cuentagotas aquello que nos es primordial, o incluso precisamente por ser vital para nuestro desarrollo, nos lo administran con cicatería.  Así las cosas, León camina  en el furgón de cola del tren del desarrollo que comanda Valladolid, no precisamente como locomotora, sino como beneficiaria indiscutible. Tan solo la iniciativa privada y el esfuerzo, cuando no sacrificio de los más débiles del pueblo leonés, contribuye a disimular un poco el panorama socioeconómico. 

Sutilmente primero y sin recato alguno en la actualidad, a Valladolid, sus políticos la han encaramado al título de primus inter pares, válido para “pucela”, no así, especialmente, para los componentes de la región leonesa que no gozan de paridad alguna.  Amén de saber llevarse la capitalidad y la ubicación de todas las instituciones  dimanantes del ente, su apetito es tan insaciable que se apropian de la práctica totalidad de los proyectos que surgen u otros proponemos.

El Centro de Arte Contemporáneo, allá por el año 1995, fue reclamado como creación  para León cuando apenas era un embrión, un apunte autonómico,  y fue hecha tal reclamación por más 300 Artistas leoneses, que andando el tiempo, el silencio autonómico y el componente político a casi todos también les iría enmudeciendo.
          Hemos hablado de Centro de Arte, pues lo pensado entonces no era  un museo propiamente dicho, sino algo activo y dinámico para actividades artísticas.  Y como siempre, siendo generosos, o para hacer valer un derecho que se nos debería otorgar de facto, ofrecimos edificios. Recuérdese, hablamos de El Seminario Mayor, Abelló,  o solares como el de la Plaza Colón en desuso, o suelo para un edificio nuevo en Eras.

Lo del MUSAC, teniendo aparentemente esa misma finalidad, es un invento autonómico a posteriori, y “nos lo proyectan” desde la Junta, cuando todo se ha ido hacia otro lado, al de siempre como veremos,  hacia Valladolid, aludimos naturalmente a la importantísima colección, más de ochocientas obras, reunida desde el año 1987 por la llamada Asociación de Arte Contemporáneo de ámbito nacional. 

Pedían en aquél  entonces nuestros Artistas que se instalara en León, pero su destino estará en El Patio Herreriano en la capital pucelana,  en un edificio remodelado que dedicará ocho salas a tal fin. La decisión final era de índole política, pero “nuestros” políticos, incapaces de unirse para reclamar éstos u otros bienes, ni pesaron en la balanza autonómica, ni levantaron la voz, una vez más, por León.

Consumado ése fiasco, nos presentan la maqueta de un edificio modular, a bombo y platillo, que llaman MUSAC, dicen que será un referente del arte contemporáneo, añadiendo: y de las nuevas tecnologías. Aparentemente pretenden que sea conocido como Centro de Artes Visuales, todo tan experimental que tiene visos de ser su contenido un “si sale...”.  Vienen con ese proyecto a silenciar nuestra primigenia demanda, aquélla que muy bien razonaron en origen nuestros Artistas, pero que mal apoyada en cuanto seguimiento de la idea, y defensa final por nuestros políticos, nos la arrebataron de las manos otros, con garra.  Triunfó, una vez más, el centralismo.

El Auditorio edificado con recalcitrante parsimonia en un solar de Eras, al parecer no por meticulosa ejecución, desde hace un año, más o menos, se habla de su inauguración. 

Éste y  el Centro antedicho, en dualidad simbiótica, se pensaron como integrantes de un mismo y fabuloso edificio, algo impensable para un León sin peso autonómico, que pronto alguien desde lejos los disoció, “enfriando” el museo en espera de atrapar la colección de Arte Contemporáneo, allende nuestro León.

Se había prometido uno de gran capacidad, “el mejor de España”, y se ha quedado en polivalente y corto en cabida, que no puede hacernos olvidar aquél  que la formación política leonesista UNLE, en su campaña electoral de 1987 nos presentó a los leoneses,  con prácticamente el doble de aforo, y a ubicar en un Solar de la Serna. Todo un complejo que no procede aquí detallar.  Razones obvias impedirían su ejecución.





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