La Sobarriba está a punto de cumplir el antiguo deseo de traer a su tierra a la Patrona de la Región Leonesa. Reina y Madre del Pueblo Leonés a la que la Hermandad de la Sobarriba siempre ha invocado.
Respecto a esto ayer recogió del Diario de León el artículo mio siguiente:
¡Venga a nosotros la Virgen del Camino!
He ahí una petición y un derecho de los leoneses de la
Sobarriba.
Curtidos en mil batallas de peregrinación, las mujeres
y hombres de la Sobarriba, venían anhelando últimamente traer a la Patrona de
la Región Leonesa a su feudo, o por si dicho así suena raro, digamos que a su
querida tierrina, para la que siempre han implorado protección a la Señora, y en momentos difíciles ayudas
puntuales para sus cosechas, no en balde la agricultura era su mejor labor y el
sustento no sólo para ellos, sino para los habitantes de la capital para los
que representaba su despensa y su
granero.
En menester tan vital, cual es atender a las propias
necesidades, incluso más allá de la cotidiana subsistencia, encontramos a un
pueblo curtido que supo crear en su momento la medieval Hermandad de la Sobarriba,
una organización civil fundamentada en el bien común. Su religiosidad les llevó a vincularse a la
Virgen del Camino con un voto de permanente compromiso, no bien nuestra Madre
del Camino en 1505 mostró el deseo de acoger bajo su protección al Pueblo
Leonés representado en la sencilla
figura de un pastor, “no muy lejos, allá en un campo raso junto a Montejos”.
Esa confraternización abarcaba, o tal vez mejor deba
decir, abrazaba a todo el paisanaje de los dos Ayuntamientos hoy conocidos como
del VOTO: Valdefresno y Villaturiel, más algún pueblo adyacente del Condado. No
era simple tradición el compromiso de acudir anualmente ante la Patrona, tenían
y cumplían unas Ordenanzas que para la Hermandad se habían dado, y justo es
decirlo sabían cumplir los habitantes de estos pueblos de “Tierra de León”.
Ordenanzas que, en buena medida, aún son tenidas en
cuenta, o de alguna manera forman parte del protocolo requerido para bajar con
“su trono” a la Madre Doliente del Camino, y, a hombros, traerla en
peregrinación a la capital, un privilegio en el que no pueden estar ausentes,
bajo ningún concepto, las gentes de la Sobarriba.
Para los leoneses siempre supuso un acontecimiento, y
cada rogativa un acto que rebosaba
religiosidad popular. Y así, durante la marcha romera, los acompañantes
dedicaban sus mejores y devotos cánticos a la Madre del Camino. Sin olvidar que
siempre, abriendo el cortejo procesional, enhiestos avanzan los pendones
leoneses y por derecho propio el Pendón de la Tierra, el de la Sobarriba.
Nunca se había traído a la Virgen del Camino a esta
parte de “Tierra leonesa” que, por devoción y voluntad, le ha sido tan fiel: La
Sobarriba; por más que hubiera estado la imagen muy cerca, en el primer templo
de la ciudad, nuestra Catedral, en muchas ocasiones. Con todo respeto podemos
decir que ha llegado el momento en el que la Virgen del Camino “cumpla” con el
deseo de los sobarribanos, y a hombros de sus fieles compromisarios, recorra una
parte del Camino de Santiago que por aquí discurre.
Los dos Ayuntamientos del Voto, herederos de todos los
compromisos de la Hermandad, como tal desaparecida, aun cuando anímicamente
esté viva y presente en las gentes de la Sobarriba, han tenido la feliz idea de
cumplir este deseo tan bien acogido popularmente. Los oportunos permisos
eclesiales fueron concedidos, aun cuando haya en esto un punto de duda que
luego veremos. Por afinidad leonesa hemos de congratularnos todos de lo que,
por supuesto, va a suponer una puesta en valor y revitalización de antiguos compromisos de confraternidad entre
las gentes de los distintos pueblos de la Sobarriba.
Sin duda esos compromisos se verán reforzados con el
vistoso sello que supondrá el fervor popular durante la programada marcha
romera entre Valdelafuente y Puente
Villarente, una parte del Camino que muchos peregrinos han ido abriendo a
través de todos los tiempos. En él, a partir de ahora, junto a las pisadas de
todo tipo y compromiso romero, también estarán las netamente leonesas sobarribanas,
pues honda impronta dejarán, en tan histórica ocasión, los que han de
portar a hombros a la Virgen del Camino, las cruces parroquiales, así como los
acompañantes, partícipes y actores también, al igual que los pendoneros.
La gran enseña
leonesa, en número superior a ochenta enhiestas y cimbreantes varas, con las
adamascadas telas luciendo más refulgentes
que nunca los colores leoneses, serán las que abriendo la comitiva
anuncien la presencia de la Reina y Madre del Pueblo Leonés. La Asociación
Pendones Reino de León pondrá en ello su mejor empeño.
Están prestas las nobles
gentes de la Sobarriba a dejar escrita una página gloriosa para su historia y
la de León, cuando en esta ocasión la Virgen del Camino sea traída hacia a sus
propios lares. Será la primera y suponemos que, roto “el precinto de los
regalos”, la podrán seguir otras, si algo urgente lo pudiera demandar.
Un amante de las tradiciones como yo creo ser, no puede
dejar pasar la ocasión sin mostrar dos datos de equilibrada relevancia entre sí
que empalidecen el feliz acontecimiento. Son éstos: La imagen de la Virgen de
Camino del siglo XVI, que preside el retablo en su basílica, y siempre ha
recibido las ofrendas de los Ayuntamientos del Voto, si no cambian su decisión
en el obispado de León, NO será la que bajen a la Sobarriba, sino una copia, al
parecer conocida como La Peregrina, (1) que
los PP. Dominicos custodian también en sus instalaciones.
El otro apunte es que no será traída a hombros desde el
santuario hasta la capital, en este caso a la Sobarriba, lo cual hay que
entenderlo como una novedad que rompe el secular y protocolario estilo; la
acercarán a la “Tierra de León” colocada en un furgón, y hasta puede que al no ser la imagen
principal, ni se firmen las no menos protocolarias actas de entrega.
Cuando
en la tarde del domingo 9 de Junio regrese la Patrona de la Región Leonesa
desde Puente Villarente a su Santuario,
portará colgada la medalla de oro que los Ayuntamientos del Voto emotivamente
la habrán impuesto. Justo entonces se podrá dar por cumplido el objetivo propuesto. E intentando
quedarnos con el lado más positivo del acontecimiento global, el 9 de Junio de
2013 será la efeméride a recordar como la primera visita de la Virgen del Camino, Reina y Madre del Pueblo
Leonés, a la Sobarriba; y entre los vecinos de los pueblos que componen los dos
Ayuntamientos de Voto se habrá reavivado la limpia confraternidad siempre
deseada.
(1) Copia de la imagen pero sin el baldaquino de plata
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