7 de junio de 2013

La Virgen del Camino y la Sobarriba

La Sobarriba está a punto de cumplir el antiguo deseo de traer a  su tierra a la Patrona de la Región Leonesa. Reina y Madre del Pueblo Leonés a la que la  Hermandad de la Sobarriba siempre ha invocado.

Respecto a esto ayer recogió del Diario de León el artículo mio siguiente:


¡Venga a nosotros la Virgen del Camino!

He ahí una petición y un derecho de los leoneses de la Sobarriba.


Curtidos en mil batallas de peregrinación, las mujeres y hombres de la Sobarriba, venían anhelando últimamente traer a la Patrona de la Región Leonesa a su feudo, o por si dicho así suena raro, digamos que a su querida tierrina, para la que siempre han implorado protección  a la Señora, y en momentos difíciles ayudas puntuales para sus cosechas, no en balde la agricultura era su mejor labor y el sustento no sólo para ellos, sino para los habitantes de la capital para los que representaba  su despensa y su granero.

En menester tan vital, cual es atender a las propias necesidades, incluso más allá de la cotidiana subsistencia, encontramos a un pueblo curtido que supo crear en su momento la medieval Hermandad de la Sobarriba, una organización civil fundamentada en el bien común.   Su religiosidad les llevó a vincularse a la Virgen del Camino con un voto de permanente compromiso, no bien nuestra Madre del Camino en 1505 mostró el deseo de acoger bajo su protección al Pueblo Leonés representado en la  sencilla figura de un pastor, “no muy lejos, allá en un campo raso junto a Montejos”.

Esa confraternización abarcaba, o tal vez mejor deba decir, abrazaba a todo el paisanaje de los dos Ayuntamientos hoy conocidos como del VOTO: Valdefresno y Villaturiel, más algún pueblo adyacente del Condado. No era simple tradición el compromiso de acudir anualmente ante la Patrona, tenían y cumplían unas Ordenanzas que para la Hermandad se habían dado, y justo es decirlo sabían cumplir los habitantes de estos pueblos de  “Tierra de León”.

Ordenanzas que, en buena medida, aún son tenidas en cuenta, o de alguna manera forman parte del protocolo requerido para bajar con “su trono” a la Madre Doliente del Camino, y, a hombros, traerla en peregrinación a la capital, un privilegio en el que no pueden estar ausentes, bajo ningún concepto, las gentes de la Sobarriba. 

Para los leoneses siempre supuso un acontecimiento, y cada  rogativa un acto que rebosaba religiosidad popular. Y así, durante la marcha romera, los acompañantes dedicaban sus mejores y devotos cánticos a la Madre del Camino. Sin olvidar que siempre, abriendo el cortejo procesional, enhiestos avanzan los pendones leoneses y por derecho propio el Pendón de la Tierra, el de la Sobarriba.

Nunca se había traído a la Virgen del Camino a esta parte de “Tierra leonesa” que, por devoción y voluntad, le ha sido tan fiel: La Sobarriba; por más que hubiera estado la imagen muy cerca, en el primer templo de la ciudad, nuestra Catedral, en muchas ocasiones. Con todo respeto podemos decir que ha llegado el momento en el que la Virgen del Camino “cumpla” con el deseo de los sobarribanos, y a hombros de sus fieles compromisarios, recorra una parte del Camino de Santiago que por aquí discurre. 

Los dos Ayuntamientos del Voto, herederos de todos los compromisos de la Hermandad, como tal desaparecida, aun cuando anímicamente esté viva y presente en las gentes de la Sobarriba, han tenido la feliz idea de cumplir este deseo tan bien acogido popularmente. Los oportunos permisos eclesiales fueron concedidos, aun cuando haya en esto un punto de duda que luego veremos. Por afinidad leonesa hemos de congratularnos todos de lo que, por supuesto, va a suponer una puesta en valor y revitalización de  antiguos compromisos de confraternidad entre las gentes de los distintos pueblos de la Sobarriba.

Sin duda esos compromisos se verán reforzados con el vistoso sello que supondrá el fervor popular durante la programada marcha romera entre Valdelafuente y  Puente Villarente, una parte del Camino que muchos peregrinos han ido abriendo a través de todos los tiempos. En él, a partir de ahora, junto a las pisadas de todo tipo y compromiso romero, también estarán las netamente leonesas  sobarribanas,  pues honda impronta dejarán, en tan histórica ocasión, los que han de portar a hombros a la Virgen del Camino, las cruces parroquiales, así como los acompañantes, partícipes y actores también, al igual que los pendoneros.

La gran enseña leonesa, en número superior a ochenta enhiestas y cimbreantes varas, con las adamascadas telas luciendo más refulgentes  que nunca los colores leoneses, serán las que abriendo la comitiva anuncien la presencia de la Reina y Madre del Pueblo Leonés. La Asociación Pendones Reino de León pondrá en ello su mejor empeño.


Están prestas las nobles gentes de la Sobarriba a dejar escrita una página gloriosa para su historia y la de León, cuando en esta ocasión la Virgen del Camino sea traída hacia a sus propios lares. Será la primera y suponemos que, roto “el precinto de los regalos”, la podrán seguir otras, si algo urgente lo pudiera demandar.

Un amante de las tradiciones como yo creo ser, no puede dejar pasar la ocasión sin mostrar dos datos de equilibrada relevancia entre sí que empalidecen el feliz acontecimiento. Son éstos: La imagen de la Virgen de Camino del siglo XVI, que preside el retablo en su basílica, y siempre ha recibido las ofrendas de los Ayuntamientos del Voto, si no cambian su decisión en el obispado de León, NO será la que bajen a la Sobarriba, sino una copia, al parecer conocida como La Peregrina, (1) que los PP. Dominicos custodian también en sus instalaciones.

El otro apunte es que no será traída a hombros desde el santuario hasta la capital, en este caso a la Sobarriba, lo cual hay que entenderlo como una novedad que rompe el secular y protocolario estilo; la acercarán a la “Tierra de León” colocada en un furgón, y  hasta puede que al no ser la imagen principal, ni se firmen las no menos protocolarias actas de entrega.

Cuando en la tarde del domingo 9 de Junio regrese la Patrona de la Región Leonesa desde  Puente Villarente a su Santuario, portará colgada la medalla de oro que los Ayuntamientos del Voto emotivamente la habrán impuesto. Justo entonces se podrá dar por  cumplido el objetivo propuesto. E intentando quedarnos con el lado más positivo del acontecimiento global, el 9 de Junio de 2013 será la efeméride a recordar como la primera visita de la  Virgen del Camino, Reina y Madre del Pueblo Leonés, a la Sobarriba; y entre los vecinos de los pueblos que componen los dos Ayuntamientos de Voto se habrá reavivado la limpia confraternidad siempre deseada.   

(1) Copia de la imagen pero sin el baldaquino de plata

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