16 de febrero de 2014

Aquella manifestación de Mayo 1984

    Mi intención pasa por refrescar la memoria sobre la gran manifestación del 4 de mayo de 1984, con  apuntes de cómo se gestó, a mis ojos de sencillo observador, y tratando de poner en ello la mayor pulcritud.  

A buen seguro que no están aquí citados todos los personajes intervinientes en el proceso, ruego que no se vea motivo de exclusión alguna, no hay intencionalidad en ello. Si me centro en Óscar García Prieto es porque conozco de primera mano su actuación, siendo además muy representativa.

Casi todo lo que sigue forma parte de unas páginas en gestación, por ello van en tempo de relato. 

    Para cuando Óscar García Prieto, maestro intelectual de leonesistas, incansable y activista, irreductible en sus planteamientos definitorios para nuestra tierra, y desde el día 3 de diciembre de 1983 Secretario Provincial in péctore del PREPAL en León, Morano, que había tomado la bandera leonesa en la mano durante la manifestación del 29 de enero del mismo año, ya la maneja como cosa propia, y  con ella adornado trata de controlar al leonesismo, pues se sentía líder de los movimientos leonesistas social y político.  

   Recordemos que el día 22 de febrero de 1983 había tenido lugar la aprobación del Estatuto de Autonomía castellanoleonesa en el Parlamento de la nación, una vez que fueron desatendidas la enmiendas presentadas por José María Suárez en el Congreso, y por José Calderón Llamas en el Senado.

       Con premura, actuando como mala consejera, pero necesaria para recuperar tiempos perdidos, situaciones cedidas y anuencias imperdonables, se empieza a planear una nueva manifestación reivindicativa. No hay que dejar al pueblo relajarse, que no se adormezcan las voluntades, hay que buscar su participación en algo que sea trascendente a todos los niveles, incluso en el nacional.

       Ahora está Morano en el empeño, y se nueve bien, crea un buen ambiente en la Coalición municipal que lidera; le escuchan, le siguen y todo parece más fácil, más trascendente, y así parece llegar a los ciudadanos como mensaje subliminal en todas y cada una de las posturas que adopta el alcalde. Aunque, en verdad, tampoco se corta un pelo al hablar, en directo,  en contra del ente autonómico, lo que motiva y mucho a los ciudadanos leoneses.

Estamos en abril de 1984, Óscar García Prieto, metido de lleno en su cargo de Secretario provincial del PREPAL en León,  da los primeros pasos para organizar una manifestación, habla con unos y con otros, sugiere y propone, pero también asume otros criterios.

Recordemos que el PREPAL fue fundado por Francisco Iglesias Carreño, en Zamora, año 1980. Su mayor implantación sería en León, capital y provincia. En la puesta en marcha del Partido aquí, en León, estaban: Francisco Iglesias Carreño, Adriano de Paz, Jaime Andrés, Juan Garzo… y Lobato Astorga en una primera etapa de  Secretario provincial. No se obtienen buenos resultados electorales,y hay desavenencias hasta el punto de llegar a crearse dos sectores.  

Fechado el 3 de abril de 1984, Óscar García Prieto,  hace circular un escrito dirigido a los Partidos políticos, Asociaciones, Instituciones, Sindicatos, Entidades…invitándolos a constituir una PLATAFORMA, o Comisión organizadora de una imprescindible manifestación del pueblo leonés, en defensa de sus derechos autonómicos antes de que alcancen mayor grado de amarre castellano.

“Por la separación de Castilla y la defensa de los intereses e identidad leonesa”, ése era su encabezamiento. Y continuaba:

“El PREPAL, ante los múltiples y graves problemas, derivados de la incorporación, por la fuerza, de nuestra provincia a la Comunidad Castellano-Leonesa, estima que es oportuna y conveniente, una vez más, una pública expresión colectiva que manifieste el verdadero sentir del pueblo leonés sin distinción de ideologías…” Enumeraba razones y daños, que nos inflingía el ente autonómico, más que suficientes para montar una rotunda manifestación…  Y firmaba como representante de una supuesta gestora inicial.

Funcionó y bien la demanda, y desde su condición de ilustrado activista del leonesismo social y político hubo de actuar como catalizador en los encuentros previos. Y con su autoridad leonesista a flor de piel, personalmente y como representante del partido regionalista formará parte de La Plataforma Leonesista que se creo como convocante y organizadora de la urgente manifestación. Por supuesto, estaba encabezada por el Ayuntamiento de León, y Morano, un alcalde nada convencional, de apariencia leonesista, movía los hilos y dominaba el cotarro.



Uno de los encuentros preparatorios tuvo lugar en un sitio tan pintoresco como la Cafetería-Restaurante Cerro Alto, cuando no alardeaba, como ahora, de cocina castellana, situado en la cima del Portillo, muy próximo al lugar donde estaba emplazado un Crucero de piedra, en la Sobarriba, cual hito del Camino de Santiago, allí Morano, Barthe, Óscar… debatirían tema tan importante, bien atendidos en lo culinario. 

 A los socialistas leoneses en el Ayuntamiento,  los jerarcas autonómicos de su mismo partido, les controlaban los movimientos. ¡Hay que hacer ruido!, era la consigna, mediante comunicados y declaraciones tendentes a contrarrestar  los augurios de una buena manifestación popular.

De ahí el hincapié que hicieron en una Comisión Municipal Permanente, acerca de Bandos que el Ayuntamiento estaba sacando para  invitar a los leoneses a participar. Los  calificaban de partidistas, y de estar pagados con dinero de todos.  E incluso, llegaban a cuestionar que apareciera el nombre del Ayuntamiento en los pasquines.

En las mesas montadas, en los días previos al acto reivindicativo, para recoger firmas e informar que los leoneses seguían abogando, y no cejarían en el empeño, por la opción autonómica para León. Se llegaron a obtener, bien documentadas, con especificidad del DNI de cada uno, quince mil firmas, según un  primer recuento ejecutado.
 El día fijado sería el 4 de Mayo de 1984,  la hora las 8 de la tarde, y la Glorieta de Guzmán el lugar del encuentro,  desde donde partiría la marcha reivindicativa. Así se podía leer en los carteles que anunciaban el acto: “Por la Autonomía Leonesa” 


Una  bandera de León, ondeando, exhibía  nuestro gran escudo coronado. Era el motivo principal, y luego se indicaba fecha, hora y lugar, y se nos alentaba a ir: ¡Todos a la manifestación! 



 Un joven de Francisco, en el equipo de Morano,                       Óscar García Prieto "hace declaraciones", Morano,
               está en la organización.                                                          al parecer, observa complacido.                                                    


El resultado es por todos conocido. La participación de los leoneses triprovinciales, inmejorable.  Dejando señalado que, sin ninguna duda y por proximidad, el mayor número correspondía a León capital y provincia.




 Se había puesto en marcha la gran verdad que portaba el Pueblo Leonés. Los políticos en los primeros lugares, llevaban consigo, la inconsistencia, la obediencia partidista, la deslealtad, la perfidia... de modo especial los de partidos de implantación nacional. Si bien entonces no lo sabíamos, no tardaríamos en comprobar unas y otras "cualidades" formando un todo en alguno, o aleatoriamente incorporadas en los más. 



Pero nosotros, el pueblo, decayendo por impotencia subsiguiente a los fracasos, vencidos por alguna ideología, víctimas del conformismo, por simple "pasotismo" o tolerancia a sus manejos, tampoco estamos libres de culpa. 


No puedo finalizar, especialmente para los que no conocen mis pareceres leonesistas, sin añadir que Morano nunca fue leonesista, sí que se apoyó dolosamente en quienes gozábamos de este sentimiento, para triunfar en su personalismo… hecho ya historia su nefasto proceder... y el de otros. 

La apatía autonómica actual de los leoneses no es autodefensa personal, es dar vía libre al poder del ente autonómico, ése que habla por nosotros. 






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