1 de octubre de 2012

Los pendones por San Froilán

Observar, no es escrutar...


Hoy, domingo 30 de septiembre de 2012, formando parte de los festejos de San Froilán se tenía anunciado, según programa, que la concentración de pendones de toda la provincia tuviera lugar en la explanada de San Marcos. Mi ojo crítico, en este caso puramente leonesista, me dice que no fue así. Y me explico. Sí había un buen número de ellos en la plaza, pero otros muchos ya estaban a las 11 de la mañana enhiestos por la gran Vía de San Marcos adelante, hasta la Inmaculada. Motivos de organización probablemente.

La cuestión está en que la concentración prevista, no era un acto banal, o no debería serlo, pues significaba la puesta en común provincial de una tradición: la pendonera, con la carga de valores que ésta conlleva. Donde la gran enseña multicolor leonesa, plural y no repetida, la de cada pueblo leonés, debe significar  unión y representatividad; aportando  cada grupo local, cada CONCEJO, su particular emotividad, pero todos en conjunto la de una provincia demasiado ninguneada autonómicamente. Amenazada ahora en una de sus señas de identidad, el sistema concejil, por el gobierno en busca de que el patrimonio de los concejos revierta en los arruinados ayuntamiento correspondientes.

Los pendones se deberían  haber izado a las 11,15, ¡todos!, en la plaza, en tanto el grupo musical correspondiente interpretaba el himno a León, para que éste fuera cantado por el pueblo, o cuando menos escuchado con respeto; el jolgorio festivo vendría después.  No se hizo así.




El grupo musical leonés, con dulzaina y tamborín,  ataca con ímpetu el himno a León, casi aislado, con poco público, o  éste en otros menesteres; tan solo el verde árbol dorado por el generoso sol de la mañana, y la bandera leonesa  junto a él, parecen poner una nota de valor a su actuación. 




No entro en cómo   se debe organizar el desfile,  técnicos y voluntarios hay para ello, yo recojo otro dato: las  concentraciones como ésta, deben servir para algo más que para lucir el paño y la habilidad en portar el pendón, que también, y con esmero, gracia y pundonor, pero la interrelación popular, la de los protagonistas y del pueblo leonés en general,  es precisamente en estos momentos cuando, unidos,  pueden hacer aflorar los valores identitarios, una verdadera labor de unión popular provincial tendente a ensanchar el espíritu del ser leonés.

Este año, con el atractivo de la incorporación de los alcoyanos “Moros y Cristianos”, a los que por supuesto se debía agradecer la comparecencia, dio lugar a que desatendiéramos lo nuestro, o eso quiero interpretar como disculpa, pero me permito reiterarme en la crítica ya formulada.


En ambas ocasiones, con la mano en el mástil, la vara leonesa que soporta el paño, intento comprender el valor del pendón, y el esfuerzo de portarlo...




















Las fotografías fueron tomadas por mi nieto Mario, que, procedente de Cataluña, está en esta tierra leonesa, en la que nació, tratando de impregnarse de sus esencias.



Este año se hablaba de lanzar un grito de protesta ante la propuesta gubernamental de anular las Juntas Vecinales, y con ello el sistema concejil tan eficaz como querido por los leoneses. Tengo la amarga percepción de que pretendiendo defenderlo todos, andamos divididos organizativamente. 




La pancarta omañesa, reivindicativa en este sentido, fue apartada de la marcha festiva por mandato policial.  

Debo decir que me parecía muy oportuna la intención, y de mérito reivindicativo, no tanto la unilateralidad, y difiero también en el “tratamiento del texto” al ser la única. Lo de la coacción desde más alto estamento que la policía, ésta mera ejecutora de órdenes, me parece de todo punto intolerable...




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