Y algún otro apunte, de distinto calado, sobre el galardón.
Nuestra etnógrafa, de fuerte compromiso con lo leonés,
Concha Casado es, hasta donde yo
conozco, la única representante del “sexo débil” que ha aparecido en una ya
larga nómina de Leoneses del Año, varones a quienes Radio León ha distinguido
con su galardón.
Isabel Carrasco, presidenta en la Diputación, una
controvertida leonesa en la política local, según dicen los “suyos y los ajenos”; impetuosa y omnipresente “en casi todo” en la vida local y provincial, según se
puede leer en los medios, también formó parte del jurado que eligió este año a
José Sánchez Carralero.
Este
berciano, licenciado y doctor en Bellas Artes, y de muy acreditada labor
docente, acumula también merecimientos artísticos y premios que le avalan como
pintor y escultor.
He venido siguiendo con relativa atención la
nominación anual de cada personaje, esto es, saber quién, y, a modo de cábala, dilucidar
el porqué. Así recuerdo que el año 2.008, precisamente en el que fue elegido Luis Prada, su paisano
de Cacabelos: Sánchez Carralero, actuó como pregonero en Riaño el Día del
Turismo de la Comunidad llamada Castilla y León, y según contaron personas de
la Montaña Oriental leonesa fue un fallo imposible de asumir por el pueblo, por
ser el discurso algo así como ir a nombrar la soga en casa del ahorcado.
Los seleccionados, dicen los promotores del galardón, son
leoneses que han destacado en los doce meses anteriores de cada convocatoria.
Me gustaría conocer si entre los varones leoneses
elegidos en ocasiones anteriores, y que
acuden a la cita anual también como miembros deliberantes del jurado, se han
planteado alguna vez: ¿Dónde están las leonesas? ¿Acaso los méritos que se nos
suponen a nosotros les son negados a ellas?
En una ocasión anterior dejé dicho públicamente: “Se es, o se puede ser, leonés por nacimiento, por
residencia asumida o por afinidad, y sin embargo lo leonés, lo de ser leonés,
cuando esto significa gozar de todo un sentimiento que inunda el alma y actúa
en los interiores como catalizador permanente de los valores del pueblo al que
pertenecemos, se queda en un barniz, a
flor de piel, no cala o no es asumido por el actor, entonces pasa solamente a
ser de León”. Y hoy añado: todo ello independiente del nivel profesional,
o intelectual del actor, que para nada se
pone en duda.
Se eligen personajes de distintos campos del Arte,
Cultura, Ciencia y Política, por ejemplo. Se me antoja que, con el rabillo del
ojo, mirando la reacción del ente autonómico que “todo lo puede”. Bienvenidos
sean al palmarés. Pero, desde mi punto de vista, popular y leonés, les falta a
los promotores tomar en consideración otros merecimientos, por ejemplo el de los
que, sin hacer gala manifiesta de ello, muestran su leonesidad a cada paso. O como leonesistas llevan la cultura leonesa,
mezcla de historia, costumbres y tracciones, allá donde van; y defenderla,
ensalzarla y protegerla es un gesto cotidiano en ellos…
Creo recordar que tan sólo un año, el segundo pudo
haber sido, se tuvo en cuenta a un leonés sin demasiado currículum académico,
pero que aportaba el mérito de haber impedido la acción dañina por un malhechor
armado, cuando él tenía entre sus obligaciones como policía la defensa
ciudadana. Merecía la nominación, y se la dieron, pero no he vuelto a leer su
nombre.
Crémer, respecto al galardón, dejó dicho con la
precisión que le caracterizaba: “para alcanzar tan preciado título me fue
exigido vivir y convivir históricamente en la parte proporcional del Viejo
Reino que me correspondiera”. Y figurando ya entre los galardonados, escribió una frase sorprendente respecto a la “lista”:
“entre los personajes y personajillos que fuerzan para imponerse en el área de
los distinguidos por sus méritos, no todos resultan asequibles para
establecerse en la pizarra de los superiores”.
Como no se publica la lista proforma, ésa que someten
a la consideración del jurado, en especial a los ya galardonados y festejados,
al “pueblo” en general no le constan los nombre propuestos para cada ocasión,
ni los méritos de cada cual, y mucho menos el baremo que manejan los miembros
del tribunal para elegir al más idóneo, cuando, convocados por Radio León, se
reúnen en el gran Hostal de San Marcos.
El tiempo dedicado este año a la elección, sí lo
sabemos: hora y media requirió el esfuerzo de aplicar los posibles criterios de
cada cual para elevar a uno a la categoría de elegido, actuando como presidente,
el político ya desde antes de la transición, el leonés Fernando Suárez.
La pervivencia del galardón, año tras año, es todo un éxito de voluntad por parte de los patrocinadores.
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