12 de marzo de 2012

Riegos y regadíos


Regando en prosa


Me resulta difícil entender a Matías Lorente, una vez hube leído sus repuestas respecto a la gran necesidad de agua para regar en León. Y más concretamente el campo leonés subsidiario del agua del embalse de Riaño.

Nos lo presenta La Crónica del día 11 de los presentes, como uno de los mayores conocedores de la Agricultura leonesa, algo que ni dudo ni pongo en cuestión, no en balde es un experimentado sindicalista agrario. Pero también político, de ahí sus enfrentamiento en Diputación con la presidenta, casi a diario.

En su momento pude leer sus afirmaciones, hechas en 2003,  de que los agricultores leoneses hacían gran derroche de aguas para regar, y que era partidario de un plan de regadío, para la regulación del consumo.

Se ha debido cumplir éste, pues ocho años más tarde, en el periódico que he citado en principio,  afirma que “Hemos invertido mucho dinero en modernizar nuestras explotaciones,  una media de 7.000 euros por hectárea”. Y ello treinta años después de la destrucción de nueve pueblos y el embalse de Riaño.

¡Una muy larga demora!, aunque ya es sabido se han ido teniendo que tragar los retrasos estatales y autonómicos. Aun cuando los daños a lo riañeses y para los que él denomina “gente de la zona”, fueran inmediatos y para siempre.

Tampoco podemos olvidar sus puntos de vista poco o nada coincidentes con la actuación de Zapatero, del que en fase provincial siempre fue crítico, no sé si también lo era cuando éste abogaba por el sellado definitivo del muro franquista en el Esla, soslayando el dolor de los vecinos expulsados de sus casas.


Cuando lo futuros regantes del Esla, embalsado en Riaño, reclamaban el cierre manifestándose en las calles leonesas, se pedía agua para 80.000 hectáreas, y con similar cifra justificativa en los carteles, se destruyó Riaño y ricos valles. Llorente, este año actual de sequía, dice: “Riaño(embalse) juega el papel importantísimo de salvar casi las 50.000 hectáreas de riego en León”.

El desarraigo de los afectados por el embalse, consumado el acto de la forzada expulsión, al parecer dejó de contar para los agricultores de las ochenta mil, que pronto se rindieron de ponerlas en su totalidad en regadío,  y hasta toleraron que el agua se empezara a llevar a latitudes castellanas.

El trasvase al Carrión, por el canal que parte de Galleguillos, para Llorente no es tal, sino “un aporte” al Carrión. No sé qué intención sustenta este eufemismo. Consumado el “aporte”,  a ver quien les dice a los beneficiarios, con autoridad, que el agua es primero para León, aun cuando sea algo que siempre se afirmó.

Recuerdo haber oído decir: si quieren llevar agua los castellanos, lo tendrán que hacer “a buches”. El gran buche es un canal y su mentor ya está siendo el señor Valín.

De José Valín, un castellano con total potestad para los desembalses, al ser presidente de la CHD, en plan contemporizador dice: “Es una persona que en realidad conoce el campo por los años que lleva de consejero”, cuando la realidad era muy otra cuando, hasta ayer, se le relacionaba tanto en desencuentros como incomprensiones con el agro leonés. 




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