De mi Relato: Cuando apuntaba el Alba, tomo el siguiente fragmento para “acompañar” al Nazareno de Dulce Nombre de Jesús, este año en el que se conmemora el IV Centenario de la Fundación de la Cofradía, 1611-2011
“La efigie del Nazareno con la cruz a cuestas, mecido el Paso por la lenta marcha y ritmo sobrio de los braceros, siempre le impresionaba. Le llamaba poderosamente la atención la mano derecha, abierta y anhelante, como previniendo la caída, o buscando en el intangible aire el soporte o ayuda que sólo el Cirineo, obligado, le prestaba en su caminar hacia el monte Calvario.
La salida de las procesiones de Santa Nonia, al menos para él, perdió mucho encanto, cuando derribado el Asilo de Ancianos para abrir una calle: Lancia, que discurría por el llamado Prado del Calvario, y derruido insensiblemente el gran Hospicio del Obispo Cuadrillero, el tradicional marco cedería su recoleto sabor en beneficio de una incipiente amplitud urbana.
A pesar de las experiencias acumuladas durante largos años, aún se sigue preguntando Alfonso si por aquel entonces buscaba el hilo del ovillo de la espiritualidad, el poder atractivo de las dramáticas imágenes, o si le atraía el esfuerzo humano que la puja demandaba a cada papón, a cada cofrade bracero, a modo de tradición secular."
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