Procede de salida hacer una importante reflexión y
una pregunta Ahora cuando el ente
autonómico habla de mostrar al alumnado, en los textos escolares de forma curricular, lo de ”León Cuna de Parlamentarismo”. Algo que hasta ahora, cuando la autoridad de
la UNESCO ya lo ha elevado a la categoría de Patrimonio del Mundo, el proceder
de la Junta estaba en las antípodas. De modo que no nos debemos dejar engañar,
cuando han empezado a soltarlo, no va más allá de ser con la boca pequeña, como
cosa que está de moda y que por eso se repite.
Hasta aquí la consideración. Sigue la
pregunta:
¿Cómo vamos a creer ahora en la buena intención de
la Junta autonómica que dejó pasar el octavo centenario (1188/1988) sin mover
un dedo para poner tal hito en valor, en verdadero valor, sin reticencias perniciosas; pues, incluso se
buscaron exégetas para que, desde un
enfoque de minusvaloración, se difuminara el acontecer histórico?
Todo cuanto se hace en esta Comunidad, forzada
comunidad hay que destacar, no puede llevar implícito una revalorización de lo
leonés, y mucho menos algo que haga sombra
al acontecer castellano tanto de ayer como de hoy. Esto es palpable.
El alcalde de la capital de la provincia de León,
el señor Silván, cuando se ha presentado como aspirante a jefe del PP en la
Comunidad, incluso en León, en la ciudadanía las voces que se elevaron no eran
de apoyo, más bien de recriminación por no haberse significado en la defensa de
lo leonés, tanto, social como económico, en su proceder como Consejero.
Ahora sí, conseguido el reconocimiento del pasaje histórico que
citamos, quiere lucirse como defensor de tal acontecer. Para ello dirige al
Presidente de la Generalitat catalana, una carta censurando la intentona de apropiación
de la primacía parlamentaria. Creemos ver oportunismo con nada de desgaste, y posible ensalzamiento de su figura política
comunitaria.
Señor Silván, una vez que el toro ha pasado, las
posturas no son otra cosa que gestos para la galería. Pues, este pasaje
histórico leonés de 1188 que la UNESCO,
reconoce a través de los documentos
aportados, huelga decir que éstos ahí estaban, y ni usted ni nadie del ente autonómico supieron
ponerlos en valor, o peor, por interesado
silencio callaron. Los leoneses, poco o nada enterados, actuamos con la pasividad
de quien, o se considera poseedor del grado de leonesidad suficiente que le
hace intocable, tiene interiorizada la
renuncia a seguir luchando, o espera que las aguas vuelvan a su cauce por pura
justicia histórica y ahora constitucional.
Tampoco han querido en el ente autonómico hacer la más mínima
alusión al leonés que en su haber tendrá para siempre el carácter de promotor, en el año 2012, de la solicitud ante la
UNESCO, convenientemente acreditada, manejando la documentación que en el ente
silenciaban. Hablamos del intelectual leonés D. Rogelio Blanco Martínez.
Quien, a
mayor abundamiento, conviene destacar, hubo de hacer un profundo y bien dirigido
seguimiento del proceso, hasta culminar en 2013 asentado el dato en la Memoria
Histórica del Mundo. ¡Una labor encomiable, por lo tanto!
Hasta entonces perniciosamente venían dejando transcurrir el
tiempo sin escribir ni una línea en los
papeles autonómicos, motu proprio, para ver si pasaba la bola. Ahora, señor Silván,
entiéndalo bien, no censuro la defensa hecha por carta; estupendo, pero no sólo
no borra su actuación anterior desfavorable para lo leonés, sino que destaca aún más la indolencia
permisiva para silenciar lo leonés en la Comunidad que usted defiende, aunque
nos margine.
Castilla fue entonces a rebufo, y esto lo toleran mal. Ahora nos
toca esperar a ver el tratamiento que dan en los textos escolares al dato, al
hito histórico Leonés, o mejor aún del Reino de León.
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