13 de junio de 2015

Discurso apócrifo de Silván… Alcalde electo


Tomo el bastón de mando, pero no temáis no lo voy a blandir amenazante,  lo hago con la más amplia de las sonrisas, cogiéndolo como símbolo de mi ciudad, León, hoy mas castellanoleonesa que nunca; no en balde, queridos conciudadanos a los que me propongo corregir, formáis parte de una “región”, hoy autonómica, que hablando castellano dio origen a la Hispania de su momento.

Un grupo de “ciudadanos”, políticamente conscientes de nuestra obligación para con Castilla, me han apoyado con su voto; y con él nos hemos investido todos. Sabed que de este bastón de mando, ellos son, nada menos, que el regatón, en contacto con el suelo, que no pincha pero tampoco corta. 

Y, sabiéndolo agradecer, su compromiso llegará más allá, hasta alcanzar Valladolid, conscientes de su deber como parte integrante de Castilla, ampliarán su voto a las Cortes Autonómicas. Allí, donde el pundonor de la igualdad impera, y han sabido ser generosos permitiendo que señalemos a León como Cuna del Parlamentarismo castellanoleonés. 

La bandolera rojigualda que, sobre nuestro pecho, ya nos hemos colocado los miembros de este consistorio que sabiamente habéis elegido, no hace otra cosa mejor que rendir tributo a la nación española, ésa que la generosa Castilla, de la que los castellanos y leoneses, un todo indivisible, éramos y somos  parte integrante,  forjó y nunca hemos sabido agradecerla que seamos citados como leoneses.

Los ciudadanos más desfavorecidos, serán objeto de nuestra preferencia y ayuda. Por eso ahí en el exterior, aclamando este acto, se encuentra gentes del carbón, a los que,  desde las instituciones la Comunidad,  tanto  ha defendido y apoyado. Y no cejaré en el empeño, de ahí que siendo a la par procurador autonómico, lucharé por ello y mucho más, y no son palabras vacías, ya ha habido oportunidad en la pasada legislatura, en mi papel de  “fomentador”, para su constatación.


Ser vuestro alcalde me llena de orgullo, sabía que no me defraudaríais, por ello os dedicaré a diario mis mejores sonrisas. No me encerraré en el despacho, escucharé vuestro clamor agradecido, y caminando de la mano de la Junta Autonómica, bajo su diseño y mejor guía, tendremos nuestros mejores momentos de crecimiento capitalino.  

¡Viva León ... castellano! 

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