Aunque peque de reiterativo debo advertir a mis lectores que creo no
ser el “señor Soto” que citó Isidoro Álvarez Sacristán, puesto que no he recibido misiva alguna suya.
Y que con enorme agrado le hubiera contestado personalmente.
En el mismo medio,
Diario de León, 9 de mayo 2008, respondí con relación a la leonesidad y al
leonesismo de modo ponderado, tal como el lector puede comprobar, si se enfrasca en la lectura:
Leonesidad, sentir lo leonés
Leonesidad, sentir lo leonés
Creo entender que el señor Álvarez
Sacristán alude a un supuesto “moderno leonesismo”, para referirse al leonesismo político
ejercido por UPL.
Para situarme claramente, añadiré
que esta entradilla vale para componer
más un alegato que una réplica a su Tribuna: ¿Leonesismo o Leonesidad?, (DL.11.04.2008). No
obstante, dejo a su arbitrio entender o tomar válidamente estas líneas en cualquiera de los dos
sentidos.
Al leer que “el señor Soto”, le había
dedicado ciertas alabanzas, merecidas supongo, y que por desconocerlas no puedo
entrar a valorar, en principio me sorprendió, derivando en una mesurada
reacción provocativa, por el tema tratado, a pesar de saber “de buena mano” que
las loas no son mías.
Repasado en su totalidad el artículo, sostengo la percepción de que se
recrea en mostrar un atragantamiento especial de la formación política Unión
del Pueblo Leonés, además de una estudiada
o, tal vez mejor, estudiosa antipatía
hacia los nacionalismos.
No voy a ser yo quien tenga que
montar aquí una supuesta réplica en defensa de UPL; formación política,
a la que sí conozco, no en balde ayudé humildemente en su progreso; si bien en la actualidad estoy desvinculado de ella por
discrepar en cuanto a sus actuaciones, unas por omisión, las más; y otras de desarrollo político que no
compartía.
Con todo y con eso, proclamo que, una formación política leonesista,
sigue siendo imprescindible, aunque elementalmente sea por presencia en el discurrir
autonómico, establecido a fortiori,
para los leoneses.
Esta última razón, estuvo en el rechazo del ente pereautonómico.
Motivo de oposición popular leonesa, ante la negativa política de permitir elegir
destino autonómico al Pueblo Leonés, fuera
del perseguido amancebamiento con lo que quedaba de “los castellanos viejos”. Se nos negaba ese derecho constitucional. De
ahí a que había que acompañar y fortalecer desde el rol político el movimiento
vindicativo popular leonés, un paso. Y se dio.
Observo que no cita abiertamente al pueblo leonés, ignoro las causas y
en cierto modo me sorprende. Tanto como me puede confundir lo de: “los
denominados leonesistas se asienta como partido o como "movimiento cultural".
Para situar posiciones, a la hora de
proponer al lector de Diario de León, una versión distinta en cuanto a
leonesismo, equiparable a leonesidad, en
la medida que ésta se muestre como aptitud afectiva de lo leonés, fruto de
nuestro entendimiento, es momento ya de afirmar que, siendo leonesista,
participo abiertamente en el movimiento asociativo cultural leonés. Pero no en ése,
el que he leído inexplicablemente entrecomillado con un cierto regusto de
minoración.
Siempre he
entendido el leonesismo como un sentimiento, difícil de definir, por más que lo
pueda considerar fácil de vivir. Un
estado de conciencia objetibable por la actuación o el comportamiento individual, o colectivo - en cuyo caso hablaríamos del
leonesismo compartido o social- , que nos empuja a sentirnos orgullosamente herederos
de un legado histórico-cultural que nos identifica.
He ahí una sencilla forma de presentar una
afectividad tan especial de los leoneses, que ha permanecido vigilante, cual
sempiterna llama de amor a nuestra tierra, a la cultura que en ella se ha generado,
y que ha contribuido a conformarnos como
pueblo
Cada persona es, en su unicidad, la base y
fundamento del entramado social, la llamada sociedad, y ésta, un sistema que
condiciona y encauza, operante sobre las individualidades. Si, en nuestro caso, en mayor o menor número
y medida aportamos el sentimiento antedicho, lógicamente podremos hablar de un
leonesismo social, que no siendo la suma de lo sentido por cada miembro, si es
la expresión común de lo compartido: el sentimiento leonesista.
De ese leonesismo social, con motivo
del proceso autonómico en el que nos hemos visto inmersos, surgieron
formaciones dispuestas a moverse en el entramado político. Ejemplo: UPL. Su ejecutoria posterior requiere otro
espacio.
A
los leoneses siempre nos ha “adornado” un entremetimiento peligroso, una inexpresividad de
los propios sentimientos leoneses, los que confluyen en
una condición común, recelosamente oculta: la leonesidad.
Cualidad
que, desde el momento preautonómico, se nos iba a demandar exhibir sin solución
de continuidad para la defensa de lo
propiamente leonés.
Me temo que
no hayamos sabido mostrarla, sin recelos, ni en la medida ni en las formas que,
las circunstancias del daño autonómico que nos inferirían desde el ente autónomo,
requerían.
Para
finalizar: La leonesidad, siendo un sentimiento, se intuye en los demás
y se lleva en el propio ánimo.
´´´´´´
Hasta ahí mi reflexión publicada. Hoy poco más añadiría.
Respecto a la Formación UPL, cuya labor defensora de lo leonés ante el ente autonómico que nos había sido impuesto, diré que empezó con una puesta en escena inmejorable; recuerde el lector aquello del juramento de los procuradores Farto y Otero, "Por León", que se le atragantó al señor Estella, a la sazón presidente de las Cortes autonómicas; resultó todo un éxito mediático, pronto minorizado por el descalabro de la división entre ambos procuradores leonesistas.
Los siguientes procuradores han ido perdiendo capacidad crítica hacia el ente, esto es el rechazo permanente a todo lo allí surgido, con independencia de que gobernara la izquierda o la derecha; primero porque ideológicamente la formación UPL no se comparecía con ninguna, y segundo porque ambas "al unísono" han promovido la castellanización de lo leonés, y ahí el rechazo de los procuradores leonesistas en ejercicio debió, ser permanente y sin contemporización alguna. Éste era el fin primordial y lo sigue siendo. Por supuesto valorando continuamente los agravios económicos, (Presupuestos) a los que debieron adelantarse en todo momento para evitar confusiones. Todo esto puede requerir un más detenido estudio...llegado el momento.
´´´´´´
Hasta ahí mi reflexión publicada. Hoy poco más añadiría.
Respecto a la Formación UPL, cuya labor defensora de lo leonés ante el ente autonómico que nos había sido impuesto, diré que empezó con una puesta en escena inmejorable; recuerde el lector aquello del juramento de los procuradores Farto y Otero, "Por León", que se le atragantó al señor Estella, a la sazón presidente de las Cortes autonómicas; resultó todo un éxito mediático, pronto minorizado por el descalabro de la división entre ambos procuradores leonesistas.
Los siguientes procuradores han ido perdiendo capacidad crítica hacia el ente, esto es el rechazo permanente a todo lo allí surgido, con independencia de que gobernara la izquierda o la derecha; primero porque ideológicamente la formación UPL no se comparecía con ninguna, y segundo porque ambas "al unísono" han promovido la castellanización de lo leonés, y ahí el rechazo de los procuradores leonesistas en ejercicio debió, ser permanente y sin contemporización alguna. Éste era el fin primordial y lo sigue siendo. Por supuesto valorando continuamente los agravios económicos, (Presupuestos) a los que debieron adelantarse en todo momento para evitar confusiones. Todo esto puede requerir un más detenido estudio...llegado el momento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario