19 de marzo de 2013

La UNESCO tiene la palabra. 1188 razones


A propósito del artículo de Margarita Torres:  1188 razones

Un muy agudo escrito que agradezco desde mi condición de leonesista comprometido. Cita ya de salida a Juan Pedro Aparicio, y apropósito de esa nominación y unas muy buenas consideraciones surgen los apuntes  siguientes: 
Juan Pedro Aparicio, fue desde siempre mi referente en el leonesismo sociocultural. 

De él recibí apoyo en mi forzado viaje en favor de la identidad leonesa, a través de la Asociación que trataba de defenderla, precisamente mediante la actuación ante las instituciones autonómicas y nacionales que no nos comprendían. Algunos logros se consiguieron. 

Discrepé de su actuación, en el pasaje que cita Margarita Torres, durante la celebración del 1100 aniversario del nacimiento del Reino de León, no por la defensa audiovisual de Las Cortes de Alfonso IX, un vídeo de gran valía sin duda, sino por la tolerancia que hubo de tener para con la Junta Autonómica, que consiguió que pasáramos el rubicón del natalicio con más pena que gloria. Conduzco al  lector a mi artículo en el que daba mi adiós al 1.100 aniversario:


Lo finalizaba así: Nos queda la Fundación León Real, un ambicioso proyecto municipal de iniciación, con vocación de perdurar. Y un excelente documental: León, cuna de parlamentarismo de Juan Pedro Aparicio, como final. Su personal empeño. Magnífica la película poniendo con justicia en valor las Cortes de 1188, la Carta Magna allí otorgada, y otras joyas leonesas. Me agrada poder felicitar a nuestro escritor leonés por el tratamiento dado al tema, lo que dice, y cómo lo dice. Sin duda un narrador de lujo. Pero me temo no poder repetirlo a la hora de encarar lo «global conmemorado».


Si no se ha prestado la debida atención al hito que supusieron las Cortes de 1188, cuna del parlamentarismo, ni a nivel leonés, como bien señala Margarita, ni nacional, más allá de unas palabras a modo de jaculatoria de D. Juan Carlos de Borbón, la razón y la culpa hay que buscarla en nosotros mismos, los leoneses.

Nos hemos estado dejando conducir siempre hasta donde otros, ajenos, han querido. La historia escrita durante el franquismo proclive a lo castellano, no supimos, ni tuvimos políticos preocupados de la transición a la democracia para acá en  ponerla en sus justos puntos y valores históricos. Incluso no han faltado quienes situándose como exégetas, que barrían para fuera de casa, la minimizaban  hasta límites insufribles.

Personalmente esta “ley del silencio”  que ha pesado sobre el propio valor de las Cortes de 1188, la he venido  denunciando en múltiples artículos de opinión recogidos en los medios leoneses; una modesta voz, pero machacona, el resultado prefiero dejarlo en bien acogido entre los leonesistas y poco más.

La puntilla nos la trata de asestar el ente autonómico al que nos adscribieron, muy  a pesar de los pasados esfuerzos de los ciudadanos leoneses. Es nuestro enemigo al que acompañan “nuestros” políticos, en tanto los leoneses , como ciudadanos de a pie, parecemos, por impotencia, cada vez más tolerantes.         

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