A propósito
del artículo de Margarita Torres: 1188 razones
Juan Pedro
Aparicio, fue desde siempre mi referente en el leonesismo sociocultural.
De él recibí apoyo en mi forzado viaje en favor de la identidad leonesa, a través de la Asociación que trataba de defenderla,
precisamente mediante la actuación ante las instituciones autonómicas y
nacionales que no nos comprendían. Algunos logros se consiguieron.
Discrepé de su actuación, en el pasaje que cita Margarita Torres, durante la celebración del 1100 aniversario del nacimiento del Reino de León, no por la defensa audiovisual de Las Cortes de Alfonso IX, un vídeo de gran valía sin duda, sino por la tolerancia que hubo de tener para con la Junta Autonómica, que consiguió que pasáramos el rubicón del natalicio con más pena que gloria. Conduzco al lector a mi artículo en el que daba mi adiós al 1.100 aniversario:
Discrepé de su actuación, en el pasaje que cita Margarita Torres, durante la celebración del 1100 aniversario del nacimiento del Reino de León, no por la defensa audiovisual de Las Cortes de Alfonso IX, un vídeo de gran valía sin duda, sino por la tolerancia que hubo de tener para con la Junta Autonómica, que consiguió que pasáramos el rubicón del natalicio con más pena que gloria. Conduzco al lector a mi artículo en el que daba mi adiós al 1.100 aniversario:
Lo finalizaba así: Nos queda la
Fundación León Real, un ambicioso proyecto municipal de iniciación, con
vocación de perdurar. Y un excelente
documental: León, cuna de parlamentarismo de Juan Pedro Aparicio, como final.
Su personal empeño. Magnífica la película poniendo con justicia en valor las
Cortes de 1188, la Carta Magna allí otorgada, y otras joyas leonesas. Me agrada
poder felicitar a nuestro escritor leonés por el tratamiento dado al tema, lo
que dice, y cómo lo dice. Sin duda un narrador de lujo. Pero me temo no poder
repetirlo a la hora de encarar lo «global conmemorado».
Si no se ha
prestado la debida atención al hito que supusieron las Cortes de 1188, cuna del
parlamentarismo, ni a nivel leonés, como bien señala Margarita, ni nacional,
más allá de unas palabras a modo de jaculatoria de D. Juan Carlos de Borbón, la
razón y la culpa hay que buscarla en nosotros mismos, los leoneses.
Nos hemos
estado dejando conducir siempre hasta donde otros, ajenos, han querido. La
historia escrita durante el franquismo proclive a lo castellano, no supimos, ni
tuvimos políticos preocupados de la transición a la democracia para acá en ponerla en sus justos puntos y valores
históricos. Incluso no han faltado quienes situándose como exégetas, que
barrían para fuera de casa, la minimizaban hasta límites insufribles.
Personalmente
esta “ley del silencio” que ha pesado
sobre el propio valor de las Cortes de 1188, la he venido denunciando en múltiples artículos de opinión recogidos
en los medios leoneses; una modesta voz, pero machacona, el resultado prefiero
dejarlo en bien acogido entre los leonesistas y poco más.
La puntilla nos la trata de asestar el ente autonómico al que nos adscribieron, muy a pesar de los pasados esfuerzos de los ciudadanos leoneses. Es nuestro enemigo al que acompañan “nuestros” políticos, en tanto los leoneses , como ciudadanos de a pie, parecemos, por impotencia, cada vez más tolerantes.
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