3 de diciembre de 2011

Dos gestos, medalla en mano

El Alcalde de Barcelona, Xavier Trías, se quedó con la medalla en la mano. El motivo importa, y mucho.  María Ruíz Martos,  a quien iba dirigida esa “distinción” de honor otorgada por el consistorio barcelonés, mostrando la discrepancia vecinal con el proceder municipal de efectuar recortes en sanidad, educación… la rechaza, justo  en el propio acto de la imposición.


No ha sido un “desplante”, o una pose para la galería; lo entiendo como pura coherencia con sus comportamientos vecinales reivindicativos. Lo mejor es que lo expresa con firmeza, pero sin ira. Todo un ejemplo.
Con la medalla en la mano y cara de circunstancias, el alcalde de Barcelona, tuvo que encajar el reproche que llevaba  implícita la actitud digna de una de sus convecinas que se niega a recoger un galardón  que, considerado puro teatro muncipal, la molestaba.
Llevando el agua a nuestro molino leonés, y teniendo como ilación  lo de la medalla, recordemos que:
 En 2010, lo que debió ser un feliz aniversario, 1.100 concretamente del nacimiento del Reino de León, la Junta autonómica siempre atenta a solapar actos leoneses con sus actuaciones, obligadas unas, interesadas hacia la negatividad las más, también se sacó de la manga una medalla. En este caso… digamos,  que para  halagar a la jerarquía eclesial de San Isidoro de León, por aquello de que las primeras Cortes parlamentarias de Europa se habían desarrollado el año 1188 en el Claustro de San Isidoro. Un dato que les ha costado admitir públicamente.  Pero “olvidando” a los leoneses de ahora, atrapados en el ente autonómico.  Un pueblo histórico maniatado políticamente, al que no se le reconoce su identidad diferenciada.

El Abad, mostrándola al respetable, se siente satisfecho, no sé si también orgulloso. Con todos los respetos, habidos y por haber, hacia él, decimos que  no nos representaba. Pero allí estuvo, entre los políticos,  para recoger un oropel indeseado por los leoneses. Sobre todo esto dejé recogidas mis apreciaciones en un artículo de opinión en Diario de León:
El entonces alcalde de León, Francisco Fernández, socialistas que a ratos se decía leonesista, y hasta puede que lo fuera, pero discontinuo y según conveniencias, asumió tolerante lo de la medalla al abad,  sin que en su ánimo estuviera decir: En nombre del pueblo de la capital que yo “corrijo”, pregunto: ¿quién está aquí representando al pueblo leonés? Pero el partidismo enmudece y los propios sentimientos desaparecen.

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