8 de octubre de 2011

¡Riaño vive!, en la memoria un pueblo

               El esqueleto del Parador de Riaño, expoliado hasta la extenuación, fue toda una premonición de lo que vendría después.

                 El arte en forma de bien  tratados murales, mostraba al observador, en Riaño,  la ignominia que se cocía en el Gobierno socialista de la nación, se regocijaban en la Autonomía a la que obligatoriamente nos incorporaron, y animaba a unos agricultores próximos regantes en potencia.
           Agricultores a los que, bueno es decirlo, nadie trató de enseñar preventivamente cómo se debía regar con aprovechamiento. Bien es verdad que  tardaron en ver el agua, y tan sólo unos pocos; en tanto otros, posibles beneficiarios en buena parte de las 34.000 hectáreas de la anunciada zona regable leonesa, aún “desesperan”. Pero, un caudal importante de agua, mediante un trasvase con nocturnidad diseñado, es conducido a tierras castellanas.
  
              







      

        Ante la base de la torre de la Iglesia de Riaño, enhiesta en su gran plaza, nos detuvimos para contemplar una singular denuncia que hablaba de amor, y aseguraba: Nos quieren romper el horizonte. Algo así como la esperanza de vivir.  

        














  Un fortalecedor mensaje: Y nada podrá apagar el fuego...
 -Una cruel paradoja, cuando la inundación estaba  tan próxima-
Se podía contemplar junto a un paisaje de verdes montañas, perfiladas bajo un cielo ennegrecido que amenaza acabar con el  esperanzador  rosa de un nuevo alborear. 

Ya no los podríamos contemplar nunca más, ni el agua lo anegaría en vivo, la destrucción, como medio más seguro de desalojar a los riañeses, a mano armada expulsados por los "antidisturbios", sería su verdugo. Requirió máquinas y dinamita; y nosotros, familiarmente visitantes habituales en nuestro paso hacia el valle de Valdeón, tardaríamos muchos años en volver a Posada, tan sólo por no ver la gran masa de agua inundando valles e ilusiones. 

 Nos queda el consuelo de haber participado, junto a los riañeses, en las manifestaciones que en sus calles se generaron. Y aún sentimos el roce suave de los capilotes con los que ocasionalmente nos obsequiaron, que tenían un valor muy distinto al de los que, en algunas húmedas praderías solíamos recoger.

*Las fotografías son propiedad de Máximo Soto Calvo

1 comentario :

  1. GRACIAS AL Máximo.
    HAGAMOS ENTRE TODOS ESTE 2012 QUE RIAÑO SE HAGA OIR EN TODO EL MUNDO COMO ASÍ MERECE, 25 AÑOS DESPUÉS
    RIAÑO VIVE. (www.riañovive.com)
    Saludos, abrazos y CALDEROS compañero.

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