Recién acabada la primavera de 1987, con la inexperiencia al hombro en forma de gran cámara de vídeo, poco antes de la radical destrucción como forma de expulsión del paisanaje, estuvimos en aquellos lugares que unos insensibles políticos habían condenado al ahogo.
La lectura del artículo de Agustín Lasai: Riaño, 25 años de una infamia, me removió lo recuerdos, llevándome a visionar el vídeo aquél, demasiado casero, pero que conserva el valor de un último vistazo y el ¡adiós! captado en el emotivo recorrido que hicimos, precisamente cuando la gran inundación estaba tan próxima.
“Cual deforme arácnido vemos la silueta del embalse proyectado para ahogar una hermosa comarca”.
Así empezamos el vídeo, en la voz de mi nieto Mario, quien, bajo ese fotograma se lamenta a continuación: ¡Ya nunca podré conocer la hermosa comarca de Riaño!, vivía por entonces en Cataluña.
En Anciles, el valle que a continuación de Huelde visitamos, pudimos leer, en dos desatendidos letreros: PANTANO NO, y ANCILES SI, todo un grito de pervivencia...
*Las fotografías son propiedad de Maximo Soto Calvo
Gracias
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