Seleccionar y entregar "cien doncellas" al invasor, es humillante.
También es oprobioso no defender lo propio, lo leonés, lo
identitario leonés, y la cultura de todo un Pueblo, no sólo mancillado por
el ente autonómico, sino ¡llevado camino de la anulación!
En el Claustro de la Catedral, el domingo 4 de octubre,
Margarita Torres, a la sazón ceñida con la bandolera roja y gualda de España,
como Concejala, (desconozco la razón de porqué no lucen nuestro color púrpura y
blasón, ella y todo el edilato) asumiendo el papel de “síndico” o mejor digo
“sindica”, hará la oferta municipal; su oponente del Cabildo, lo tomara como
foro. Es la tradición.
Estoy plenamente convencido que nuestra historiadora,
precisamente por esto, lucirá sus
mejores galas oratorias, recursos la sobran. A ver qué nuevo datos aporta. Su
voz, siempre con un fondo de cierta cadencia melodiosa, salvo cuando el verbo
requiere enfatizar lo dicho, ¿resonará
profesoral, con datos para lucir en el momento,
o, ¡vana ilusión!, reivindicativa para el pueblo leonés que,
abandonándose poco a poco, ha permitido que otros escriban nuestra historia
autonómica?
¡Para el verso suelto
reivindicativo nunca falta un momento,
si existe voluntad y compromiso!
¡Siempre es momento para defender lo propio!
¡La
partitocracia se asume, y esclaviza, o
se la da la espalda y se está con el pueblo!
Mis reflexiones a propósito de la participación principal de nuestra historiadora en las Cantaderas 2015, y otras connotaciones quedaron recogidas en:
Las Cantaderas y la voz de nuestra historiadora
Lejos está mi intención de señalar con el dedo. Sencillamente haber leído que, como ‘oponente’, Margarita Torres, iba a participar en el Foro u Oferta, en las Cantaderas de 2015, me ha removido recuerdos, y dado que no voy a poder asistir al debate del claustro catedralicio por distante ausencia, propongo al lector estas letras reflexivas, al tiempo que prometo leer las reseñas de tan tradicional acto.
Margarita Torres, a la sazón concejala en el consistorio capitalino, no ha mucho Cronista Oficial de la Ciudad de León, ahora en excedencia forzosa por actuación política, lo es por un partido PP conservador que ¡fija y no da esplendor! al León regional, inmerso en un ente autonómico que ella de sobra sabe, aunque silencie su personal posicionamiento, que no ha sido el elegido por los leoneses, y algo más: ¡objeto de rechazo!
Margarita Torres, a la sazón concejala en el consistorio capitalino, no ha mucho Cronista Oficial de la Ciudad de León, ahora en excedencia forzosa por actuación política, lo es por un partido PP conservador que ¡fija y no da esplendor! al León regional, inmerso en un ente autonómico que ella de sobra sabe, aunque silencie su personal posicionamiento, que no ha sido el elegido por los leoneses, y algo más: ¡objeto de rechazo!
Me he permitido señalarla como ¡nuestra!, por cuanto entre nosotros ha nacido y en la ULE labora impartiendo materia histórica. Si bien, y lo pongo con enorme cautela, pidiendo que se me entienda con justeza, al decir que, de viva voz, no le he oído manifestar su compromiso identitario leonés (faltaría más que históricamente dejara de señalar a los dos pueblos), todo más allá de versiones históricas… hablo del sentimiento. Pero tampoco que se sitúe como ‘castellanoleonesa’, al contrario que su actual mentor político, el señor Silván, quien puede que de palabra se lo guarde, pero los ‘hechos autonómicos’ así le han venido situando. ¡Y sigue!
La historiadora, escritora y novelista, a la que como leonés muestro mi agradecimiento por “acercarnos el Grial”, no desconoce que los leoneses de León, de la provincia leonesa, reducto de la región, tal vez por sernos nominalmente homónima, ponemos un especial empeño para mantenerla viva. Rebasando las connotaciones históricas bien hubiera estado su apoyo personal a la cuestión leonesa, ayer y hoy… pero ¡ay!, en tarea municipal bajo la capa del PP, esta fuerza premiará que no traspase la línea, iba a decir roja, pero mejor diré azul, la de ahora.
En el fuego sagrado leonesista de Pueblo Leonés diferenciado, está la clave. A pesar de los supuestos tapones ocasionales en los oídos, dado su posicionamiento partidista, y puede que ‘distraída’, o con un punto de discrepancia permanente al leonesismo de UPL, por ejemplo, nos lo ha podido escuchar hasta la saciedad. Por ello mucho me temo que no haya calado en ella el mensaje/petición del pueblo, su pueblo, no sé si por discrepar o estar en otro peldaño. Por favor, profesora, no vea en mis palabras animadversión alguna, ni que intente dar lecciones de leonesidad a nadie, simplemente muestro mi percepción al observar su momento actual.
Si al anterior alcalde situó como el “señor de la gris mirada”, y no era difícil compartir el verdadero significado de tan punzante impresión, dado su hacer obediente a la jefa local y a los gerifaltes autonómicos sin el menor brillo de rebeldía en los ojo; no es menos cierto que el actual, y esto es de mi cosecha, y siempre en el orden político, este señor, Silván, resulta ser el de la eterna sonrisa, ésa “que suaviza pero no alegra”, antes de tratar de colarnos otro gol.
Nadie debe dudar que con su saber medieval leonés y reconocidos méritos académicos, ha prestigiando la lista electoral, ayudando a no perder estatus consistorial del PP, y a Silván a tomar el bastón de mando, para que, el sustrato leonesista, no pudiera revitalizarse en el corregimiento, cuasi de manera oficial, como antaño, propiciando el rechazo a la trayectoria absorbente del ente. La parte conservadora ciudadana leonesa se lo tendrá presente, y no menos, con cierto resquemor, quienes seguimos en el rechazo al ente autonómico en tanto éste siga teniendo la condición de impuesto y su mensaje ‘castellanoleonés’ ahormador impere.
Con ocasión de su entrada en el Comité de Expertos de la Fundación Villalar, en 2005, gozando de apoyo o propuesta socialista, y entre exégetas partidistas PP hasta el momento, se dijo que para “desfacer entuertos”, dio un titular válido para autonomistas del ente: “Reconocer que en la región hay dos territorios no significa romperla”, asimilaba con ello la Comunidad constituida a Región implantada.
Penoso para sus paisanos, que desconfiábamos de su papel en el Fundación, ya fuera por voluntad propia o por mandato presidencial. Cuando lo cierto era que los territorios aludidos eran dos regiones (la de León completa y no reconocida como tal) y la Comunidad un artificio político con afán unitarista, que pretendía abolirlas en favor de otra que, en todo caso, ha de llevar la condición de política, región política, y con el permanente marchamo de impuesta.
La intención de la historiadora parecía estar clara, su “cerrar heridas y caminar juntos en busca de un buen futuro”, lo confirmaba. Algo así como querer cumplir ciñéndose a lo histórico diferenciador, destacando la verdad de la historia de León “poniendo las cosas en su sitio”, era la frase, pero sin entrar a valorar que esto no se había tenido en cuenta en origen, o en otro caso tergiversado, pasando por alto a quién atribuírselo; por supuesto venía a ser como otra concesión a los autonomistas que nos manejaban, cuando la homogeneización impuesta era la que campaba… y sigue.
A tenor de todo ello, se puede recordar su participación en la corrección de errores históricos, que, en detrimento de lo leonés como siempre, la página Web de la Fundación, estrenada el 14 de febrero de 2005, contenía. Donde, además de los interesados fallos históricos, entre otras cosas eludían citar la Región Leonesa, como si nunca hubiera existido. Una página que, por cierto, fue denunciada en el Juzgado por la Plataforma Pro Identidad Leonesa que coordiné en sus orígenes.
Quienes no están dispuestos a rectificar, aludo a los autonomistas, cómo iban a considerar sus precisiones históricas; por ello nunca se lo reconocieron, y puede que fuera el final de su andadura en “nómina” del ente. Actuación laudable para muchos leoneses, pero corta. Se requería intervención sentimental y manejo de los entresijos de la política, en función de la imposición que supone todo el entramado autonómico que nos concierne y sujeta.
Hablar entonces de “sensibilidad de lo leonés”, como hizo, era de muy corto recorrido ante el agravio que desde el origen nos han infligido los autonomistas, minorizando nuestro constitucional derecho a elegir destino autonómico. Hablar de ello se asimilaba a anatema.
Si invertir la denominación de la Comunidad, por aquello de prelación histórica, esto es, pasar a la denominación de León y Castilla le parecía “llevar las cosas muy lejos”, dejaba claro que un referéndum de conformidad o abandono de la Comunidad por parte de los leoneses, sin duda estaba en lontananza sideral… Mas, cumplió su palabra, “si no se me permite la defensa de la historia de León me iré de allí”. La duda es si la “ofensa” recibida tenía un encaje tan sólo de índole personal. Supo, por lo tanto, cómo se las gastaba el ente de mandato PP; sin embargo, acompaña ahora municipalmente al partido que lo sustenta con el blindaje de que todo está atado…
Sería desconsiderado por mi parte pasar por alto su participación en la última Reforma estatutaria, precisamente en la parte no articulada, en la presentación o preámbulo, a la que dediqué un artículo titulado “Un exordio para un estatuto”, donde dejé dicho que era “un baño de connotación histórica ornamental”, un exordio que cual tocomocho atraía a los leoneses ‘encelados’ en el trapo de la historia, sin más predicamento… pero, a menos perder, ahí está.
En la Fundación, o desde ella, y como contrapunto a Julio Valdeón conocido historiador siempre en el entramado castellanizante, consiguió poner su parte histórica preambular: “…las coronas de León y de Castilla”, en este orden. O “El Reino de León del cual se desgajaron en calidad de reinos a lo largo del siglo XI los de Castilla, Galicia”… etcétera.
Diferenciar lo leonés dentro del ente autonómico, regionalidad y personalidad leonesas, así como reconocer específica y culturalmente la Identidad Leonesa en letra estatutaria, ¡nada!, bien es verdad que esto requería otro compromiso bien distinto, que no se daba.
Y el ente ‘castellanoleonés’ sigue su rumbo ¡La historia leonesa para los leoneses!…cuando más, y si nos dejan. La que va surgiendo en el cotidiano vivir autonómico, en tanto toleramos que el ente, ése que habla por nosotros y lo permitimos, la escriba a su manera, sin duda nos obliga a ir por una senda indeseada.
Las Cantaderas puede no ser el ‘foro’, entiendo que sí momento reivindicativo de una personalidad, la leonesa, que los dirigentes del ente tratan de silenciar, por ello resultará interesante escuchar, en mi caso leer, cómo no se sale del guión que lo tradicional no marca, y sólo historiográficamente, amén de algún punto jocoso aséptico, sustentarán sus alegatos; capacidad para introducir otras cosas tiene de sobra, cuestión aparte es que quiera significarse.
¡Feliz celebración!
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