Qué le voy hacer, parece decirnos sonriente el actual procurador autonómico por UPL en las Cortes del ente que nos maneja, he hecho cuanto he podido, ¡no quiero ser candidato otra vez!
Unos apuntes a vuelapluma, para la ocasión, referidos a Alejandro Valderas, y el sentimiento leonesista, me llevan a
presentarlo como a un romántico
leonesista, que por propio deseo decide
poner fin a su carrera política. Romántico
por cuanto, y no creo equivocarme, el sentimiento generado por
y para la tierra leonesa, es el motor que
le ha impulsado a la defensa de nuestros
valores.
Valores de los que otros han hecho dejación, equivocadamente complacientes con
la parte castellana, instigadora de un ente con ansias de absorción, cuando no promotores de un perverso destino
para lo leoneses, colocándonos a la cola como comparsas comunitarios por
obediencia interesada partidista. Él, en cambio, ha luchado para protegerlos culturalmente y después poniendo su mejor empeño en salvaguardarlos, cuando los hechos consumados comunitarios nos
afectaban dañinamente.
He dicho carrera política y creo que se hace necesario dejar
aquí diferenciadas dos cosas. Primero que siempre he entendido que no aspiraba
a hacer carrera; y segundo, que el término político acoplado a UPL, a la
que prestaba la mejor de sus atenciones, en puridad no era tal. Explico esto
último. Se pretendió desde sus orígenes que
fuera una formación cuyo núcleo vital el leonesismo uniera a dirigentes y
militantes para, presentándose con el ropaje político al uso,
poder actuar en esa disciplina reivindicando la autonomía para la
Región Leonesa, por lo tanto que no fuera un
Partido más.
No trato aquí de contar sus méritos o fracasos, pues seguro
que de todo habrá, sino de dejar en esta página destacado su impulso a lo cultural
leonés, ya desde los orígenes del
proceso autonómico. En ello puso la mejor de las voluntades, potenciadas
por el sentimiento leonesista, tanto en el Ayuntamiento de la capital donde, andando el tiempo, desarrolló buena labor en la Concejalía de Cultura, antes de dar el salto hacia
una procuradoría en las Cortes del ente autonómico que nos atenaza. Allí ha
luchado en solitario, pues los votantes no le dimos más crédito a UPL, contra viento y marea, manteniendo viva la presencia leonesista en el
ente, algo muy valorable y de gran trascendencia.
Siempre ha gozado de mi estima dado el sentimiento
identitario leonés que, sin decírnoslo, siempre hemos compartido, y en ello
estamos.
Un apunte final con relación a lo que su retirada puede
suponer en el plano autonómico. Dado el
deterioro sentimental y pedagógico leonesista que la formación ha ido sufriendo
con el tiempo, en cuanto a personas o tal vez diga mejor personajes de cierta
relevancia, me temo que entre en un momento crucial. Causa: entre los leoneses,
sus votantes, ha ido perdiendo predicamento, es mi percepción, y me
preocupa. Elegir un cabeza de lista
autonómica, no creo que les sea muy fácil, si es que decide la cúpula actuar
con criterio leonesista, y no por condicionamientos de favores
político-partiditas.
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