15 de enero de 2013

El patrimonio leonés que “ocultamos”


 Cuando por razón de oportunidad, ocasional, se descubren en el subsuelo de la capital leonesa, o en la provincia, restos arqueológicos, siempre espero escuchar o leer aquello de “se documentarán los hallazgos”, pues, por desinterés en dar a conocer lo nuestro,  su conservación será bajo el “formol” de la arena. Algo que no deja de ser un pasar de nuestra historia, o lo que es peor, no desear ponerla en valor permanente. De modo que ni la disfrutemos ni la podamos vender al turista. 


 El último ejemplo es el de “Ad Legionen”  que una de las salidas de la urbanización La Lastra, sepultará ahora bajo asfalto y hormigón, y sin miramiento alguno los restos que se han tenido al fresco tiempo suficiente para desvirtuar la actuación. Y aún tenemos en el mismo caso Lancia, o Sublancia si se prefiere, que la autovía hacia Valladolid descubrió y está en el mismo peligro.
Los hallazgos arqueológicos tienen en potencia la capacidad de revitalizar y reforzar en los leoneses conciencia de serlo, ¿cómo vamos a esperar que desde el ente autonómico se ayude y se potencien los descubrimientos y su puestas en valor? Así ante la pasividad de los “nuestros”, a los que votamos, el enterrado patrimonio histórico leonés permanecerá oculto, cuando no destruido a golpes de excavadora. 


La cripta, en el subsuelo histórico adyacente a la Catedral, cerrada al público, supone cuando menos un abandono de nuestro patrimonio. De la Junta autonómica, motu proprio, no podemos esperar ningún gesto de buena voluntad para dar a conocer lo leonés, por lo tanto le va bien que permanezca enmohecida la puerta. Pero lo de nuestros políticos locales es muestra de estulticia cultural, de desprecio a nuestros valores, que en su día quedaron alicortados al pie de la Catedral. 



Se podía haber descubierto mucho más, allí donde se proponían reconstruir una Puerta y quedó en el intento, siguiendo el “consejo” de la Junta autonómica.  No olvidemos que comenzaron tratando de recuperar Puerta Obispo y terminaron fabricando un muro perimetral de hormigón para conformar lo que pomposamente han denominado cripta arqueológica, con “claraboya” incluida, que tan difícil es abrir al público de manera organizada y definitiva.
Puede que cada vez seamos menos historia los leoneses, entendidos como pueblo; nuestro comportamiento abúlico en este menester parece llevarnos a ello. Por si lo de abúlico suena mal, digamos insensato proceder, pensando que el ser leonés, de las personas o de las cosas, pervive porque sí,  y esto salva cualquier obstáculo; un craso error, recordemos lo del paño en el arca, donde se enmohece y arruina en la naftalina del olvido.




1 comentario :

  1. ver esta página. interesante:

    http://www.actiweb.es/ateneoleones/

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