Cuando
por razón de oportunidad, ocasional, se descubren en el subsuelo de la capital
leonesa, o en la provincia, restos arqueológicos, siempre espero escuchar o
leer aquello de “se documentarán los hallazgos”, pues, por desinterés en dar a
conocer lo nuestro, su conservación será
bajo el “formol” de la arena. Algo que no deja de ser un pasar de nuestra
historia, o lo que es peor, no desear ponerla en valor permanente. De modo que
ni la disfrutemos ni la podamos vender al turista.
El último
ejemplo es el de “Ad Legionen” que una
de las salidas de la urbanización La Lastra, sepultará ahora bajo asfalto y
hormigón, y sin miramiento alguno los restos que se han tenido al fresco tiempo
suficiente para desvirtuar la actuación. Y aún tenemos en el mismo caso Lancia,
o Sublancia si se prefiere, que la autovía hacia Valladolid descubrió y está en
el mismo peligro.
Los
hallazgos arqueológicos tienen en potencia la capacidad de revitalizar y
reforzar en los leoneses conciencia de serlo, ¿cómo vamos a esperar que desde
el ente autonómico se ayude y se potencien los descubrimientos y su puestas en
valor? Así ante la pasividad de los “nuestros”, a los que votamos, el enterrado
patrimonio histórico leonés permanecerá oculto, cuando no destruido a golpes de
excavadora.
La cripta, en el subsuelo histórico adyacente
a la Catedral, cerrada al público, supone cuando menos un abandono de nuestro
patrimonio. De la Junta autonómica, motu proprio, no podemos esperar ningún
gesto de buena voluntad para dar a conocer lo leonés, por lo tanto le va bien
que permanezca enmohecida la puerta. Pero lo de nuestros políticos locales es
muestra de estulticia cultural, de desprecio a nuestros valores, que en su día
quedaron alicortados al pie de la Catedral.
Se podía haber descubierto mucho más, allí
donde se proponían reconstruir una Puerta y quedó en el intento, siguiendo el
“consejo” de la Junta autonómica. No
olvidemos que comenzaron tratando de recuperar Puerta Obispo y terminaron
fabricando un muro perimetral de hormigón para conformar lo que pomposamente
han denominado cripta arqueológica, con “claraboya” incluida, que tan difícil
es abrir al público de manera organizada y definitiva.
Puede que cada vez seamos menos historia los leoneses,
entendidos como pueblo; nuestro comportamiento abúlico en este menester parece
llevarnos a ello. Por si lo de abúlico suena mal, digamos insensato proceder,
pensando que el ser leonés, de las personas o de las cosas, pervive porque sí, y esto salva cualquier obstáculo; un craso
error, recordemos lo del paño en el arca, donde se enmohece y arruina en la naftalina
del olvido.
ver esta página. interesante:
ResponderEliminarhttp://www.actiweb.es/ateneoleones/