6 de diciembre de 2010

El chopo leonés, nuestra verde identidad vegetal

Fotografía de "Mi Mágico León"



La imagen de nuestros chopos, entregándose en amarillo a los pies del otoño leonés, me trae a mi memoria, ya veterana, cuando la chopera del Parque, hoy llamado de Quevedo, se prolongaba más allá, hasta continuarse en el denominado Soto Garrido.
Ése que hoy, cuando estoy en León, puedo ver parciamente, no sin nostalgia, desde mi ventana; y que en un relato corto titulado “Nos Querían talar… por que éramos de león”, dejé escrito en mi libro: LEGIO, érase una vez”.    Un apunte: 

Un día, no muy lejano, en el que la brisa otoñal más que mover mecía las ya doradas hojas de los chopos del Soto Garrido, a orillas de un Bernesga de corto caudal que discurría calmoso por entre redondeados morrillos de antiguos aluviones, yo, cual caminante  irredento,  parecía  ir  sumido  en  el  influjo  del  encantamiento de la quietud matutina, sin sones añadidos del entorno ciudadano, sin graznidos de grajillas, solo…
Y así, el viento, apenas un dulce siseo, un soplo modulado sin procedencia aparente, quiso traer a mis oídos la queja inanimada de un abatido chopo susurrante, al que creí entender…

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