15 de junio de 2016

Vestir León con esculturas reales

Las Cortes de 1188, símbolo de libertad para el pueblo

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Máximo Soto Calvo En mi paso por UPL, allá por los noventa, cuando en mis escritos venía denunciando la “omertá , o silencio oneroso sobre las Cortes de 1188 y el gran Rey Alfonso, propuse la construcción de un monumento en recuerdo y exaltación de tal momento histórico. Entonces UPL, tenía cierta fuerza en el corregimiento. González Cayón consiguió de un escultor leonés unos bocetos artísticos de la obra. No se ajustaban mucho a la idea que yo proponía, pero si captaban la coyuntura. Mi propuesta: Un grupo escultórico de cinco personas. El Rey en pie ante el solio, o sentado según espacio y volumetría, con corona pero sin cetro para la ocasión, parece tender con agrado una mano. Las otras cuatro figuras serían, un obispo y un noble sentados, y dos ciudadanos del reino, buenos hombres, sentado uno y otro en pie, si el rey así lo estaba, en parecida actitud a la del monarca, de tender la mano, es este caso para recoger un hipotético poder de presencia.
Para su emplazamiento proponía en centro de la Plaza de las Cortes a nivel del suelo o poco más. O el “medio cubo” de la muralla donde está la Torre y la entrada al Museo de San Isidoro…






Esculturas de algunos reyes leoneses.

Breves apuntes que avalan su diseño  y emplazamiento


Alfonso IX.  Más que una estatua requiere un grupo escultórico. 
Veo así éste:  El rey en pie delante del trono o sentado. En ambos supuestos, con la mano derecha tendida o señalando al pueblo; esto es, a uno o mejor dos personajes que lo representan.  Se completa el cuadro con un Obispo y un Noble ambos ya sentados.  Los dos ciudadanos “buenos hombres”, pueden estar aún en pie, como esperando la orden real de situarse; pero al igual que las figuras del clero y  la nobleza, en un plano inferior al del rey.
Emplazamiento: La plaza de la Cortes podría ser un lugar idóneo. El conjunto debe estar a no demasiada altura, por ejemplo a metro y medio del suelo, casi en contacto directo con el observador, para que se sienta partícipe de la escena.
De no ser posible esa plaza, la explanada delante del “edificio inteligente de la Junta”, en la proximidad de Suero de Quiñones, podría ser otro sitio aceptable. O remodelando el pequeño anfiteatro y alrededores ajardinados de la plaza de San Marcos.

Sancha y Fernando I.   La leonesa Sancha, reina heredera del trono leonés a la muerte de su hermano Bermudo III, y el leonesizado Fernando rey de Castilla.
Emplazamiento:  Ambos,  en el “medio cubo” de la muralla  adyacente a San Isidoro, justo por delante del Museo.  Precisamente ahí, por haber sido los impulsores del Panteón Real, y construcción del templo.

Ordoño II.   Primer rey de León. Donó su palacio para la primera catedral de León. Asentó la Corte y la capitalidad del reino en la capital leonesa.
Emplazamiento: sugiero, no sin temor, la zona peatonal que se corresponde con el ábside de la Catedral; por la razón antedicha.  O la plaza de Santo Domingo dándola otra configuración.

Alfonso V   Escultura del rey, sedente, con algún símbolo próximo a él, un gran libro por ejemplo,  que recuerde al Fuero de León, su mejor legado.
Emplazamiento: La plaza de las Cortes, en caso de no albergar el monumento antes citado. Recuérdese que de esta plaza arranca la calle del Fuero.

Ramiro II.     El más bravo rey leonés de la reconquista. El monarca en pie con la espada en la mano y “traje de campaña”.
 Emplazamiento: En la Plaza Santo Martino o  en la proximidad de la cárcel, antiguo castillo.

Alfonso VII.    Por haber sido emperador y coronado como tal en León.  Podría ser un grupo escultórico, recogiendo justamente el momento de la coronación, en la que fue Catedral románica de León.
Emplazamiento: sin sugerencia

Bermudo III.     Último rey de la dinastía Asturleonesa, muerto en Tamarón.  De esta batalla se le puede recordar a caballo de su brioso corcel, “pelayuelo”, entrando en liza con ímpetu.  Por ello se puede representar al rey sobre su montura en ágil galope, o en el momento de caer alanceado de muerte por las tropas enemigas.
Emplazamiento: En una plaza del polígono de “Eras”.             

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