“Tierra
de Sabor” es un invento autonómico para encerrar un poco más en el ente, y de modo muy especial, a los leoneses y sus
propias cosas relacionadas con los
productos de nuestro campo, agricultura
ganadería, en origen, o ya
transformados enrolándolos en una lista con
los castellanos, sin diferenciación, cuando no castellanizados.
La
actual presidenta de las Cortes autonómicas y de la Fundación Villalar, en fase
política anterior de Consejera, fue la
muñidora final del sello. Nunca cayó bien entre los leoneses la sobreimposición
de otra marca que no fuera la propia leonesa, pero en esas han andado los
políticos llamados leoneses que pasan por todo.
A esto hice alusión en un artículo publicado en Diario de León.
Tan
absurda como dañina imposición, llegaba hasta el absurdo de alcanzar como norma
a los establecimientos de restauración. La
protesta leonesa, triprovincial, fue manifiesta. ¿Cómo se podía obligar a los
restaurantes a incluir forzosamente en sus cartas un determinado número de productos
con la marca impuesta? La Junta se ha visto obligada a retirar la obligación de
que los menús llevaran “sabor a mí” (a la Junta).
La presidenta
de las Cortes autonómicas y de la Fundación Villalar, Silvia Clemente, a la que
dediqué días atrás un escrito recordando
su obra: la “tortolla” de tierra de pavor, hoy la cito además por su
institucional posicionamiento, recordando otro intento con el que pretendía resaltar
el 33 aniversario de Estatuto de
autonomía, y sigue, pues se han propuesto retocarle para “mejorar la vida de
las personas”.
Laudable gesto si la señora presidenta, a la que
siempre veo en las fotos con rostro inexpresivo de “porcelana”, como tal
aparentemente frágil, pero de seria concentración, no sé si espejo del alma,
laudable digo, si la intencionalidad hacia las personas que dice moverla, no
fuera como suponemos, en el mejor de los casos, continuar en un totum
revolutum.
En una de las mesas redondas, como actividad
programada, y diseñada de cara a la exaltación estatutaria, precisamente en la
que se recordarán las ya llevadas a
cabo, participó Joaquín Otero, el que
otrora fuera mandamás de UPL, claudicante en la anterior reforma, y, “retirado”
de la política, se dedica a la tarea
asesora en el Procurador del común. En aquélla dejó su impronta. ¿Voz ahora
para reformar o para reforzar el actual estatus?
La anulación de las diputaciones, propuestas por
ciudadanos y asumida por el PSOE, les ha
venido como anillo al dedo en el momento reformador estatutario, para, en el
caso de León regional, contemplar el borrado de las nuestras, entregando un
poco más a los leoneses a una letra estatutaria hostil por cuanto nos desconoce
como pueblo.
Sin diferenciación birregional pasaríamos a estar “entortollados” los
supuestos perceptores de su dadivosa “mejora de la vida de las personas”. y
rematados, por regionalmente innominados,
en la letra de la constitución nacional en vías de ser reformada.
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