17 de mayo de 2015

Figurar en una lista electoral es asumir lo partidista

Sorpresa te da la vida

La política, o más bien debiera decir la vicisitud política de las elecciones, sean éstas de una u otra índole, municipal o autonómica, que es el caso,  te deparan algo parecido a un chasco, si creías conocer al personaje; primero al leer la lista de los nominados partidistamente en ellas, para después acceder al desconcierto, asombro o incredulidad  al observar su participación en la campaña de captación del voto.

Y dicho esto, a modo de entradilla, aunque prefiero equipararlo a un inicio reflexivo acerca de un personaje leonés, en este caso una, por cuanto se trata de Margarita Torres, nuestra historiadora, profesora medievalista en la ULE, que meses atrás me hubiera resultado muy difícil ubicarla entre supuestos “conservadores”. 


Y más aún cuando éstos, encabezados por Antonio Silván, ante la ausencia ya eterna de Isabel Carrasco, éste que, se nos ha venido mostrando como el factótum, “fomentador” de obras y mayor gloria amancebadora de dos pueblos en el ente,  ahora, a mayores, desea “corregirnos” desde el municipio.  Y ella, parece que halagada, decide acompañarle aunque así se siga el juego despersonalizador leonés  que desde el centro del poder instalado en Valladolid imponen. 

A Torres Sevilla-Quiñones de León, ahí es nada de afianzamiento leonés apelativo, el ínclito autonomista, reconvertido en verdugo continuista para lo leonés diferenciado, la ha colocado de número tres en la lista para las municipales. “No hay dos sin tres”. Una hábil jugada para adornar su lista con sabor leonés histórico, el de la cronista oficial de la ciudad de León, dato éste que la da un especial predicamento para hablar a los leoneses, pero eso sí, ahora lo ha de hacer mostrando una faceta política conservadora que desconocíamos, y nos inquieta, ante una supuesta volubilidad.

¡Ah! que para las elecciones al consistorio, que es tan sólo gestión de los recursos del municipio, según se dice, la ideología cuenta poco. De verdad, ¡no me lo creo! La mano y la voz del ente intransigente alcanza en la distancia.

Con motivo de la última Reforma estatutaria del ente autonómico, ése que habla por nosotros y lo permitimos, dije: “Hábilmente, los autonomistas de este ente, y en especial los del PSOE, y afinando más aún el señor Villalba, han buscado en la profesora leonesa, y de la Universidad de León, Margarita Torres, el posible contrapunto al conocido historiador Julio Valdeón, de siempre en el entramado castellanizante…” de paso “situándola como la parte leonesa en la reforma”… 

Ellos pretendían así justificar el toque leonés de libertad cuando lo cierto es que nos aferraban todavía más, de ahí el baño de connotación histórica ornamental del exordio, que, en un artículo de opinión  publicado en Diario de León el 8 de septiembre de 2006, al que el lector puede acceder si es su deseo, analizaba parcialmente tal preámbulo en el que colaboró la historiadora.  

Seguía así:
“…Mas, no importa que así lo interpretemos, el preámbulo se torna insidioso, por inoperante. Y puede que cumpla la sagaz misión de esparcir un cierto regodeo entre los leoneses. Pero, más allá del rigor histórico, en lo de «las dos coronas» o «de los territorios de ambas», señalando perfectamente quién es quién, lo dolorosamente cierto es que todo será manejado por el poder político, que es el que manda, designa y dirige; los ciudadanos tan sólo somos su herramienta útil del voto.” Y hoy añado: Por ello no dudan en buscarse tales colaboraciones. 

Quiere esto decir, que la historiadora atiende a una y otra mano política, por halago en lo personal, según convenga a los promotores del ente, o éstos sepan encandilarla, hasta el punto de que podamos verla en un especial vaivén político. Pues creo que no. Ahora parece estar situándose “oficialmente” en su mano.

“Buscar un despegue de la ciudad”, dice la escritora del libro “Los Reyes del Grial”, es lo que la impulsa a participar en el proyecto Silván. Si es que éste tiene alguno sin esas amarras autonómicas que ha venido ayudando a tramar, y que ella ha de ignorar o “dorar las cadenas” para que nos parezca menos prisión el ente.

En una página anterior de mi blog, que titulé “La historiadora dijo sí”, naturalmente aludía a la propuesta política de Silván, hable del tema, y propongo su lectura. Entonces eran momentos de filtraciones más o menos interesadas, hasta posibles globos sonda, del rumbo y nombres de las listas, y cómo iban a ser acogidas; ahora ya está sujeta como candidata, y ha de hacer campaña dando información.
 
Sus declaraciones a ileón.com, me han llevado a tratar de ponderar el papel o puede que papelón si se deja manejar, al ser partícipe en la candidatura de la derecha de siempre leonesa, ¿qué la van permitir desarrollar?  Eso de buen hacer consistorial, crear empleo y posibilidades en la capital, nos pasan de ser una manida declaración de intenciones, que ahora venden dada la coyuntura de crisis económica y de puestos de trabajo.  La cuestión  es cómo y con qué medios.

A la pregunta sobre su papel y qué propuestas pondrá sobre la mesa del alcalde, Silván, su respuesta es de manual político incipiente, pero hábil para no pillarse los dedos, “las que aparecen en el programa electoral”. Y  como coincidente con lo que impondrá Silván y lo que ella piensa, desgrana como genérico:“promocionar León a través del motor del turismo cultural, religioso, patrimonial, gastronómico; conservar y promover el conocimiento de nuestro patrimonio; potenciar a nuestra ciudad para auparla hasta el lugar que merece ocupar”.

¿Pero qué ciudad queremos los leoneses que en ella vivimos? ¿Por qué no nos preguntan, acaso van a seguir decidiendo por nosotros? ¿Es León la capital de un provincia que hemos de permitir castellanice el ente, o ella va a defender la triprovincialidad de una región, la leonesa, que al ente ofende considerar?  Y desde su puesto de edil responsable cultural, supongo, ¿lo va a permitir? O, ¿su aceptación de incorporación a la lista supone un trágala, seguido de un mazazo adormecedor de lo leonés diferenciado?

En defensa de lo leonés no valen paños calientes, o se es leonés o se es castellano, el amancebamiento castellanoleonés, que para ella hasta hace poco no valía, sigue y seguirá incardinado en la hipocresía unitarista del ente autonómico que persigue un pueblo único, sin  respeto alguno para las partes. El PP no cejará en ello, pero ella, fiel historiadora, no puede permitir las tergiversaciones interesadas del ente. O lo que es lo mismo, acompañar a las vaguedades del “líder” que la ha fichado.

Mucho me temo que va a necesitar para este  postureo, esto es, su novata colocación como política, algo más que buenas palabras, si desea ser comprendida. Y hasta puede que se vea abocada a dejar lo del Grial, ya encauzado, para ir en busca de la jofaina de Pilatos. Pero la toalla no se la vamos a ofrecer los leonesistas.






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