Un reñuberu leonés por Navidad
No sería ilógico
pensar que este año de 2020, en la pre-Navidad,
el propio espíritu de ella, un
duendecillo leonés calmoso, todo
concordia, candidato a dulces coplillas, y de siempre dispuesto a compartir
espacio con el “ramo”, para la ocasión quisiera mostrarse como algo casi tangible
y poder moverse entre los legionenses, con una particular pose de ñubero.
Ciberseguridad Europea:
¡Vaya regalo de Navidad, aun cuando estuviera diferido a los primeros tiempos del año nuevo.
Pero
había que trabajarlo, prohombres, profesores universitarios, historiadores y
técnicos, cantando a coro nuestras excelencias, deberían haber dejado lo mejor
de sus saberes en el empeño, él había intentado insuflar criterio y vigor para
que actuaran, pero lo que mejor se nos
da es medir, por no decir censurar, lo que otros bien intencionados hacen.
Cuando vi al geniecillo,
más bien lo presentí, no estaba enojado, su fluir etéreo en lo emotivo, cual nebulosa
con pretendido intento de corporeidad,
lo que menos deseaba era poner truenos donde debía haber tronos
familiares en tan dulces fiestas.
Bastante teníamos ya con el virus en forma de pandemia. Decir que estaba desilusionado por la amplia
indolencia en el comportamiento de los
leoneses en la opción de ser sede europea en ciberseguridad, se quedaba corto,
demasiado corto. Estaba en plan reñuberu, que no era lo suyo, pero ardía en deseos de
aprender ahora. Había que atronar en
este momento los oídos a muchos…
Los legionenses, se
confiaban en que la buena suerte, cual
lotería de navidad que saliera de un generoso bombo europeo, nivelara en
competencia a lo que otras ciudades habían puesto en recursos, estudios, dosieres, presión técnica y política, ante
los que tenían la capacidad de decidir.
Puede que nosotros, los leoneses como había partido de la izquierda tal
interés, y además estamos perdidos en un ente que nos usurpa hasta la historia,
pues a dejar enfriar el asunto. y que la
mascarilla para la pandemia nos tape los sonrojos, si aún nos queda capacidad
púdica.
Le gustaría que el propio
reñuberu, su paisano, supiera echar rayos y centellas si llegaba la ocasión.
Él, por lo pronto, en su mejor versión navideña, fiel a la cita secular, estaba
dispuesto a moverse entre los leoneses en busca de paz, libre de virus, en una
atípica navidad, debida a las normas y medidas a respetar ante la maligna
influencia vírica.
Pero hay más, el trasgo leonés, el duendecillo navideño,
manejando la capacidad de bilocación que le era dada, también estaba presto a viajar
por la fibra y por el éter para aplicar su aliento mítico en la proyección
León, Región Leonesa, España, Europa en el tema ciberseguridad en una Feliz Navidad 2020. Pero claro, lo suyo, es pura fábula.
Vaya con mis mejores deseos para todos en la Navidad 2020, la
complementación de un Feliz Año Nuevo, 2021, en el que espero y deseo
seamos capaces de iniciar el LEXIT 2021 que nos corresponde y buscamos.
¡¡¡A por ello!!!
El duendecillo cuya foto he colocado, no viene a usurpar dominio, es sencillamente uno muy cándido y de de inocente mirada que tenía a mano.
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