Mi frase a modo de entradilla
Siempre lo he entendido así: La Autonomía de la Región Leonesa tiene un precio que va aumentando a medida de que nuestro amarre autonómico con retazos de Castilla... dura y ...
David Díez Llamas. Dixit:
El precio de la libertad y la autonomía de la Región de León
.
Estando de
pleno en el mismo sentimiento leonés que rezuma David, nuestro sociólogo de
cabecera, leonesista de gran
afianzamiento racional y anímico, me voy a permitir mostrar sobre lo que nos ha
dicho “hoy” bajo el epígrafe del “precio
de la de libertad”, algunas consideraciones, reflexiones más bien, haciéndolo
desde la mejor idea de libertad y
amistad. Y no por, sino a propósito de.
Tras manifestar
mi creencia de que ser leonés,
es algo único, ni mejor ni peor, sí propio e intransferible, y fruto de
ello un sentimiento llamado leonesismo,
añado que, a duras penas es reconocible con fulgor hoy ese “ser leonés”,
en un pueblo en “horas bajas”, que pugna por seguir siendo identificado como
tal, y que, más o menos consciente de
ello, sigue un viaje depauperante al que no acierta a poner freno.
Tenemos
libertad para seguir identificándonos como leoneses, SÍ; compromiso popular
compartido para ello, en el sentido más lato, pues NO. Fallamos nosotros, el
pueblo, y sobre todo ¡los políticos!, que hacen caso omiso del respeto que nos
deben, y nos escamotean libertad, en la medida que, sin consulta alguna, se arrogan nuestra propia capacidad de
decidir, que debe ser sagrada e intransferible.
Un pueblo o si
prefiere una ciudadanía que se ve obligada de continuo, si no quiere
desparecer, a explicar que es
“ser leonés”, evidente ha estado, y está, permitiendo que alguien, dada la propia
dejación o simple desmayo de nuestra personalidad, por usurpación de poder, le
marque una ruta recortando libertades, y aunque no renunciemos a ellas,
especialmente en el plano personal, si no se vindican al unísono, es que falta
diálogo y falla la conexión popular.
Si nos ceñimos
a los leoneses del territorio provincial
por sentir ese gentilicio como vivo
perenne e intocable, por aquello de que soy leonés puesto que soy de
León, y no admite engaño ni duda, estamos manteniendo el tipo, haciendo patente
que lo leonés tiene presencia anímica,
cultural y vivificable.
Cuestión a
parte son las otras dos terceras partes, sin cuantificar, Zamora y Salamanca,
que si se sintieron región leonesa, con
deseo de compartir territorio e
identidad, mi percepción de hoy es que tan sólo un leve movimiento popular mantiene
el fuego sagrado del “no me quiero olvidar”.
La
triprovincialidad es algo a compartir, desear y conseguir entre tres como el propio prefijo indica. Es lo que
nos queda: La región leonesa, como heredera y representante de lo que fue un Reino. ¿Hemos dejado de compartir cultura cuando la historia
se empezó escribir en Moderno?, no faltan quienes así lo aseguran. Si
desaparece la región, el Reino es papel, es letra, es historia. En cuya orla podemos aparecer,
pero como algo que fue. ¿Queremos
eso? ¿Estamos dispuestos a tolerarlo?
Opino que no. La pregunta final es ¿qué
hacemos para evitarlo?
No
hay unidad de pensamiento triprovincial, pero no debemos rasgarnos las
vestiduras por ello, todo se recupera, todo se reinicia, cuando las voluntades
se aúnan. Mas, no es esperable el mismo
empuje en cada una de las partes
dispuestas a componer un todo. Sin ahogar diferencias, prima el ahuyentar
recelos. Alguien ya ha puesto la primera piedra, o mejor la mantiene activa en
el ámbito sociocultural, la “reivindicación ciudadana” tiene la palabra.
“Décadas después de que la Región Leonesa se
haya integrado en la Comunidad de Castilla y León el debate permanece. Los
leoneses siguen resistiéndose a pesar de todo a perder su libertad e identidad”.
Lo afirma David y lo ratificamos en especial los leonesistas, pero no exclusivamente;
pues, desde el propio “ser leonés”, “poder
y libertad” para ello existe, la
cuestión es si estamos en condiciones de aplicar, mayoritariamente, ambas cosas.
Desde la
historia que otros nos han escrito, siglos atrás, a la que hemos venido
añadiendo pasajes de tolerancia, permisividad y silencio de moderno cuño, se siembra
confusión, incluso entre los de casa.
“Nuestros
políticos”, pues desafortunadamente lo
son en tanto depositamos en ellos la representatividad, nos cierran por mandato
partidista caminos de expresión, y osan manejar nuestra “libertad” de ser
leoneses. Comunitariamente casi lo logran. La regionalidad leonesa ni la
contemplan. No son más coercitivos, en principio porque no pueden, pero usan el
truco de decir una cosa y hacer otra, llevando en la misma mano los conceptos libertad y permisión de expolio.
No hay comentarios :
Publicar un comentario